Revista Salud y Bienestar

Cómo aprender de la soledad para disfrutarla

Por Alimentatubienestar @alimentatubiene
¿Qué es la soledad? ¿Qué sucede cuando la soledad genera dependencia? Soledad saludable: Abre tu mente y aprende a disfrutar de la soledad. Cómo aprender de la soledad para disfrutarla

Se acercan las Navidades y, para algunos, los días del año en que más se sienten solos, ya sea por la pérdida de un ser querido o por sus deseos incumplidos de tener pareja, hijos o padres cerca.

La soledad, para algunos, es un sentimiento difícil de sobrellevar. En estas fechas tan bonitas es muy común conectar con este sentimiento. Nos sentimos solos, da igual que lo estemos o no.

Cuando la soledad nos invade, nos impulsa a buscar desesperadamente contacto con otras personas, lo que se conoce como dependencia emocional. Tenemos miedo de enfrentarnos a nosotros mismos porque pensamos que no nos gustará lo que vamos a encontrar.

Vamos a ver entonces cómo podemos aprender a estar solos de una manera placentera, disfrutando los momentos de soledad para hacernos más fuertes y aprender, porque no podemos estar bien con los demás si no estamos bien con nosotros mismos.

La soledad se define como un sentimiento, un estado de ánimo subjetivo. Y es subjetivo porque podemos estar rodeados de gente y aún así sentirnos solos. Esta sensación nos genera incomodidad y por ello sentimos la necesidad de comunicarnos con los demás, de salir afuera y relacionarnos.

Vivimos la soledad con miedo. La tememos porque nos hace sentir excluidos, aislados. Creemos que, si nos ocurriera algo, no contaríamos con el apoyo de nadie y, por lo tanto, no podríamos superar una situacíon de emergencia. Esta fantasía catastrófica que nos hace temer lo peor, es realmente poco probable. Tenemos que recordar que somos parte de un todo y que estamos conectados, luego es imposible estar solos, pero sí es posible sentirnos solos.

Otra idea irracional, que ocurre cuando conectamos con la soledad, es pensar que no valemos mucho y que esta es la razón por la que no nos sentimos amados o cuidados como queremos. Y precisamente, este mensaje en nuestro interior puede que resuene por algo que hemos vivido en nuestra infancia o adolescencia.

Si la soledad perdura en el tiempo, baja nuestra autoestima y apareceren estados de melancolía, anhelo, angustia que pueden desencadenar ataques de ansiedad o incluso depresión. Hay veces que no sabemos cómo manejar este estado de ánimo y necesitamos buscar apoyo que nos ayudará a salir más fuertes de esta experiencia y recuperar la confianza en nosotros mismos.

Cómo aprender de la soledad para disfrutarla

La soledad está muy relacionada con la forma en la que hemos sido cuidados y amados por nuestros padres en la infancia pero también tiene que ver con el entorno en el que vivimos. En la sociedad actual el individualismo moderno está a la orden del día y se convierte en una situación impuesta más que elegida porque no nos sentimos integrados en el sistema.

Aunque no siempre es así. De hecho, en las últimas décadas hemos asistido a algunos cambios a nivel social que están cambiando el concepto de soltería:

  • Cada vez hay más personas que viven solas, ya sean solteras, divorciadas o viudas, y que no ven este hecho como algo trágico, como una catástrofe, sino como una opción de estilo de vida.
  • Hoy en día las personas tienen más independiencia y autonomía que antes y por eso eligen relaciones íntimas que no necesariamente culminan en un matrimonio con hijos.

Es decir, hemos dejado en parte de ver la soledad como algo negativo. Necesitamos más espacio y este es un buen comienzo para aprender que la soledad tiene sus beneficios. Vamos a ver que mecanismos mueven la soledad porque sólo una atenta mirada nos dará la solución.

Cuando la soledad genera dependencia

Vivimos en sociedad y el sentirnos incluidos en ella nos da seguridad. Tenemos miedo a estar solos porque nos descubrimos tal y como somos, algo que intentamos evitar a toda costa, buscando una dependencia emocional. Necesitamos a otra persona para poder estar bien, como si fuera su responsabilidad, proyectando en ella la espectativa de que solucione nuestros problemas.

