Hace poco pregunté a los suscriptores de RetoMontessori qué temas les interesaba trabajar en los próximos meses, y el tema de Diciembre es una de las sugerencias que recibí. Una mamá comentó que le gustaría saber cómo acompañar a su peque en momentos de transición, de cambios, como son la llegada de un bebé a la familia, el comienzo del cole, las vacaciones, un viaje o mudanza... En estos momentos todos nos vemos afectados porque salimos de nuestras rutinas y nuestra zona de confort, pero para los peques puede ser más duro sobre todo si no saben lo que va a pasar a continuación, así que este mes en RetoMontessori vamos a ver cómo llevar mejor estas situaciones.
Por si no sabes en qué consiste RetoMontessori te cuento: Cada mes (normalmente el último martes del mes), publico un post sobre un tema de filosofía Montessori o relacionado con la pedagogía Montessori, que será el tema que trabajaremos durante ese mes en RetoMontessori. Este post está en el blog a disposición de todo el mundo.
Tres días después del post, es decir, el viernes de esa misma semana, expongo el tema con más detalle en un webinar y los asistentes pueden participar planteando preguntas, compartiendo sus ideas, debatiendo, etc, algo que resulta muy interesante y enriquecedor! Para asistir a estos webinars mensuales es necesario unirse a RetoMontessori, aquí te explico cómo hacerlo.
No quiero enrollarme más sobre el funcionamiento de RetoMontessori para no extenderme mucho, pero si tienes cualquier duda ya sabes que puedes dejarme un comentario al final de este post o contactarme por email.
Después de esta intro, vamos al tema:
Los cambios nos cuestan a todos, en mayor o menor medida, pero habitualmente los niños los sufren más por varios motivos:
- No tienen información de lo que está pasando o lo que va a pasar a continuación, lo que les provoca incertidumbre e inseguridad.
- Tienen menos experiencias anteriores que les ayuden a sentir que son capaces de afrontar un cambio.
- Habitualmente el cambio no está en sus manos, no se trata de una decisión que ellos han tomado sino que les ha llegado impuesta desde fuera.
Teniendo esto en cuenta, vamos a ver cómo podemos facilitar estos momentos de transición y cambio nuestros peques:
Anticipación e información
Como adultos nos gusta que nos informen cuando se va a producir algún cambio, y si es con antelación, mucho mejor, ¿no? Eso nos da tiempo para prepararnos y nos da algo de seguridad el hecho de saber que algo va a pasar, aunque no tengamos toda la información y haya cierta incertidumbre.
A los niños también les ayuda saber que se va a producir algún cambio. Ellos viven el momento mucho más que nosotros y tal vez cuando les anticipamos algo parece que a los cinco minutos se les ha olvidado, y posiblemente es así, en ese momento no tiene importancia para ellos porque es algo a futuro, pero el hecho de que les hayamos informado sirve para que cuando llegue el momento no les pille totalmente por sorpresa.
Por ejemplo si se trata de la llegada de un hermanito, el hecho de incluirle en los preparativos de las cosas del bebé, de explicarle con quién se quedará el día que mamá dé a luz, anticiparle cambios como por ejemplo si hacemos colecho y ahora vamos a ser uno más en la cama... Ese tipo de información es como piezas de un puzzle que van encajando y, aunque el puzzle no esté completo, van creando una imagen difusa de cómo serán las cosas, lo que ayuda a que la incertidumbre se reduzca.
Respetar y validar cómo se sienten
De validar emociones hemos hablado ya en varias ocasiones pero no está de más recordarlo. Una misma situación provoca emociones diferentes en cada persona y tenemos que respetar y validar esas emociones.
Tal vez no comprendamos por qué nuestra hija está triste el primer día de vacaciones cuando nosotros estamos alegres y se nos pase por la cabeza decirle "Pero si estamos de vacaciones" Alegra esa cara!". Tal vez no entendamos por qué nuestro hijo se pone a llorar por tener que ir al dentista a hacerse una revisión y tengamos la tentación de decirle "Venga, no llores, si no te va a doler", estas frases aparentemente inofensivas que decimos con toda nuestra buena intención están negando sus emociones en ese momento.
Es preferible decir algo como "Parece que estás triste, ¿te apetece contarme cómo te sientes?" o "¿Estás llorando por la visita al dentista? ¿Tal vez te da miedo? Te entiendo, a mí de pequeña me pasaba igual, ¿podemos hacer algo para que te sientas mejor?" De esta manera validamos sus emociones, les hacemos ver que no es malo sentirse así y que estamos ahí si nos necesitan.
Acompañar, no distraer
Si el cambio es duro o doloroso para el niño, podemos tener la tentación de querer evitarle ese dolor disfrazando la realidad, ocultándosela (por ejemplo en el caso de un fallecimiento hay gente que evita hablar del tema delante de sus hijos), o distrayendo su atención para que no sufran.
Pero ese proceso es necesario, ya sea el proceso de duelo por la pérdida de un ser querido, el proceso de adaptación al cole, el proceso de aceptar que ahora somos uno más en la familia y algunas cosas van a cambiar... Si evitamos que nuestros hijos pasen por ese proceso estamos impidiendo el aprendizaje que eso conlleva: Aprender que soy capaz de adaptarme a nuevas situaciones, aprender a gestionar las emociones que me produce una situación de cambio... Si cuando son pequeños no dejamos que experimenten estos aprendizajes, cuando sean mayores y se enfrenten a situaciones de cambio o transición no van a estar preparados...
Nuestro papel es acompañarles para que sepan que estamos ahí si nos necesitan, apoyarles y alentarles, recordándoles situaciones pasadas en las que hayan superado otros momentos de cambio, o compartiendo alguna experiencia nuestra con la que se puedan sentir identificados. Es como si tuvieran que cruzar un túnel para poder salir por el otro lado, no podemos cruzar el túnel por ellos, ni podemos hacer que lleguen al otro lado por un atajo, necesitan cruzar ese túnel, pero podemos cruzarlo con ellos, de la mano si es necesario.
Resiliencia
La resiliencia es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas, es una capacidad muy útil para nuestra supervivencia y nuestro bienestar.
Hay personas que de manera natural son más resilientes, pero es una capacidad que podemos desarrollar a través de nuestras vivencias y cómo reaccionamos a ellas, así que las situaciones de transición y cambio son oportunidades de generar resiliencia, especialmente si seguimos lo comentado en el punto anterior, es decir, si acompañamos a nuestros hijos en el proceso pero dejando que experimenten por sí mismos las emociones y el aprendizaje, al fin y al cabo se trata de oportunidades para conocerse mejor a sí mismos.
Una situación que para nosotros como adultos no tiene importancia, para nuestros hijos puede suponer una pequeña crisis de la que pueden aprender a ser más resilientes.
En el webinar del viernes 30 de Noviembre (2018) hablaremos de todo esto con más detalle y con ejemplos. Si quieres asistir y tener acceso a la grabación, puedes unirte ahora a RetoMontessori, te espero! 😉
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