La sudoración excesiva o hiperhidrosis no es una enfermedad propiamente dicha, aunque en ciertos casos puede afectar a las relaciones de la persona, tanto familiares como laborales y causar problemas psicológicos. Esto debe considerarse una vez descartada cualquier enfermedad que pueda producirlo, incluso la fiebre o determinados momentos puntuales de ansiedad.
Otra de sus causas puede ser un estado continuo de ansiedad, en cuyo caso debe tratarse con el objetivo de alcanzar la tranquilidad en el estado general.
Consecuencias para la salud
Una de las consecuencias para la salud de la sudoración excesiva es que la piel se reblandece debido a la humedad continuada, y está expuesta a la aparición de fisuras. Cuando estas fisuras aparecen en la planta del pie pueden ser dolorosas.
Recomendaciones para tratar la hiperhidrosis
- Ducharse a diario. Es importante que la zona que sude en exceso se mantenga limpia. El mal olor procede de la descomposición del sudor por las bacterias que se encuentran en la epidermis. El lavado frecuente disminuye las bacterias.
- Utilizar ropa confeccionada con algodón para permitir una mejor transpiración de la piel. Los tejidos sintéticos transpiran menos y el sudor se acumula en mayor cantidad. Los calcetines también deben ser de algodón, nunca de tejido sintético, y los zapatos deben permitir una transpiración adecuada sin acumular olores, lo que puede suceder con el calzado deportivo.
Tratamientos
- Pueden utilizarse productos desodorantes con sales de aluminio que ayudan a disminuir la sudoración.
- Existe un tipo de tratamiento a base de inyectables en las zonas de sudoración con resultados desiguales en función de cada caso.
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