Muchas personas mayores tienen un recorrido de vida lleno de dificultades y trabas que les curten como personas. A medida que pasan los años, parece que se van haciendo menos sensibles emocionalmente. Esto tiene sentido pero no es la realidad.El haber pasado por dificultades ayuda a la hora de enfrentarte a situaciones parecidas, pero ello no hace que las sucesivas no afecten. Sufrir la muerte de un familiar no duele menos si se siente por segunda o tercera vez. Investigaciones recientes de la Universidad de Carnegie Mellon (USA), indican que lejos de proteger, el paso de los años hace que seamos cada vez más sensibles a las emociones negativas.Además, sabiendo que los disgustos afectan de manera física provocando síntomas similares a los que acontecen en un infarto, y teniendo en cuenta una posible situación delicada en su salud, esto podrían suponer un detonante en la aparición de ciertas dolencias o enfermedades.Estas conclusiones deberían invitarnos a pensar, y atendiendo al cuidado y atención a nuestros mayores, plantearnos cómo protegerles en este sentido. Muchas veces presencian situaciones conflictivas o tensas que podrían evitarse. Ellos sufren especialmente estas escenas y podrían verse responsables o partícipes de ellas. Para no quedarnos con el sabor de los disgustos, os dejamos este emotivo vídeo de la reacción un señor ante una buena noticia. Y os animamos a que reflexionéis sobre esto y a que actuéis siempre protegiendo a vuestros mayores. Este post fue publicado en la web de Centro Virtual sobre el Envejecimiento. Edición: Clara Díaz Henche