Desde los orígenes de la humanidad, las personas siempre han visto la necesidad de convivir juntas para sobrevivir y superar obstáculos mediante el trabajo en equipo. De hecho, por naturaleza el ser humano es un ser sociable, no solo por necesidad, pero no siempre es sencillo aprender a relacionarse con los demás.
Sin importar en qué lugar estemos, nuestro nivel de estrés, ansiedad o incluso felicidad dependerá en buena medida de lo mal o bien que nos llevemos con otros. Debido a su importancia para la vida, en este post veremos estrategias efectivas para aprender a relacionarse con los demás, obstáculos que lo impiden y otros consejos.
¿Qué implica aprender a relacionarse con los demás?
Por más solitarios que seamos, siempre tendremos que interactuar con las personas: en el hogar, el vecindario, el trabajo, la escuela, o en la calle. Para que podamos tener éxito en diversas áreas es fundamental que manejemos ciertas habilidades que nos permitan integrarnos al entorno y solucionar conflictos
A ese grupo de destrezas se les llama “habilidades sociales” o capacidad para interactuar socialmente, y se adquieren desde que somos unos bebés. Aprender a relacionarse con los demás implica tratar a otros bien, establecer una conversación, perdonar, disculparse, tener buenas relaciones amistosas y terminar cortésmente las malas.
En vista de que toda nuestra existencia transcurre en compañía de otras personas o requiere compartir de algún modo con ellas, es importante hacerlo bien. Aprender a relacionarse con los demás también involucra lograr enfrentarse a comentarios críticos y hablar de nuestras necesidades, deseos o molestias en distintas situaciones sin sentir ansiedad.
¿Por qué es importante aprender a relacionarse con los demás?
No tener a alguien con quien compartir las alegrías o penas de la vida puede ser muy frustrante y una fuente de estrés e inquietud. Necesitamos sentirnos queridos y que pertenecemos a una familia o comunidad, no nos gusta sentirnos excluidos por eso hay que aprender a relacionarnos con los demás.
Si somos malos hijos, padres, esposos, vecinos, compañeros de trabajo o desempeñamos mal cualquier otro rol social, las personas se alejarán de nosotros y terminaremos solos. Sea cual sea la relación que tengamos con los demás, si actuamos de forma distante, grosera, altanera o soberbia, no tendremos relaciones afectivas productivas y de calidad.
Algunas razones específicas que demuestran la importancia de aprender a relacionarse con los demás son las siguientes:
- Conseguimos relaciones personales más saludables.
- Logramos expresar nuestras emociones adecuadamente y comprendemos las de las personas de nuestro entorno.
- Entendemos los intereses y necesidades ajenos.
- Podemos hallar soluciones apropiadas a los conflictos.
- Ayuda a aumentar la autoestima.
- Combatimos la tristeza, frustración o desesperanza.
- Se reduce el estrés producto de relaciones interpersonales complicadas.
- Al saber hablar y expresarse, nos llevamos mejor con la familia y compañeros de trabajo.
¿Por qué se le hace difícil a algunas personas relacionarse con los demás?
Son varias las causas o razonamientos errados por las que se le hace difícil a algunas personas relacionarse con los demás, como por ejemplo:
- No saber comenzar una conversación, se conozca o no a la persona y más si es del sexo contrario.
- Le cuesta expresar sus sentimientos y emociones de manera abierta.
- Le da pena pedir un favor a otra persona, se siente mal si lo hace.
- Se tiene una preocupación desproporcionada sobre lo que pensarán los demás de uno.
- La idea de interactuar con otros le causa ansiedad por miedo al rechazo.
- Siente que se defenderá de forma agresiva o que llorará si lo critican.
- Con solo pensar que tiene que hablar delante de un público lo pone muy nervioso.
- Prefiere no hablar porque siente que la conversación terminará en una discusión y gritos, en especial cuando se trata de la pareja.
- Es incapaz de decir “no” cuando se le solicita algo que no desea hacer, no es asertivo.
Como vemos, a las personas se les hace difícil relacionarse con los demás porque no han aprendido a hacerlo o no tuvieron un modelo de conducta apropiado. Por otro lado, en ocasiones las personas tienen las habilidades sociales necesarias pero los pensamientos negativos, malas experiencias u otros factores le impiden actuar.
