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Cómo aprendemos a leer y a escribir – enfoque constructivista

Publicado el 04 marzo 2014 por Mónica Soldevila @mosolvi

 El niño no almacena conocimientos sino que los construye mediante la interacción con los objetos circundantes.

Jean Piaget

Lectoescritura

- Mónica Soldevila -

El aprendizaje de la lecto-escritura es un proceso complejo que empieza a desarrollarse en el niño incluso antes de empezar la Educación Infantil. Especialmente en niños que mantienen un contacto directo con textos escritos tales como libros, carteles del supermercado, letreros que aparecen en la televisión, la prensa, los cuentos, los carteles que podemos ver al ir por la calle, y hoy en día, también, en las nuevas tecnologías como ordenadores, smartphones, tablets…

He oído en ocasiones decir a algunos padres:

-   Pues mi hijo aprendió él solo a leer, antes de ir al colegio.

En efecto, algunos tal vez se rían al escuchar cierta afirmación, pero esto es verdad. Los niños, sin que nadie se lo pida, empiezan a edades tempranas a interesarse por la lectura, intentando imitar a los mayores. Hacen preguntas del tipo ¿qué pone aquí? o ¿cómo se escribe…? Y crean sus propias hipótesis sobre la lectoescritura. Investigaciones como las realizadas por Emilia Ferreiro y Ana Teberosky, apoyadas en las teorías de Jean Piaget sobre el desarrollo cognitivo y la inteligencia, han demostrado que la lectura y la escritura no sólo son materias escolares sino que los niños, por sí mismos, pasan por un proceso de construcción de conocimientos.

Las hipótesis que los niños construyen, no son transmitidas por ningún adulto ni pueden ser deducidas del material escrito que cae en sus manos. Estas hipótesis son comunes en el desarrollo de todos los niños. Por mucho que nos esforcemos por explicarles que no es así, no lo van a comprender hasta que lo descubran por ellos mismos. Hay dos principios básicos a partir de los cuales se organiza todo el proceso lector en los niños:

- PRINCIPIO DE CANTIDAD MÍNIMA: El niño piensa que las palabras largas se pueden leer mientras que las monosílabas no. Se necesitan como mínimo tres letras para ser “legible”.

- PRINCIPIO DE VARIEDAD INTERNA: El niño cree que las palabras que tienen letras repetidas no se pueden leer. Por ejemplo: MMMMMMMM

La adquisición de la lectoescritura implica un proceso constructivo en el que los niños, basándose en sus experiencias con el material escrito que les rodea, van tomando parte de la información que reciben, van dejando parte de esta información que reciben y, además, van introduciendo ideas propias. El resultado son construcciones originales de conocimiento, que parecen caóticas desde el punto de vista de una persona alfabetizada. Se trata de un proceso puramente madurativo en el que se distinguen tres niveles extraídos del análisis de producciones realizadas por niños:

PRIMER NIVEL: Buscan criterios para distinguir entre dibujo y escritura. Después, piensan que la escritura representa, solamente, los nombres de los objetos y de las personas. Más tarde se plantean qué condiciones debe tener la escritura para que “diga algo”. Así es como deducen la cantidad de letras a utilizar y las variaciones cualitativas internas.

Haz la prueba. Si tienes un hijo de unos dos años, muéstrale un libro que contenga, en la misma página, ilustraciones y lectura, y pregúntale: ¿Qué se puede leer de aquí? El niño te señalará las letras. Después pregúntale: ¿Qué es lo que NO se puede leer? Y te señalará el dibujo.

SEGUNDO NIVEL: Descubren que dos cadenas iguales de letras no pueden “decir” nombres diferentes.

  • DE MANERA CUANTITATIVA: variará el número de letras en consonancia con el objeto nombrado, o con la cantidad de elementos que representa dicho objeto. En este nivel el niño te dirá, por ejemplo, que MARIPOSA tiene menos letras que PERRO porque las mariposas son más pequeñas que los perros. O que la palabra BOSQUE es muy pero que muy larga porque tienen que caber todos los árboles y los animales que hay en el bosque.
  • DE MANERA CUALITATIVA: cambiará letras de lugar para representar palabras distintas. Esta variación es más notable en niños que conocen muchas letras.

- TERCER NIVEL: Empiezan a relacionar la representación escrita con la fonetización, es decir, con los sonidos que forman las palabras. En este nivel el niño establece tres hipótesis:

  • HIPÓTESIS SILÁBICA: escriben tantas letras como sílabas tenga la palabra.
  • HIPÓTESIS SILÁBICO-ALFABÉTICA: empiezan a introducir algunas letras para representar fonemas.
  • HIPÓTESIS ALFABÉTICA: ya asocian letras con fonemas y entienden que los diferentes sonidos implican letras distintas.

