El espacio disponible en un almacén es un bien valioso por escaso. Que todo almacén tiende siempre a llenarse, es una máxima que podemos verificar comprobando cada rincón del espacio destinado a almacenaje en nuestras propias viviendas. Cuando pensemos en el espacio de almacenamiento de nuestro almacén debemos plantearnos algunas cuestiones.
En primer lugar, debemos comprobar si hemos aprovechado totalmente la altura de nuestra instalación. Es frecuente encontrar que, en determinadas ocasiones, tenemos el suelo completamente repleto de mercancía, pero por encima, sólo tenemos aire. Existen multitud de soluciones en el mercado pensadas exclusivamente para aprovechar el espacio en altura.
Una instalación de picking manual tradicional que se gestiona a nivel del suelo sin nada por encima, puede trasladarse sobre altillos, almacenando hacia arriba y aumentando la densidad. Cierto que cuanto más alto en pisos, más lento será manejar estas referencias, pero con una distribución adecuada del ABC por rotación y sacrificando quizá, un poco la productividad o la agilidad, ganaremos metros cuadrados y cúbicos, crearemos nuevos espacios que podremos aprovechar para nuevas instalaciones de mayor densidad.
Un almacén se considera lleno cuando tenemos menos del 15% de las ubicaciones disponibles libres. La solución no siempre debe pasar por la adquisición de nuevos espacios. A veces cambios en la gestión, en las infraestructuras o en el propio layout nos pueden proporcionar mayor densidad de almacenamiento lo que, de facto supone aumentar la capacidad de almacenaje sin incrementar la superficie.
Veamos algunas de las medidas que podemos abordar para aprovechar nuestro almacén, antes de decidirnos a trasladarnos a una nueva instalación.