Algunos tipos de problemas o factores que impiden relacionarse con los demás son los siguientes:
Depresión: cuando una persona se aísla socialmente o es apartada por otros, seguro tendrá sentimientos de tristeza, soledad e incluso depresión.
Fobia social: si las personas vez tras vez evitan la interacción con otros, esto le generará mayor ansiedad, lo que la llevará a desarrollar fobia social, miedo a relacionarse con otros.
Timidez: Una persona tímida no siente confianza ni comodidad al estar con otros, le da miedo o hasta vergüenza, por lo que puede ser tanto la causa como la consecuencia de la inhabilidad social.
Estrategias efectivas para relacionarse con los demás
Afortunadamente todos tenemos la capacidad para desenvolvernos de manera práctica y satisfactoria; como cualquier otra cosa en la vida, es posible aprender a relacionarse con los demás. Lo que necesitas es determinación y el apoyo de otros, por lo tanto, a continuación te mostraremos varias estrategias efectivas y sencillas que te ayudarán.
Sonríe más a menudo, ten buen sentido del humor
Normalmente el primer contacto que establecemos con otros es viendo a la cara, si lo que notamos es una agradable sonrisa, las puertas se abrirán. Las personas se sienten motivadas a conversar o acercarse a una persona que sonríe, pero tienden a rehuir de una cara seria o amargada.
No significa que debas ser el chistoso del grupo, pero si eres agradable, divertido y hasta gracioso, romperás el hielo. No te burles ni hagas bromas pesadas, no te tomes todo a pecho o como algo personal.
Escucha más y habla menos
Hay personas que no dejan a los demás hablar, que acaparan la conversación y no permiten que los demás expresen sus ideas, cohibiendo aún más a los tímidos. Debes escuchar a las personas, así aprenderás de los demás, permitirás que expresen sus ideas o sentimientos y ellos se sentirán cómodos en tu presencia.
No mires el móvil cuando te hablen, eso transmite la idea de que no te interesa lo que están diciendo y asienta con la cabeza en señal de que estás escuchando.
Inicia una conversación
Saber escuchar no implica que nos iremos ahora al extremo de no hablar, con un simple “Hola cómo estás” podemos iniciar una conversación. Piensa bien antes de expresar tus ideas, realiza preguntas que demuestren que sigues el hilo de la conversación, responde de manera amigable, aporta ideas productivas.
No pienses que lo que dirás no tiene importancia, toda idea bien pensada es valiosa y si no sabes del tema del que hablan, plantea preguntas para aprender.
Trata a otros siempre con respeto
Dirigirse a otros por su nombre, con respeto, sin insultos, con un tono afable y siguiendo las normas de cortesía también propicia las buenas relaciones personales. Buenos días, por favor, gracias, con permiso, disculpe usted, lo siento, me alegro por ti, te felicito, son expresiones que necesitamos decir y escuchar siempre.
No le hagas las cosas difíciles a los demás
En ocasiones nos cuesta relacionarnos con los demás porque vivimos amargados, irritados y molestos, pero los demás no tienen culpa de lo que nos pasa. Debemos ser más amables, todos tienen problemas, si manejamos nuestro enfado de otras formas sin pagarlo con los demás, nos llevaremos mejor con otros.
Resuelva los conflictos de manera calmada
Es inevitable que surjan desacuerdos entre las personas, pero conversando de manera calmada, con respeto, se puede encontrar la solución a los conflictos. Puede tratarse de un mal entendido, de una equivocación, escucha argumentos, a ofrecer disculpas y extender perdón, lo importante es lograr la paz, no ganar una discusión.
Muchas veces para lograr esto hay que ser humilde y tragarse el orgullo, procurando el consenso y el acuerdo entre las partes para el bien común.
Ponte en el lugar de los demás
La vida diaria puede ser muy complicada, nadie está exento de problemas, si demostramos empatía y preocupación por otros, nos llevaremos mejor con ellos. Dedícale tiempo a tus seres queridos, ayúdalos cuando lo necesiten, felicítalos por sus éxitos, no te apresures a juzgar, no seas muy crítico, sé paciente y mira el lado bueno de las personas.