Por ello se dice que el maestro es un facilitador de experiencias, que trabaja a la vez con distintos niveles de aprendizaje, ya que cada niño pasa por estas fases en diferentes momentos. Deja de ser un mero transmisor de conocimientos estructurados; no se limita a esperar a que el niño aprenda solo sino que crea situaciones que hacen que el niño reconstruya los conocimientos a partir de su propia lógica, es decir, les hace pensar, respetando sus propias hipótesis aunque sean erróneas.

El aprendizaje de la lectura y la escritura es un proceso complejo que requiere tiempo. No se puede establecer una edad concreta en la que un niño deba tener adquirida la capacidad de leer y escribir, si bien es cierto, que con los estímulos adecuados, un niño familiarizado con textos escritos puede haber aprendido a leer a los cinco años. Esto no significa que sea capaz de leerlo y escribirlo todo, seguramente tampoco entenderá todas las palabras y oraciones que lee, sino que, una vez superadas todas las fases de formación de conocimientos, estará preparado para poder leer más cosas e ir aprendiendo, entre otras características y particularidades de nuestro sistema de escritura, la ortografía. Esto es el inicio de la educación primaria, donde profundizará más sobre el lenguaje oral e irá adquiriendo un mejor dominio de la lectura y la escritura, gracias a la utilización de éstas para acceder a otros conocimientos a través de lecturas y textos adaptados a su nivel.

Actualmente, lingüistas e historiadores han cambiado la concepción sobre el lenguaje escrito que tradicionalmente se definía como un código gráfico de transcripción de los sonidos del habla, argumentando que, más que un código, la escritura es un sistema de representación del lenguaje con una larga historia social. Esta concepción hace entender más claramente las complicaciones que se encuentran los niños al tener que interiorizar unos conocimientos, de naturaleza simbólica, para representar el lenguaje. Un claro ejemplo es la dificultad que tienen los alumnos de primer ciclo de primaria para separar palabras; no entienden los espacios en blanco porque, en el lenguaje oral, no existen. En el lenguaje oral, la segmentación está indicada por la acentuación en grupos prosódicos mucho más largos que las palabras gráficas. Al hablar decimos, por ejemplo:

VAMOSAIRALPARQUE

Y no:

VAMOS/A/IR/AL/PARQUE

Esto explica por qué los niños tienen verdaderas dificultades para hacer corresponder las palabras gráficas con las palabras orales. No se trata de un error sino de un proceso evolutivo.

Otras dificultades que los niños se encuentran a la hora de escribir son:

- INVERSIÓN DE LETRAS: “SEPINA” por ESPINA

- OMISIÓN DE CONSONANTES EN POSICIÓN FINAL SILÁBICA: “PESONA” por PERSONA

- FIJACIÓN POR LA ALTERNANCIA CONSONANTE + VOCAL: “TENEDORO” por TENEDOR

- SUSTITUCIÓN DE UNA LETRA POR OTRA PARECIDA: “ESPONSA” por ESPONJA

Todos estos conflictos que el niño se encuentra irán solucionándose gracias a la práctica de actividades y a la autocorrección que el niño hace cuando se le pide que vuelva a leer lo que ha escrito. Al ser aprendizajes realizados por uno mismo serán más eficaces y duraderos que si nos empeñamos en corregirles todo lo que hacen mal. Tanto los padres como los profesores debemos respetar este proceso para no interferir en el desarrollo normal de los pequeños.

En el siguiente post puedes aprender:  CÓMO ENSEÑAMOS A LEER Y A ESCRIBIR EN LA ESCUELA: EL NOMBRE PROPIO

www.educamania.es

BIBLIOGRAFÍA:

Ferreiro, E. y Teberosky, A. (1979) Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. México: Siglo XXI.

Goodman, Y. (1991). Los niños construyen su lectoescritura. Un enfoque piagetiano. Buenos Aires: Aique.

Carlino P., Santana D. (1996). Leer y escribir con sentido. Una experiencia constructivista en Educación Infantil y Primaria. Madrid: Visor.

Teberosky, A. (1982) Nuevas perspectivas sobre los procesos de lectura y de escritura. Buenos Aires: Editorial Siglo XXI.

Kaufmann, Ana M. (1989) Alfabetización de niños: construcción e intercambio. Buenos Aires: Aique.

Vernón Carter, Sofía (1997) El proceso de construcción de la correspondencia sonora en la escritura (en la transición entre los periodos pre-silábico y el silábico). Colección Tesis, DIE, México.


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