¿Cómo te manejas a la hora de facturar tus productos y servicios? La mayoría de los autónomos y emprendedores aprendemos a partir de la experiencia, poco a poco. Por lo general, hasta que no nos vemos obligados a aplicar un descuento en nuestras facturas no investigamos cómo hacerlo.
En realidad, es una circunstancia más frecuente de lo que parece. Muchas veces puedes incorporarla a tu estrategia comercial para incentivar ventas, reconocer la fidelidad de tus clientes, conseguir liquidez mediante pagos anticipados o estimular las compras múltiples.
Sea como sea, es fundamental tener muy claro cómo debes aplicar estos descuentos e implementarlos en cada factura. Todo error en esta tarea acarrea múltiples consecuencias negativas: desde problemas contables a cobros incorrectos o una imagen de marca deteriorada.
En este artículo te vamos a ayudar a tenerlo todo absolutamente claro desde el primer momento.
En qué consisten los descuentos en factura
El concepto es claro: se trata de una rebaja sobre el precio de venta que se aplica a una venta concreta o a un cliente determinado, por el motivo que sea. Dicho de otro modo, es una reducción del pago requerido que se plasma en la factura.
Por lo general, el más popular es el que se aplica a cambio de un pago anticipado. De hecho, se podría decir que este tipo de descuentos figura entre los que primero se implementaron en las prácticas comerciales. En todo caso, no es el único.
Realmente, los descuentos son auténticas herramientas de marketing y comercialización que siempre estás en condiciones de aplicar en toda negociación.
Cómo se elaboran las facturas con descuentos
En su elaboración general, las facturas con descuentos no se diferencian del resto. Los elementos básicos que la integran son los mismos que para las convencionales:
- Información sobre el emisor. Nombre y apellidos o razón social, dirección, NIF o CIF. Es opcional, aunque recomendable, incluir también el teléfono de contacto y un correo electrónico.
- Información sobre el destinatario. Hay que reflejar los mismos datos: nombre y apellidos o razón social, domicilio y número o código de identificación fiscal.
- Número. Todas tus facturas de un mismo ejercicio fiscal deben estar numeradas de forma correlativa.
- Fecha. Tienes que consignar el día de su emisión, siempre de forma coherente con la numeración asignada.
- Concepto. En él debes escribir el servicio o producto adquirido en esa compraventa concreta.
- Base imponible. Es el importe a cobrar, sin aplicar los impuestos oportunos.
- Retención de IRPF. Se trata de una partida opcional, aplicable solo entre los autónomos profesionales. Implica una retención sobre la base imponible del 15 %, o bien del 7 % si eres un profesional autónomo durante los primeros 18 meses de actividad.
- IVA. También es opcional, depende de cada caso y corresponde con el Impuesto de Valor Añadido aplicable. Lo normal es un 21 %, aunque también hay casos de IVA reducido (10 %) e hiperrreducido (4 %). Ocasionalmente, existen situaciones exentas de IVA.
- Importe total. Es el resultado de sumar a la base imponible el IVA y restarle el IRPF, en caso de haberse incluido uno o los dos impuestos.
- Método de pago. Es el sistema requerido para abonar el importe. Si solicitas una transferencia, no olvides dejar constancia del número de cuenta.
- Vencimiento. Si lo consideras conveniente, introduce la fecha de cobro establecida.
Cómo incluir el descuento
La Agencia Tributaria, en su Reglamento de Facturación, especifica muy claramente cómo tienes que incorporar este elemento a tus facturas.
En toda circunstancia, debes aplicar esa reducción directamente sobre la base imponible. Es decir, antes de impuestos.
Funcionalmente, tienes la posibilidad de plasmar esta información de dos maneras:
- En la parte inferior de la factura, debajo de la base imponible total. En tal enfoque, harás constar el porcentaje aplicado, el importe descontado y la base imponible definitiva. O sea, la que abonará el cliente.
- Directamente, en la línea de cada producto en la parte superior de la factura. Esto es habitual cuando la factura incluye varios artículos o servicios distintos, que conllevan descuentos diferentes. En estos casos, se reducen las partidas económicas de cada uno. De este modo, la suma de la base imponible contempla ya todas los descuentos aplicados.
La normativa establece siempre la obligación de cumplimentar el precio unitario real de cada partida, antes de descuentos y de impuestos.
Una alternativa adicional
En casos muy concretos, como los descuentos por pronto pago o los rápeles por consumo, existe la posibilidad de utilizar un método distinto.
Consiste en emitir la factura inicial por el importe completo, sin incluir descuento alguno. Y cuando se concreta la cantidad a reducir, o el porcentaje aplicable, generas una factura rectificativa con la cantidad, en negativo, que hay que descontar. En ella, lógicamente, también incluirás el mismo porcentaje de IVA y de IRPF, si procede, que en la primera, con sus correspondientes partidas.
