Hoy te traigo un post invitado de la mano de Lara Á. Charro, que está detrás Nacer en tiempos de coronavirus.
Los días antes de dar a luz siempre son inciertos. Te acuestas con el deseo de que no pase de esa noche y te levantas con la esperanza de que “hoy, quizás sí”. En esos días, nos pueden las ganas, pero también las dudas. ¿Saldrá todo bien? ¿Estará mi bebé sano? ¿Sabré hacerlo? ¿Tendré fuerzas suficientes?
Ese momento, quizás el más único y especial de nuestra vida, se ha complicado un poco más en estos tiempos. Inmersos desde marzo en plena pandemia mundial, hemos visto cómo la atención sanitaria ha tenido que redoblar esfuerzos para atajar la crisis del coronavirus, lo que ha obligado a tomar algunas medidas drásticas: se han cancelado citas médicas o, en el mejor de los casos, se han sustituido por el teléfono, se ha prohibido el acompañamiento de pacientes, se ha hecho obligatorio el uso de la mascarilla en todo tipo de instalaciones e intervenciones.
Embarazo y parto en plena pandemia
El embarazo y el parto no han permanecido ajenos a todo ello. Desde marzo, son muchas las que se han tenido que enfrentar a un parto solas, con la mascarilla puesta para recibir a su bebé. Son muchas las que no han podido estar acompañadas ni siquiera por su pareja en los días de hospitalización posteriores. Y todas hemos visto mermada la atención médica que habríamos recibido en cualquier otro momento.
Mi experiencia
En mi caso, reconozco que tuve mucha suerte. Rompí aguas dos días después de decretarse el estado de alarma y al tercero mi bebé ya estaba con nosotros. Pude estar acompañada por mi pareja en todo momento y recibir a nuestro hijo con la cara descubierta. Eso sí. Ni una visita y dos meses de encierro en los que nadie pudo conocer al peque ni venir a echarnos una mano.
Me vi muy sola. Abandonada por un sistema que se había olvidado de nosotras, las recién paridas. El posparto, que siempre es delicado, me impactó con fuerzas y me hizo dudar de todo, hasta de mi capacidad para ser madre, para ser la madre que mi hijo se merecía. En medio de todo aquel caos, conseguí sacar fuerzas para encontrar mi propia vía de escape: mi blog Nacer en tiempos de coronavirus, que empezó como un simple refugio donde esconderme cuando necesitaba unos minutos de paz.
El objetivo de mi comunidad
Poco a poco, a través de Instagram, fui conociendo a otras chicas que estaban igual que yo: asustadas, perdidas, con ganas de contarle al mundo que ellas también lo estaban pasando mal, que ellas también necesitaban ayuda. Así surgió “Coronamamis”, una sección en la que recojo testimonios de otras mujeres que han tenido que dar a luz en plena pandemia. El único objetivo es sentirnos un poco menos solas, un poco más acompañadas.
Si estás embarazada, déjame decirte algo: no importa todo lo demás, el momento del parto será único y especial, será vuestro para siempre. Créeme, serás capaz de olvidarte de las circunstancias, de lo que ocurre fuera, para centrarte en lo único importante: tu bebé.
Y si tú también eres coronamami, te animo a que compartas tu experiencia en mi blog. Escríbeme a [email protected] y yo me ocupo de lo demás.
¿Te unes a la comunidad?
¡Muchas gracias por leerme!
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