Publicado el 15 octubre, 2011 por juanmartorano Carmen Elena Pérez D
Cuando la autora Lillian Alvarez Navarrete en su obra “Derecho ¿de autor?” atiende su necesidad de conformarse un pensamiento propio, identifica en las múltiples caras del modernismo actitudes posmodernistas dentro de dos procesos que a toda costa tiende a universalizar relaciones capitalistas y a determinar dominación, como son la globalización y la inculturización, quedándose corta cuando dice que: “casi todas las esferas del pensamiento hoy están plagadas de teorías de avanzada, las cuales a su vez son apolíticas y ahistóricas, sin tener que ver con nuestras necesidades y realidades y sí con intereses que agotan todas las vías posibles, las legitimas y hasta las más sucias y sutiles para dominarnos”. Si por teoría se puede entender “un sistema lógico, compuesto por observaciones, vinculaciones y postulados a través del cual se puede afirmar bajo que condiciones se desarrollarán supuestos” (definición.de/teoría/), se podría también acotar que la globalización en sí misma no corresponde a una “teoría de avanzada”, bien lo dicen los autores: Orlando Silva M. y Susana Nuñez M. (marxismo, globalización y problemas éticos en la esfera de la salud) cuando señalan que “la globalización aunque tenga ritmos y dimensiones nuevos, pueden buscar sus inicios en la mundialización de las relaciones de producciones capitalistas”, esto genera problemas e influencia sobre la humanidad a niveles de: mercado, producción, comunicación, políticos, culturales, sociales y ecológicos, cambios desiguales y complejos en las relaciones de: producciones de propiedad, (tanto materiales como intelectuales), tensiones en las relaciones internacionales, crisis (ineficiencia y pérdida de legitimidad) de las instituciones, secuestro de los mercados internacionales por monopolios incompetentes, así como hechos intangibles a simple vista tales el artilugio de “la doble moral”, utilizados como disfraz, inclinado en el resguardo de sus intereses y protección de capitales, manejando un poder dominante, lo que perjudica a los consumidores, y explota a la fuerza trabajadora más vulnerable. Además de los cambios mencionados, su incidencia en el medio ambiente es evidente en los lechos de desechos tóxicos que yacen en territorios internacionales foráneos en los cuales fueron producidos, sin atribución de responsabilidades, amparados bajo la compra de leyes que cubren sus espaldas. Promueven pequeñas campañas en Pro del ambiente y evaden gran responsabilidad. La mediación, el condicionamiento y la alienación juegan papel protagónico en la reflexión y la racionalidad (ambas en grave crisis), en esta problemática, por lo que el alcance y la legitimación de su poder son muy altos, que además del Ser individual refuerce al Ser colectivo, imperioso es que también la ciencia adquiera conciencia y delimite su racionalidad ética y desde la aplicación de las nuevas tecnologías se plantee nuevas inquietudes dentro de las cuales tienen cada vez mayor influencia y cabida aspectos: políticos, económicos y sociales, respetando la vida de “los habitantes del planeta tierra” como diría Dossier, dentro del “ethos cultural”, la que cual abanico de posibilidades deben armonizar con las tres esferas del pensamiento. Según Pilar Navarro (Las 3 esferas del pensamiento), otra autora que conviene citar, estas esferas están compuestas por los planos: cognitivo, emocional y de convivencia, al parecer el individuo transita del proceso formativo al emocional y por último al de convivencia, mediado por los tres pilares fundamentales: la familia, la escuela y la comunidad. En la esfera cognitiva se forma el pensamiento: con disciplina y libertad, diferenciando la disciplina física de ladisciplina mental en que la primera solo ejercita y entrena, mientras la segunda transfiere poder para examinar medios y conseguir objetivos, así como contar con la capacidad de evaluarlos, por otra parte, también promueve reflexión personal. El cultivo de estas dos formas permite en el niño rasgos de exhautividad y rigor. Concluye en señalar que la libertad plena, sin orientación alguna, solo provocará una conducta irreflexiva, dejándolo a la subvención de los sentidos placenteros y a inciertas circunstancias, enfatizando que “los valores de la sociedad actual donde se trata de conseguir las cosas de manera rápida y la satisfacción inmediata no van parejas con la formación de personas verdaderamente libres”, lo que las convierte en esclavo de los impulsos y adicciones, abriéndole la puerta a las frustraciones, a la violencia, intolerancia e inestabilidad en la convivencia general, más al tratar de asegurarse cohesión, aceptación y pertenencia en los grupos, ceden condiciones competitivas y culturales ante los opuestos, debilitando su identidad y pertenencia, y con ello el compromiso que avalará su participación e interés en las construcciones socio-políticas a favor de un bien en común, prevaleciendo intereses facilistas o fines antiéticos, por ejemplo corrupción, robos de bienes o suministros laborales, desviaciones de partidas públicas a cuentas privadas que dispersan la continuidad y alcance de los objetivos en los planes de desarrollos gubernamentales, siendo urgente encontrar acciones motivadoras para orientar al interés colectivo. Bibliografía:
- ALVAREZ N. Lillian, Derecho de ¿Autor?, El Debate de Hoy.
- LABASTIDA M, Julio, Globalización, Cultura y Modernidad, obtenido en: reflexiones.fcs.ucr.ac.cr/documentos/19/globalizacion.pdf
- NAVARRO S., Pilar, Las 3 Esferas. Programa Juspenvi, obtenido en: www.las3esferas.com/las3esferas_muestra.pdf
- SILVA M., Orlando y Nuñez M. Susana, Marxismo, globalización y problemas éticos en la esfera de la saludwww.nodo50.org/cubasigloXXI/congreso/silva_05abr03.pdf