En ocasiones podemos idealizar ciertos momentos de nuestra vida.
Soñar y visualizar lo que nos pasará en el futuro, sin embargo, cuando por fin llega ese momento…igual no es tan perfecto como habíamos imaginado, verdad?
Y entre esas cosas que idealizamos suele estar la lactancia materna, bien porque no hemos tenido contacto con mamás que amamantan o porque pensamos que nos hemos preparado a consciencia, que nos sabemos la postura de caballito, la de rugby, sabemos que el bebé tiene que hacer entre 8 y 12 tomas los primeros dias…y aún así…las cosas no van bien ¿Qué es lo que puede estar ocurriendo?
Una de las causas que pueden llevar al traste el buen establecimiento de la lactancia materna, sería la anquiloglosia, lo que se conoce comúnmente como que el bebé tenga “frenillo”.
Lo cierto es que estamos oyendo hablar mucho del frenillo como causa principal de los problemas relacionados con la lactancia materna, pero ¿es así realmente? ¿tanto influye el frenillo en que un bebé pueda o no mamar satisfactoriamente? y si finalmente se ve que el bebé tiene frenillo y éste le impide la succión de la leche…¿habría que cortarlo o no?
Bueno, vamos a ver si os podemos aclarar vuestras dudas
¿Cómo afecta el frenillo a la lactancia materna?
Si el bebé no se agarra bien al pecho a pesar de probar distintas posturas, hacer que abra bien la boquita para tomar toda la areola, comprobar que tiene los labios evertidos, etc. o si el pezón sale de su boca aplanado, es posible que el bebé tenga el frenillo lingual corto, lo cual impide el movimiento libre de la lengua.
La lengua no puede subirse o extenderse suficiente para succionar la leche y puede causar abrasión de los pezones o comprimirlos y provocar grietas o heriditas o el aplanamiento de un lado del pezón, quedando como si fuera un pintalabios nuevo.
¿Cómo saber si mi bebé tiene “frenillo“?
Algunas señales que nos indican que el bebé podría tener frenillo sublingual corto serían:
- Paladar alto y estrecho, puesto que la lengua no llega para extenderlo.
- La lengua se dobla hacia abajo o presenta un borde frontral plano al extenderla.
- Una lengua que no se eleva cuando el bebé llora o una lengua con un pliegue central.
- Se oyen chasquidos cuando el bebé mama, se trata de interrupciones de la succión.
- Si el frenillo es demasiado corto, la lengua puede cansarse pronto y temblar.
- Tomas de mucha duración o bebé cansado de mamar y se duerme.
Si crees que tu bebé puede tener frenillo, debes visitar a una asesora de lactancia para diagnosticar el problema y tratarlo, por qué…¿Sabías que los frenillos se clasifican en cuatro tipos?
¿Qué hacer si el bebé tiene frenillo?
Normalmente no hace falta nada más que uno o dos cortes rápidos – frenilectomia – llevados a cabo por el dentista o el pediatra con una tijeritas o mediante láser en la consulta. Solo se precisa anestesia local. El bebé seguramente llore al notar que le inmobilizan, le saldrá algo de sangre, si, pero se agarrará al pecho de inmediato y podrá calmarse rápidamente.