Entre los accidentes domésticos más comunes se encuentran las quemaduras, y requieren una intervención rápida y eficaz para aliviar el dolor lo antes posible. Una quemadura es una inflamación de la piel al contacto con una fuente de calor. Se distinguen tres estadios de quemaduras.
La quemadura de primer grado es la menor de todas y se alivia fácilmente. Este tipo de quemaduras se caracteriza por un enrojecimiento más o menos intenso de la superficie de la piel, así como por un dolor superficial. El primer reflejo consiste en enfriar la zona afectada con agua fría, y después desinfectar la herida.
También se pueden aplicar cremas destinadas a paliar estos efectos como el Biafine. Los remedios caseros suelen ser bastante eficaces, especialmente si no tenemos ese tipo de productos químicos al alcance. Un ejemplo de remedio casero puede ser el de raspar una patata sin derramar el zumo de la pulpa.
Este puré se envuelve en una compresa, y luego se aplica localmente sobre la zona inflamada. Si tenemos arcilla, podemos hacer una cataplasma lo suficientemente extendida y gruesa para cubrir la quemadura y dejarla secar.
Este método es muy eficaz porque no sólo permite una cicatrización rápida, sino que luego no deja ningún tipo de marca sobre la piel. También se puede empapar una compresa en vinagre y leche hervida, y una vez fría, aplicarla sobre la zona afectada.
Las quemaduras de segundo grado son más importantes y se caracterizan por una serie de ampollas que se forman justo después del contacto de la piel con la fuente de calor. Estas ampollas son aperturas para los microbios y la herida debe ser limpiada con mucho cuidado.
Debemos enfriar muy bien la zona afectada y luego desinfectarla utilizando productos sin alcohol para no agravar la sensación de escozor. Si la herida no es más grande de 3x3cm, debemos envolver la superficie quemada con una gasa especial para este tipo de afecciones cutáneas.
En última instancia, si no disponemos de este tipo de gasa, un compresa esterilizada puede hacer la misma función. Estos apósitos deben cambiarse todos los días, tras desinfectar la herida. Las gasas que se venden en farmacia para el tratamiento de quemaduras, vienen empapadas con productos lubricantes grasos como parafina o vaselina, antisépticos e incluso antibióticos.