Thomas Friedman ya anunciaba en su obra La Tierra es plana en 2006 que la globalización y la hiperconectividad habían “aplanado el terreno de juego”. Gracias a Internet cualquiera puede conectarse con otra persona en cualquier otro punto de la tierra.
Internet fue una revolución que cambió el mundo; la manera en que estudiamos, la búsqueda de información, cómo trabajamos e incluso cómo nos relacionamos.
La robótica y la inteligencia artificial (IA) será otra revolución que volverá a modificar la manera en que vivimos.
No solo serán robots autómatas que nos ayuden en tareas cotidianas, si no la transformación de los ordenadores, los coches, las televisiones, dispositivos móviles e incluso, nuestras casas, ropa y todo lo que hasta ahora había estado “muerto”.
Un ejemplo sencillo. En octubre de 2010, Google terminó con éxito un proyecto en el que mantuvo una flota de coches autónomos circulando durante 6 meses y 225.000 kilómetros por California:
Este avance, por ejemplo, cambiaría la vida de millones de persona incapacitadas para conducir o la forma de conducción, entre otras muchas cosas.
¿Cómo afectará la inteligencia artificial al marketing?
Lo primero que nos viene a la mente es el desarrollo de aplicaciones de inteligencia artificial capaz de conocer los deseos exactos de los consumidores y qué técnicas de ventas utilizar según nuestra personalidad. Por ejemplo, un minorista podría conocer exactamente qué perfume quieres antes de lo lo hayas olido.
Así pues, la personalización tan famosa en los últimos años adquirirá cada vez más un matiz individualista.
Al final, siempre se trata de lo mismo:
conocer al cliente, sus gustos, sus deseos y sus hábitos.
Por tanto, la IA multiplica los límites de acción del marketing digital y pueden ofrecer los siguientes beneficios:
- Identificar las razones que motivan la compra por parte de los clientes, permitiendo la segmentación del producto adaptándolo a los gustos e intereses de los clientes.
- Determinar las causas que originan la compra, es decir establecer el modo en que el producto debe ser vendido para aproximarse de forma más precisa a la personalización.
- Favorece la innovación de los productos a través de la identificación de las tendencias.
- Mejora los procesos de atención al cliente, resolviendo de forma rápida y eficaz todas las situaciones que se plantean.
- Ofrecer mejores recomendaciones, basándose en datos como el historial de compras realizadas.
- Innovar el producto según deseos y tendencias.
La IA en marketing es más presente que futuro.
Varias startups ya han creado desarrollos que miden la interacción entre el producto y el consumidor y muchas empresas tecnológicas ya emplean la tecnología de la IA:
- Google con sus algoritmos inteligentes para perfeccionar sus motores de búsqueda.
- Twitter que ha creado un bot para mejorar la interacción de los usuarios a través de su plataforma.
Es más, herramientas básicas para el marketing digital actual ya aplican las posibilidades de la inteligencia artificial, y ésta puede ser, según los expertos, una tendencia en alza para este sector concreto en los próximos años.
Un ejemplo de ello es el email marketing en el que se podrá segmentar a qué usuarios enviar qué emails según su comportamiento. BenchMark por ejemplo dispone de la opción “Automatización basada en la interacción“.
Uno de los principales retos de la IA será la capacidad para reconocer las emociones, muy importante especialmente cuando se trata de publicar comentarios en redes sociales o de catalogar información.
Lo que parece claro es que la Inteligencia Artificial es un nuevo mundo de posibilidades sin explotar cuyo alcance aún desconocemos y que puede ofrecer a las empresas una gran ventaja competitiva.