Todos, a lo largo de nuestras vidas aunque no nos paremos a analizarlo, pasamos por constantes transiciones de mayor o menor importancia.
Para empezar, muchos os preguntaréis ¿Qué significa transición? Desde mi punto de vista, es un término muy amplio que yo definiría como un proceso de cambio en cualquier faceta interna o externa de nuestras vidas, es decir, que se refiere a transformaciones, adaptaciones y evoluciones de las personas y sus vidas.
Por supuesto, es un término al que me voy a referir desde un punto de vista orientacional, enfocado en la amplia expresión de la búsqueda de trabajo desde su heterogeneidad.
El principal error en el que caen la mayoría de las personas que pasan por procesos de transición o cambios es pensar que todo fluirá por el lugar adecuado, independientemente de que hagan algo o no, sin embargo, olvidan que los principales protagonistas de los mismos deben ser ellos mismos.
En la actualidad, las cosas están difíciles en el terreno laboral, sin embargo, no es la primera vez que se pone cuesta arriba la situación.
Las transiciones laborales generan miedo e incertidumbre, sobre todo la primera vez, y aunque ya se haya pasado por alguna, desgraciadamente ningún cambio es igual.
Voy a proceder a mencionar las principales transiciones a las que muchos de nosotros nos hemos enfrentado y que tienen relación directa con nuestro futuro profesional:
- El paso de Bachillerato a la Universidad.
- La búsqueda del primer trabajo.
- El enfrentarse a un despido y tener que comenzar a buscar trabajo otra vez.
- El querer cambiar de sector profesional.
- Buscar trabajo teniendo un puesto de trabajo.
- Del trabajo por cuenta ajena al trabajo por cuenta propia.
Por supuesto, me dejo unas cuantas que os animo a ayudarme a poderlas reunir en los comentarios de este post.
Lo que está claro es que todas tienen unos parámetros comunes en la forma de plantearlas, es decir, requieren de una planificación, de una plasmación de objetivos concretos, de una priorización de los mismos, de bastante dosis de flexibilidad para poder ir cambiando el rumbo, de espíritu autocritico y de aprendizaje.
Para empezar, en todas ellas se requiere de un período de reflexión de ver dónde estamos y dónde nos gustaría estar. No olvidar el proceder a recopilar información, opiniones, reflexiones de diversas fuentes que nos ayuden a poder conocer todos los puntos de vista y así poder tomar las pertinentes decisiones con la globalidad de lo necesario. Es necesario ponernos en el lugar de los otros para entender sus puntos de vista. Igualmente, no debemos olvidar el escucharnos a nosotros mismos para saber qué es lo que queremos y a lo que aspiramos.
Debemos ser realistas y saber que ningún proceso de cambio será fácil, sin embargo, nada es imposible si nosotros creemos firmemente en que lo podemos alcanzar. Todas las dificultades se pueden superar, menos la falta de motivación de uno mismo por lograr lo que está persiguiendo. Debemos ser fuertes.
Ahora mismo, todas las personas que nos enfrentamos a estos retos a nivel profesional no lo tenemos fácil porque siempre van a existir peros, es decir, cuando no es la falta de experiencia, es la excesiva experiencia o la especialización en un área. Hemos de ser conscientes de la misma forma los seleccionadores que la heterogeneidad de perfiles es buena y que cada candidato debe ser independiente. Lo que importa es la globalidad de la persona, sus valores, competencias, ganas de trabajar, lo que aporte, lo que pueda hacer, etc. Debe darnos igual que tenga más o menos edad, si es hombre o mujer y que realmente tenga ganas y pasión.
La clave es trabajar los cambios de una forma global y trabajar desde el primer día por conseguir lo que queremos. No pasa nada por tener dudas, días de bajón, miedos, períodos de incertidumbre, falta de fe en nosotros mismos, mientras sea algo temporal y pongamos todo el esfuerzo al día siguiente por seguir esforzándonos por conseguir lo que queremos alcanzar por muy difícil que pueda parecernos. Siempre será imposible de alcanzar si no hacemos nada y no lo intentamos.
Debemos de tomarnos nuestro tiempo siempre y cuando no sea eterno, es decir, no es buena ni la precipitación ni la duda eterna. Nadie nos puede asegurar que la decisión que tomemos sea la mejor, sin embargo, debemos de reflexionar cual es la mejor para nosotros en cada momento.
Los cambios nos hacen sentir que estamos vivos porque en esta vida no tenemos nada seguro. Los caminos fáciles en más de una ocasión son los más tortuosos por muchas circunstancias.
¿Cómo has afrontado tus transiciones?