El virus del papiloma humano es una enfermedad de transmisión sexual del tipo infeccioso que resulta ser muy frecuente y que puede llegar a cursar sin síntomas.
Se considera que existen más de cien tipos de virus del papiloma humano, con lo que está muy difundido y todas las personas que mantienen relaciones sexuales están expuestas a sufrir esta infección que es incurable y cronificable en la mayoría de las ocasiones. De todos modos en algunos casos desaparece de forma espontánea en los primeros seis meses después del contagio.
El riesgo de contraer este virus se reduce mucho si se emplean condones durante las relaciones sexuales aunque hay que tener en cuenta que esta infección se puede dar durante otras actividades que no son esencialmente el coito. Incluso los tampones femeninos y las toallas son susceptibles de transmitir este virus. También es muy fácil que se de por vía anal ya que su mucosa es muy frágil ante este virus.
En los casos en que la infección por el virus del papiloma humano presenta síntomas acostumbran a aparecer las conocidas como verrugas genitales, de diferente apariencia en hombres y mujeres.
Para un correcto diagnóstico del papiloma se necesita proceder a análisis de laboratorio y a otras pruebas como Papanicolaou con colposcopia, citología exfoliativa del pene o, incluso, biopsia. Una vez conseguida la confirmación de que existe esta infección se procede al tratamiento adecuado. Los casos que impliquen verrugas necesitan un tratamiento quirúrgico que puede ser de electrofulguración o criogenia.
Hay que tener presente que el mejor tratamiento del virus del papiloma humano es la prevención. Es necesario usar condones, evitar en lo posible la promiscuidad sexual y también el uso de prendas íntimas ajenas. No podemos olvidar que el número de infecciones de este tipo que podamos sufrir y su duración se consideran factores de riesgo para un posterior desarrollo de cáncer.