De este modo, se compensan ambos conceptos en la proporción adecuada.
¿Qué tipos de descuentos en facturas existen?
Aunque hemos mencionado algunas clases de descuentos en las explicaciones precedentes, ha llegado el momento de hacer un recorrido práctico por los principales tipos de descuentos.
Como emprendedor o autónomo, te conviene saber qué recursos se están utilizando. Solo así tendrás la posibilidad de decidir si tu también vas a aplicarlos y de qué manera.
Lo primero que debes considerar es que existen dos grandes familias:
- Genéricos. Todos los clientes se benefician de ellos.
- Particulares. Solo se aplican a cada cliente concreto con el que se han pactado.
Pronto pago
Es un recurso muy útil para favorecer la liquidez y anticipar el ingreso de los servicios prestados. Lo normal es cobrar a 30, 60 o 90 días fecha factura, según los sectores y las condiciones negociadas.
La reducción por pronto pago se aplica cuando el cliente paga antes del vencimiento o la fecha establecidos. Es una buena opción, también, para prevenir la morosidad y, siempre favorece nuestra tesorería.
Si el cliente paga al instante, al recibir la factura, se suelen consignar en ella estos descuentos. Cuando no es así, procede cumplimentar una factura rectificativa con el importe descontado, tal y como hemos explicado anteriormente.
Por volumen
Es un rápel o beneficio especial que recibe un cliente por haber alcanzado una cantidad de compra determinada. Siempre se han fijado, de antemano, tanto las unidades requeridas para aplicarlo como el porcentaje en cuestión. A veces, incluso, se establecen distintas cotas o niveles que van dando derecho a descuentos progresivos.
Lo habitual es incluir este valor descontado en la última factura del cliente, aquella con la que ha alcanzado la referencia marcada. También se puede usar, si se prefiere, la opción de la factura rectificativa.
Estacional
Estos descuentos persiguen compensar la estacionalidad y minimizar sus efectos. En épocas en las que el consumo decae, por ejemplo los helados en invierno o los turrones en verano, es una buena opción estimular la demanda con precios reducidos. Se incluyen, siempre, en la factura emitida para la compraventa.
Por temporada
Un enfoque parecido es el que corresponde a estos descuentos, habituales sobre todo en las famosas rebajas o en fechas comerciales especiales, como puede ser el Black Friday.
Se llevan a cabo al final de cada temporada, o en fechas específicas, para aligerar el stock antes del cambio de catálogo o aprovechar circunstancias especiales. Debes incluirlos en la factura de compra.
Si los diferentes artículos están rebajados en porcentajes distintos, tendrás que ubicar el descuento en cada línea de producto en tu factura. De este modo, el cálculo o suma de la base imponible total ya habrá contemplado las distintas rebajas.
Reducción comercial
Es el cajón de sastre que agrupa al resto de las posibilidades. Cualquier fórmula que se te ocurra, en términos de marketing, se situaría en este apartado.
Estas son algunas posibilidades habituales:
- Promoción de lanzamiento, cuando se trata de una referencia de nueva creación y aún desconocida en el mercado. Su finalidad es darla a conocer y compensar las indecisiones iniciales.
- Promociones renove. Puntualmente, la entrega del producto reemplazado conlleva una rebaja en el precio a pagar por el nuevo. Es frecuente al adquirir coches, dispositivos electrónicos y electrodomésticos.
- Cupones descuento. Son aquellos que se ofrecen, sobre todo, para algunas compras digitales. Por ejemplo para los seguidores de ciertas redes sociales o para quienes aportan información propia a la base de datos de la empresa.
Descuentos fuera de factura
Conviene insistir en estos casos particulares que ya hemos mencionado de pasada. Son aquellos que se consignan en facturas rectificativas adicionales, en vez de en la factura inicial de compraventa.
Por lo general, estos descuentos se concretan después de la primera emisión de factura. Es lo que ocurre con los rápels y los descuentos por pronto pago en los abonos diferidos.
Balance final
Después de haber leído esta entrada, estás mucho más capacitado para resolver con acierto cualquier asunto relacionado con tu próxima factura con descuento. Tienes claro qué son, por qué hacen falta y de qué manera debes llevarlas a cabo.
Además, te has familiarizado con los principales criterios incluidos en el Reglamento de Facturación de Hacienda, y sin duda eres consciente de que puedes utilizar estas alternativas como herramientas estratégicas para cerrar ventas, diferenciarte de la competencia o mejorar tu liquidez en los momentos complicados.
Ya puedes decidir, sin saltarte las normas de facturación establecidas.