Cuando se piensa en el perfil típico de un bailarín, uno se imagina a una persona ágil, precisa en sus movimientos y con un físico esbelto. Es por ello que los bailarines siempre han de mantener ese complicado equilibrio entre fuerza y delgadez. Es habitual observar que la ingesta de calorías de los profesionales de la danza es, en muchos casos, inferior a su necesidad energética real, creando con ello hábitos de alimentación poco saludables. Es muy importante que el bailarín entienda que el objetivo principal de su dieta ha de ser el de proporcionarle la energía necesaria para llevar a cabo las clases, ensayos y funciones que se vayan a realizar durante la jornada, ya que ellos están más cerca del fondo físico de un deportista de élite que el de una persona más sedentaria, por lo que necesitan un requerimiento nutricional superior.
La comida y el rendimiento físico
Cierto es que la dieta ideal para cada tipo de bailarín es diferente, dependiendo de la necesidad energética que precise cada tipo de disciplina (danza clásica, contemporánea, española…), y obviamente cada dieta que se inicie ha de ser regulada por un profesional de la salud, pero hay ciertos hábitos alimenticios que se deben conocer y seguir para mejorar el rendimiento:
- Los bailarines requieren más calorías diarias debido a su elevada actividad física. Se estima que las bailarinas, por cada kg de peso corporal, necesitan entre 45 y 50 calorías, mientras que los bailarines necesitan entre 50 y 55 calorías.
- Los carbohidratos suelen ser drásticamente reducidos en las dietas de los bailarines para evitar ganar peso, pero es un error, porque son los responsables de proporcionarnos la mayor fuente de energía. La dieta de un bailarín debería estar compuesta por un 65% de hidratos de carbono, consumidos antes de la práctica de ejercicios y también después, para reemplazar los carbohidratos quemados.
Las proteínas regeneran el tejido muscular e incrementan su tamaño. La dieta de un bailarín debe estar comprendida entre un 12% y un 15% de proteínas.
Las grasas son vitales para la absorción de determinadas vitaminas y son un buen combustible para los músculos del cuerpo. Junto con los carbohidratos, son los eternos olvidados en las dietas de los bailarines, pero hay que saber diferenciar entre los diferentes tipos de grasa. Las grasas trans, también llamadas “grasas malas”, se encuentran principalmente en los productos de origen animal y en la bollería industrial. Estas grasas, obviamente, son las que se han de eliminar. Sin embargo, las grasas presentes en el pescado, los frutos secos o el aguacate, mejoran el rendimiento físico de forma notable.
Cuando hablamos de dietas, normalmente olvidamos lo importante que es beber la cantidad de agua recomendada. Lo idóneo sería no esperar a tener sed para beber agua, ya que la sed es el primer síntoma de la deshidratación. Es importante llegar a los 1500 ml ingeridos al día, empezar el día con un vaso de agua nada más levantarse, y beber antes, durante y después de cada rutina de baile.
Además de lo expuesto, hay algunos nutrientes que deberían estar presentes en las comidas habituales de los bailarines. Como el calcio, que fortalece los huesos y ayuda a la pronta recuperación de fracturas, tan importante en este gremio. El hierro presente en las carnes rojas y algunos tipos de verdura, también es importante debido a que facilita el transporte del oxígeno en la sangre.