Tenemos una creencia muy radicada de que no tener una pareja es razón de malestar e insatisfacción. Vivimos en un mundo hipócrita y por ello a veces construimos una imagen de nosotros que no es auténtica, sólo para ser aceptados socialmente. Soltar esta máscara que lleva con nosotros tanto tiempo nos asusta porque no sabemos lo que vamos a encontrar detrás de ella.

Cuando estamos solos recordamos las pérdidas, los errores cometidos, las situaciones difíciles como un abandono por parte de nuestros padres y esto nos asusta tremendamente porque creemos que si este sentimiento sale, luego no podremos desprendernos de él y se hará insoportable. Pero evitar o reprimir este proceso de duelo, hace que sea aún más doloroso, perdure más y que incluso se vuelva crónico.

Si ésta es tu situación, date la posibilidad de sentir el dolor que este sentimiento genera porque así tendrás más posibilidades de salir de él, restaurando la parte que se ha sentido triste, abandonada o lastimada. Si nos sentimos solos es que no hemos aprendido a estar con nosotros mismos, a conectar con nuestros sentimientos y a escucharnos.

En realidad, estar solos y sin pareja es una oportunidad que hay que aprovechar para silenciar nuestra mente, para soltar la máscara y aprender a construir un mundo interior rico. Conectar con nuestro yo más auténtico nos ayudará también a mejorar las relaciones interpersonales.

Estar contigo mismo/a en la soledad puede llegar a ser una experiencia muy enriquecedora, acompañada de sentimientos positivos como el placer de estar solo. Elegimos estar solos para buscar un espacio o un momento de reflexión, para tomar algo de tiempo y dedicarlo a nosotros mismos.

Este espacio, nos ayuda a buscar respuestas, a tomar decisiones sin las interferencias de los demás, muchas veces cargadas de sus propios miedos e inseguridades. Por ello, la soledad es necesaria, porque nos ayuda a no engañarnos, a indagar en nuestros deseos y pensamientos más profundos, sin juzgarnos. En la soledad, caen las máscaras y empiezas a ser auténtico, a ser tú.

Cuando hayas logrado estar contigo mismo, tu confianza y tu autoestima crecerán, así que no mires la soledad como algo negativo de lo que hay que huir, sino como a una oportunidad para aprender a estar contigo y por consiguiente con los demás, ya que no podemos estar bien con los demás si no estamos a gusto con nosotros mismos, y si no hay comunicación.

¿Qué hacer si te sientes solo/a?

Pues te diría que lo primero que tienes que hacer es preguntarte qué es lo que no estás escuchando de ti mismo/a, a qué tienes miedo de enfrentarte o qué estas proyectando en otras personas.

Claro está que puedes pedir también la ayuda de un terapeuta o el apoyo y la solidaridad de tus amistades, pero recuerda que ellas no podrán dar el paso en tu lugar.

Abre tu mente y aprende a disfrutar de la soledad

Ha llegado la hora del cambio y este camino tendrá obstáculos por lo que necesitaremos mucho valor para dar el paso. Pero si logramos abrir nuestra mente, ya no veremos la soledad como un castigo o una imposición, como una exclusión o algo negativo, sino como una elección, una oportunidad, y nos sentiremos libres, libres de decidir lo que hacer y de elegir con quien compartir nuestro camino.

Abrir nuestra mente es entender que estar solo/a no es nada malo y que hay personas que han logrado disfrutar en la soledad porque en ella han encontrado calma y tranquilidad, e incluso espacio para la creatividad, para amarse y amar a los demás de una manera más auténtica. Como decía Erich Fromm "Paradójicamente, la capacidad para estar solo es la condición para la capacidad de amar".

Y es así porque al estar bien con nosotros mismos, ya no nos moveremos por la necesidad sino por el deseo. No buscaremos pareja guiados por los miedos y las inseguridades y esto contribuirá también a que nuestras relaciones personales sean de mayor calidad.

Encuentra un momento, un espacio para ti al igual que encuentras tiempo para estar con los demás, permitiendo que la soledad sea un placer al igual que la conexión con otros, y que ambos movimientos de energía ayuden tu crecimiento personal e interpersonal.

Fuentes
  • Libro: Solas de Carmen Alborch, Editorial Temas de Hoy 1999
  • Artículo de Luís Fernando Martínez Gómez, psicoterapeuta gestalt sobre la soledad: "¿Se puede llegar a aceptar y a disfrutar la soledad?"
  • Conferencia de Enric Corbera sobre la Soledad (youtube).

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