«Son, sin duda, uno de los puestos de los que más se habla últimamente en muchas empresas: a día de hoy, la empresa que no se haya dado cuenta de la importancia de las comunidades que la rodean, tiene un verdadero problema. Algunos sostienen, incluso, que las comunidades dominan a las marcas, es decir, que las marcas son ya lo que su comunidad decide hacer con ellas.
Algo que en la web, de hecho, parece casi evidente: muchas de las empresas más brillantes e innovadoras están construidas, precisamente, sobre las acciones de sus comunidades de usuarios.
Para las empresas, las comunidades son, cada día más, el ser o no ser. Si la tienes, porque mantenerla requiere gestión, trabajo y cuidado. Si no la tienes, porque tienes un problema: en un mundo donde el márketing se ha vuelto social, donde lo que esperas es que tus mensajes sean reenviados, votados, comentados, valorados y hasta construidos por los usuarios, enfrentarse a un motor de búsqueda con cero resultados y a la evidencia de que nadie habla de tu empresa es similar al ostracismo, a la temida «zona de indiferencia».
Un community manager, por tanto, es la persona que se encarga de construir, pulsar y alimentar la comunidad de usuarios que la empresa tiene a su alrededor: captar lo que se dice, valorarlo, compararlo con lo que se dice de sus competidores, medirlo con respecto a palabras genéricas que los usuarios utilizan para llegar a sus productos, decidir cuándo conviene entrar en la conversación...
El perfil de community manager no sólo requiere un buen nivel de manejo de determinadas herramientas y moverse por la web como la misma naturalidad que quien pasea por la calle: sus habilidades son, además, sociales. Requiere dosis importantes de empatía, de inteligencia contextual y emocional, de profundo conocimiento de la empresa y su industria y, sobre todo, de sentido común, en muchas ocasiones el menos común de los sentidos»... [+] Expansión
Revista Comunicación
Escribe Enrique Dans: