Revista Remedios

Como abordar el Alzheimer desde la Naturopatía

Por Elena Gonzalez Vila @ndigohierbas
Como abordar el Alzheimer desde la Naturopatía

La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia que puede acabar con la capacidad de pensar con claridad, realizar tareas cotidianas y, en última instancia, recordar quiénes somos.

Es una enfermedad asociada a la degeneración y muerte de las células cerebrales y la consiguiente disminución de la masa cerebral; lo que lleva a una pérdida constante de habilidades tanto intelectuales como sociales.

La causa de este problema no esta aun bien definida, lo que si es cierto es que esta enfermedad, rara vez se presenta sola, suele haber resistencia a la insulina, diabetes u obesidad, enfermedad cardiaca o presión arterial alta.

Está caracterizada por el desarrollo de una placa en el cerebro formada por depósitos de una proteína tóxica llamada beta-amiloide entre los espacios de las células nerviosas del mismo.
Existen varias teorías acerca de que lo provoca, entre las que se que incluyen el daño de los radicales libres a las celulas del cerebro (neuronas), la incapacidad de usar la glucosa adecuadamente, la deficiencia de vitaminas o las toxinas ambientales.

Sintomas del alzheimer

  • Cambios en la memoria
  • Dificultad para resolver problemas
  • Dificultad para realizar tareas habituales
  • Desorientación en tiempo y lugar
  • Dificultad para relacionar objetos
  • Problemas en el lenguaje oral y escrito
  • Colocar objetos fuera de su lugar habitual
  • Falta de juicio para tomar decisiones
  • Pérdida de iniciativa
  • Cambios en el humor o en la personalidad

Pero todo esto no ocurre de la noche a la mañana, digamos que en la enfermedad de Alzheimer, los médicos han delimitado 3 fases bien claras en las se desarolla la enfermedad:

Esta primera etapa tiene una duración aproximada de 3 años y en ella se observa un paulatino deterioro en la memoria episódica: la persona olvida eventos recientes, como si ha comido o no o lo que ha comido.

Empieza a surgir una típica desorientación de lo que lo rodea, no reconociendo bien el lugar donde está u olvidandose de como se va a la panaderia habitual. Tambien empieza a haber problemas para saber la fecha en la que vive o si es de dia o de noche.

Aparece una disminución en la concentración y una fatiga cada vez más notoria.

Se presentan cambios de humor y síntomas de depresión con apatía, pérdida de iniciativa y falta de interés.

Se vuelven inquietos, mostrando agitación y ansiedad durante el atardecer o por la noche.

En esta segunda etapa, que dura más o menos otros 3 años, comienzan a aparecer síntomas que llaman más la atención: problemas de lenguaje (no sabe expresarse), funciones aprendidas (no sabe vestirse o usar los cubiertos) y reconocimiento del entorno y los familiares.

Se empieza a descuidar el aseo personal.

Imagina que ve gente que no existe, escucha ruidos que nadie oye y piensa o cree que alguien va a venir a por él. Empieza a preguntar por personas que ya murieron y todas estas imágenes que pasan por su mente, realmente le inquietan.

Las aficiones que tenía, las actividades sociales, de ocio y de recreo pierden totalmente su valor, mostrándose aburrido, flojo, apático o somnoliento.

Comienzan a cometer actos repetitivos, pierden la capacidad para el pensamiento abstracto y la habilidad para llevar a cabo operaciones de cálculo.

En esta tercera y última etapa, que suele durar unos 10 años y es cuando se presenta una amplia y marcada afectación de todas las facultades intelectuales.Los síntomas cerebrales se agravan, acentuándose la rigidez muscular y pueden aparecer temblores y crisis epilépticas.

No reconocen a sus familiares e incluso su propia cara en el espejo. Se muestran apáticos, pierden las capacidades automáticas adquiridas como la de lavarse, vestirse, andar o comer, y presentan una cierta pérdida de respuesta al dolor.

Más adelante, tienen incontinencia urinaria y fecal. En la mayoría de los casos la persona termina encamada, con alimentación asistida.

Como prevenir el Alzheimer

Se han descubierto fuertes vínculos entre los bajos niveles de vitamina D en pacientes con Alzheimer y los malos resultados en las pruebas cognitivas. Los investigadores creen que los niveles óptimos de vitamina D pueden proteger las células del cerebro.

Hay receptores de vitamina D por todo el cuerpo humano, pero además se han identificado vías metabólicas en el hipocampo y el cerebelo, que son las áreas responsables de la planificación, el procesamiento de la información y la formación de nuevos recuerdos.

Además un nivel adecuado de vitamina D también es imprescindible para que el sistema inmune pueda combatir la inflamación excesiva, y, las personas con Alzheimer tienden a tener niveles más altos de inflamación en sus cerebros.

Cuando hablo de la fructosa, no me refiero al azucar que hay presente de manera natural en frutas y verduras, este azucar se procesa mediante el intestino delgado, me refiero a la que procede de zumos tanto comerciales como naturales y al edulcorante artificial que tanto se utiliza para las comidas procesadas y bolleria industrial denominada LIGHT.

Es importante no consumir más de 25 gramos por día ya que esta moda de sustituir la glucosa por la fructosa para darle un toque mas saludable a la comida procesada, se esta convirtiendo en un cada vez más preocupante tóxico cerebral.

Además, cuando el hígado está ocupado procesando fructosa (que convierte en grasa), se obstaculiza gravemente la capacidad del mismo para producir colesterol. La resistencia a la insulina también está relacionada indirectamente con la fructosa.

Esta vitamina parece actuar como un protector del cerebro frente a problemas de degeneración del mismo, de hecho se utiliza en grandes dosis para tratar la enfermedad de Alzheimer y reducir la pérdida de memoria.

Se ha demostrado que las dietas vegetarianas estrictas aumentan el riesgo de Alzheimer.

La ingesta alta de ácidos grasos omega-3, en particular los de cadena larga DHA, ayuda a prevenir el daño celular causado por la enfermedad de Alzheimer, lo que disminuye la velocidad se su desarrollo.

Recientemente se ha encontrado una alternativa vegana, sostenible y libre de toxicos que es el Omega 3 procedente de aceite de algas.

5.-Evita y elimina el mercurio de tu cuerpo.

Los empastes de amalgama dental son una de las principales fuentes de mercurio, sin embargo, debemos estar sanos antes de retirarlos. Lo ideal es hacer un protocolo de desintoxicación de mercurio y luego buscar un dentista especializado en ello para que le retire las amalgamas.

Se ha sugerido que el ejercicio puede desencadenar un cambio en la forma en que se metaboliza la proteína precursora del beta-amiloide, lo que disminuye el inicio y la progresión de la enfermedad de Alzheimer.

El ejercicio también aumenta los niveles de la proteína PGC-1alpha, las personas con Alzheimer tienen menos PGC-1alpha en sus cerebros que las personas que no padecen esta enfermedad y las células que contienen más PGC-1alpha producen menos proteína amiloide tóxica asociada con el Alzheimer.

La mayoría de ellas contienen mercurio y aluminio, así como proteínas de huevo (Proteína básica de mielina), contra las cuales el cuerpo puede producir anticuerpos que reaccionan de forma cruzada con la mielina que recubre los nervios, lo que provocaría que el sistema inmune ataque el sistema nervioso.

La estimulación mental, especialmente el aprendizaje, como aprender a tocar un instrumento o un nuevo idioma, se asocia con un menor riesgo de Alzheimer. Los investigadores sospechan que el desafío mental ayuda a construir su cerebro, haciéndolo menos susceptible a las lesiones asociadas con la enfermedad de Alzheimer.

9.-Evita los medicamentos anticolinérgicos y las estatinas.

Se ha demostrado que los medicamentos que bloquean la acetilcolina (anticolergénicos), un neurotransmisor del sistema nervioso, aumentan el riesgo de demencia. Estos medicamentos incluyen la difenhidramina (para las alergias), el dimenhidrinato (para el mareo / náuseas), una combinación de ibuprofeno y citrato de difenhidramina (para el dolor y el sueño), la doxilamina (para las alergias), ciertos antidepresivos, medicamentos para controlar la incontinencia y ciertos analgésicos narcóticos.

Las estatinas son particularmente problemáticos porque suprimen la síntesis de colesterol, que es uno de los principales bloques de construcción del cerebro. Pero además, las estatinas lipofílicas (como lovastatina y simvastatina) también interfieren con la síntesis de colesterol en el cerebro.

Esto impactaría directamente la capacidad de las neuronas para mantener un colesterol adecuado en sus membranas.

La posicion para dormir, son importantes. Dormir de lado mejora uno de los procesos de eliminación de desechos del cerebro, lo que reduce el riesgo de enfermedades neurológicas como el Alzheimer y el Parkinson.

11.-Tener una buena dieta

Los científicos descubrieron recientemente que la dieta mediterranea parece ser protectora contra la enfermedad de Alzheimer.

Los alimentos básicos de la dieta mediterránea incluyen:

  • Frutas y verduras frescas, especialmente verduras de hoja verde.
  • aceite de oliva
  • Nueces y semillas
  • Hierbas y especias
  • granos integrales
  • pescado y mariscos que no sean de piscifactoria al menos dos veces por semana
  • aves de corral, huevos, queso, leche de cabra y kéfir o yogur rico en probióticos de alta calidad, consumidos con moderación
  • Carnes rojas consumidas en ocasiones especiales o al menos máximo una vez por semana.
  • Mucha agua fresca y algo de café o té.
  • muchas veces un vaso diario de vino tinto

Alimentos a evitar para el Alzheimer

- Cualquier alimento que contenga toxinas o aditivos: como alimentos procesados y alimentos con pesticidas.

