Revista Cultura y Ocio

¿Cómo acercarse a un agente literario? Útiles consejos

Publicado el 09 octubre 2015 por Pipervalca
Elegir y contactar a un agente literario no es fácil. Estos personajes juegan una importante figura como intermediarios entre el autor y las editoriales, pues se ocupan entre otras tareas, de defender nuestros derechos de autor, revisar los contratos y buscar los editores adecuados para nuestra obra. Por esta razón, contactar al agente literario es una decisión, que si es errónea, pagaremos caro.¿Cómo acercarse a un agente literario? Útiles consejos

En vista de que los autores hoy en día abundamos como las cucarachas (en el sentido de cantidad, no de cualidad), los agentes reciben tantas presentaciones que deben perfeccionar sus estrategias de lectura y establecer con rapidez aquellas en las cuales puede haber potencial. Por esta razón he dividido esta entrada en qué hacer y qué no hacer al acercarnos a un agente literario. Y a pesar de no existir la presentación perfecta, estos útiles consejos pueden dar una considerable ventaja en un mercado repleto de escritores ansiosos. También puedes hallar información útil sobre los agentes literarios en 8 preguntas que debes hacer a un agente literario.

¿Qué hacer?

Investigar. Hemos terminado nuestro libro y su edición está a punto, sin embargo... ¿A quién debemos enviarlo? En el mercado podemos hallar un recurso bastante útil pero desconocido, El anuario de los escritores y artistas, una guía con todos los aspectos sobre los medios de comunicación, la forma de escribir y ser publicado (Aunque está en ingles). Mediante este libro lograremos identificar las principales agencias editoriales en las que confiaremos nuestra obra. Cuando estemos seguros, pasaremos a indagar por el agente adecuado en cada editorial: uno que siga la línea y el género que escribimos, si escribimos suspenso, no contactaremos a uno especializado en historias románticas. De la misma manera debemos evitar a los agentes que posean una gran lista de representaciones, pues las oportunidades serán menores. Lo mejor es identificar aquellos que estén buscando clientes de manera activa. Identificar a la persona adecuada es empezar con el pie derecho.Enviar sólo lo que nos pidan enviar. Si el agente nos pide que enviemos los dos primeros capítulos y una sinopsis del libro, enviar los dos primeros capítulos y la sinopsis. Si el agente pide solo cinco paginas como muestra de la historia, enviar cinco paginas, no más ni menos. No se imaginan cuántos escritores pierden valiosas oportunidades al enviar la información equivocada o que ignoran las directrices del agente con excusas sobre la calidad de lo que envían o de "no hacerle justicia al libro". Esto es una falta de respeto para con el agente e inmediatamente los pone en desventaja con los que si envían lo que se les solicita.Revisar. La emoción de haber terminado nuestra historia y las expectativas previas al proceso de publicación, pueden provocar en el autor la omisión de terribles errores, que pudieron prevenirse en su momento con una adecuada revisión. Desde errores gramaticales hasta de contenido pueden convertir una obra con futuro en un fracaso total.Concentrarse en el libro. Debemos asegurarnos de que la carta de presentación se centre en el libro. En ella le contaremos de qué trata, el género, número de palabras, algo de propaganda y terminar con unas cuantas líneas sobre nosotros. Muchos editores se quejan de que las cartas tratan sobre un sinfín de temas ajenos al libro: se centran en los planes de mercadeo, en el potencial para una película, en el blog del autor, en posibles sagas y no terminan de vender una idea que llame la atención al agente.

¿Qué no hacer?

Preocuparse por asuntos ínfimos. Muchos escritores se parten el alma pensando en asuntos como qué tipo de letra deben usar para enviar sus manuscritos y cartas. Si el agente en ningún momento nos exige un listado especifico de condiciones para el envío, no esperemos ser rechazados por usar Arial en vez de Helvetica, o por el tamaño de la fuente. Si lo que enviamos es de calidad, podemos estar seguros de haber llamado su atención. Obviamente si usamos letras amarillas en tamaño de fuente 40, no esperemos una respuesta aceptable.Apresurarse. Terminemos el libro. En verdad, terminemos el libro antes de enviarlo. No hay nada más frustrante para un agente que solicitar el manuscrito completo y recibir como respuesta una carta en la cual el autor confiesa no haberlo terminado. En ocasiones escribimos solo por la tendencia del momento (vampiros y hombres lobos adolescentes, por ejemplo), por lo que lo hacemos de afán, esperando publicar antes de que esa tendencia se termine, error garrafal. Lo mejor es terminar nuestro libro, ponerlo en un cajón y volver a leerlo hasta dentro de 2 meses. En ese momento, con la cabeza fría y un poco más objetivo, detectaremos defectos que se pasaron en su momento, lo editaremos y podremos modificarlo si es necesario. Es mucho mejor esperar para enviar algo brillante, que crear algo mediocre y enviarlo, solo para terminar rechazado.Olvidar que los agentes también son seres humanos. Imaginamos a los agentes como seres aterradores de las editoriales industriales, con el terrible poder de destruir la autoestima de los escritores. No podemos estar más equivocados, son personas como nosotros, de carne y hueso. Con el deseo de hallar buenas obras y que pueden parecer un poco rigurosos y exigentes, pero que lo hacen porque buscan obras de calidad y con potencial para competir en el mundo editorial.Renunciar. El salvaje mundo de ser publicado o de encontrar un buen agente literario puede derrotarnos y obligarnos a renunciar. No es una opción aceptable, debemos continuar totalmente orgullosos de haber escrito un libro, incluso si no hallamos agente o editorial. No todo el mundo lo hace, además, si en un principio no tenemos éxito, tarde o temprano nuestro árbol dará fruto.¿Cómo acercarse a un agente literario? Útiles consejos
Qué hacer y qué no hacer al contactar a un agente literario puede conducirnos por un buen camino en el logro de nuestras metas como escritores, por lo que el último consejo que doy es que no decaigas nunca. Continua sin torcer la pluma.

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