¿Cómo está compuesto el cerebro? ¿Qué encontraríamos si lo redujéramos a sus partes nutricionales? La relevancia de estas preguntas radica en que cada componente tiene un impacto distinto en el funcionamiento y el desarrollo del cerebro, así como en el estado de ánimo y la energía.
A tal punto son importantes los alimentos que consumimos, que podrían ser causantes de la apatía después del almuerzo, o el estado de alerta nocturno. Así, por ejemplo, los ácidos grasos esenciales del cerebro (entre los que destacan los omegas 3 y 6), se relacionan con la prevención de enfermedades cerebrales degenerativas, y es necesario que provengan de lo que comemos. Proteínas y aminoácidos son básicos para el crecimiento y el desarrollo, y tendrán gran influencia en el estado de ánimo, el sueño, la atención y el peso. Al igual que los otros órganos de nuestro cuerpo, nuestros cerebros también se benefician de un suministro constante de micronutrientes.
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¿Frutas y verduras? ¿De qué sirven sus antioxidantes, las vitaminas y los minerales? ¿Cómo transforma y sintetiza todos estos nutrientes, el cerebro? ¿Cuál es su combustible? En este entretenido video encontrarás información sobre la forma en que cada alimento, cada cosa que masticás y tragás, impacta en el órgano más importante de tu cuerpo.
Fuente: TedEd
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