Investigadores del laboratorio
de Linterman pudieron utilizar un tratamiento existente y demostrar que esto ayuda ha superar los efectos relacionados con la edad en dos de los
muchos tipos de células que forman nuestro sistema inmunológico. La
investigación que se publica en la revista eLife usó ratones y humanos para
investigar por qué el número de células T foliculares auxiliares disminuye con
la edad, y si hay una manera de aumentarlas utilizando la vacunación. Los
investigadores descubrieron que los ratones y humanos mayores forman menos
células T foliculares auxiliares, lo que está relacionado con una respuesta
deficiente del centro germinal y la respuesta de anticuerpos. Al usar la crema imiquimod, en el sitio de
inmunización lograron aumentar la cantidad de células estimuladoras y pudieron restaurar la formación de células T
foliculares auxiliares en ratones mayores y lograron rescatar los defectos
dependientes de la edad en otro tipo de células inmunes (células dendríticas).
De manera alentadora, esto demuestra que los defectos relacionados con la edad
en la formación de células T foliculares auxiliares en el envejecimiento no son
irreversibles y pueden superarse terapéuticamente. La evaluación de si este
enfoque funcionará como una intervención en humanos requiere más investigación
sobre por qué la respuesta del centro germinal cambia con la edad, y qué se
puede hacer para superar esto. Una vez logrado, podría ser que se establezcan
ensayos clínicos para incorporar este conocimiento en nuevas formulaciones de
vacunas para personas mayores.
Revista Salud y Bienestar
Investigadores del laboratorio
de Linterman pudieron utilizar un tratamiento existente y demostrar que esto ayuda ha superar los efectos relacionados con la edad en dos de los
muchos tipos de células que forman nuestro sistema inmunológico. La
investigación que se publica en la revista eLife usó ratones y humanos para
investigar por qué el número de células T foliculares auxiliares disminuye con
la edad, y si hay una manera de aumentarlas utilizando la vacunación. Los
investigadores descubrieron que los ratones y humanos mayores forman menos
células T foliculares auxiliares, lo que está relacionado con una respuesta
deficiente del centro germinal y la respuesta de anticuerpos. Al usar la crema imiquimod, en el sitio de
inmunización lograron aumentar la cantidad de células estimuladoras y pudieron restaurar la formación de células T
foliculares auxiliares en ratones mayores y lograron rescatar los defectos
dependientes de la edad en otro tipo de células inmunes (células dendríticas).
De manera alentadora, esto demuestra que los defectos relacionados con la edad
en la formación de células T foliculares auxiliares en el envejecimiento no son
irreversibles y pueden superarse terapéuticamente. La evaluación de si este
enfoque funcionará como una intervención en humanos requiere más investigación
sobre por qué la respuesta del centro germinal cambia con la edad, y qué se
puede hacer para superar esto. Una vez logrado, podría ser que se establezcan
ensayos clínicos para incorporar este conocimiento en nuevas formulaciones de
vacunas para personas mayores.