- Azúcar y granos refinados: la enfermedad de Alzheimer puede ser causada por la resistencia a la insulina, similar a la diabetes. Por lo tanto, mantener su insulina baja al eliminar el azúcar y los granos refinados será un componente importante para mantener la salud del cerebro.

-Alimentos envasados ​​en recipientes de aluminio: el aluminio es neurotóxico en niveles altos, por lo que es mejor evitarlo. De hecho, la investigación muestra que el aluminio entra en las neuronas de manera similar a como lo hace el hierro, lo que lleva a la acumulación de aluminio y al daño neurofibrilar relacionado con la progresión del Alzheimer. Debemos evitar particularmente el calentamiento de alimentos en aluminio; Se sabe que el calor libera más compuestos tóxicos.

Alimentos recomendados para el Alzheimer

Todos los anteriormente mencionados en la dieta mediterranea, pero hay ademas 15 alimentos que son particularmente saludables para mejorar y mantener el funcionamiento correcto de nuestro cerebro, entre ellos:

El aguacate, la remolacha, los arándanos, el caldo de huesos, el brocoli, el apio, el aceite de coco, el chocolate negro del 70% en adelante, el aceite de coco, las yemas de huevo, el aceite de oliva virgen extra (en crudo), las verduras de hoja verde, el romero, el salmón (de alaska), la cúrcuma y las nueces.⠀

Suplementos para el tratamiento natural del Alzheimer

Según ultimas investigaciones parece reducir la placa amiloide y las marañas de fibras nerviosas que contribuyen a la degradación del cableado en las células cerebrales.

En lugar de impactar directamente en el cerebro, los investigadores encontraron que la hierba funcionaba al estimular una proteína en el hígado, que ingresa en el torrente sanguíneo y ayuda a eliminar el amiloide del cerebro.

Ya en 2005, se descubrió que ciertos compuestos de esta planta mejoraban la extensión de neuritas en células cerebrales normales y dañadas.

El ashwaganda puede ayudar a controlar el daño celular en el cerebro, ofreciendo una actividad antioxidante aún más potente que las vitaminas A, C y E, los cuales han demostrado que ayudan a eliminar los radicales libres generados durante el inicio y la progresión de esta enfermedad.

La curcumina, un compuesto de la cúrcuma, ha demostrado ser efectiva para ayudar a inhibir la acumulación de beta amiloides destructivos en el cerebro de los pacientes de Alzheimer, así como ayudar a destruir las placas ya existentes.

El bajo peso molecular y la estructura polar de la curcumina, siempre que vaya acompañada de pimienta, le permiten penetrar con eficacia la barrera hematoencefálica y unirse al beta amiloide

Los síntomas del Alzheimer causados por la inflamación y la oxidación se alivian con las poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de la curcumina.

La L- carnosina

Se ha asociado el Alzheimer con bajos niveles de L-carnosina en sangre. La L-carnosina es neuroprotectora y previene la neurodegeneración.

Que la L-carnosina puede afectar a la función neurológica no es sorprendente ya que es producida por el cerebro y sus transportadores específicos se encuentran en ciertas partes de la barrera hematoencefálica.

En ratones, es capaz de proteger contra el deterioro cognitivo inducido por una dieta alta en grasas, posiblemente mediante la neutralización de aldehídos tóxicos causados ​​por esta misma.

Puede prevenir el Alzheimer al contrarrestar la acumulación de aldehídos y placas amiloides, que son consideradas las principales causas del Alzheimer. Se descubrió que la carnosina impide la formación de estructuras fibrilares al alterar la red de enlaces de hidrógeno involucrada en la fibrilogénesis.

Esta actividad protectora de la L-Carnosina contra la toxicidad del beta amiloide se ejerce a través de la regulación de la liberación de glutamato y la protección del cerebro contra radicales libres y productos finales de glicación avanzada.

Aceite de pescado con DHA (2.000 mg al día)

El DHA es un ácido graso importante para la función cerebral y además reduce la inflamación.

Los niveles de esta enzima disminuyen a medida que envejecemos y algunas investigaciones han demostrado que la suplementación de la misma puede retardar el progreso de la enfermedad de Alzheimer.

A yuda a mejorar la circulación cerebral y la memoria y puede ser un tratamiento natural efectivo para el Alzheimer.

Mejora la comunicación y la memoria de las células cerebrales, y se ha demostrado que es beneficiosa para la enfermedad de Alzheimer en etapa temprana.


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