Activar la circulación
La circulación sanguínea es la que aporta a cada parte del cuerpo y a todos nuestros tejidos los aportes energéticos y de oxígeno que se necesitan para mantener el normal funcionamiento corporal.
Son innumerables los trastornos producidos en el camino de la circulación y las enfermedades que afectan el normal funcionamiento del riego sanguíneo a los tejidos y órganos.
El colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes, entre otras afecciones pueden nombrarse como algunos de los enemigos de la normal circulación sanguínea. Cabe recordar que el control de las enfermedades que pueden afectar la circulación es primordial para evitar trastornos de irrigación, no siempre se consigue un control adecuado y cuando se consigue es difícil mantenerlo en el tiempo, ya que frecuentemente el control de las enfermedades crónicas como la diabetes, es muy difícil pero no imposible.
El frío frena la circulación de la sangre y pone en peligro a personas que sufren isquemias y otros problemas de corazón o que tienen un escaso riego sanguíneo en sus extremidades.
Para activar la circulación los especialistas recomiendan caminar diariamente, por terreno llano, llevando una marcha rítmica algo más lenta al principio y al final del paseo, utilizar zapatos cómodos de punta cuadrada y masajear pies y piernas con una crema hidratante, al volver de la caminata, empezando siempre desde los pies y siguiendo por las piernas y muslos.
También es importante abrigar los pies con calcetines gruesos de algodón o de lana, como así también preservar las manos del contacto con el agua fría utilizando guantes de goma.
Y por último cuidar la dieta para lograr un control del peso, los alimentos más recomendados son los ricos en vitamina C. Si se toma medicación especial para mejorar la circulación no olvidar su continuidad, ya que en esta época del año se debe prestar especial atención.