Revista Comunicación

Cómo bajaron la inseguridad en otros países

Publicado el 21 marzo 2012 por Mariosimonovich
San Diego, Nueva York y Boston lograron reducir los asesinatos un 76,4%, 70,6% y 69,3%, respectivamente.  En América Latina, Bogotá registró entre los últimos diez años un fuerte descenso de los crímenes, aunque no lo pudo mantener así. Las cuatro ciudades aplicaron estrategias distintas.
Buscando en Google confirmé algo que los diarios digitales hoy no hacen y podrían realizar: contar cómo otras naciones bajaron el delito, sobre todo los homicidios, que son los que más duelen. La ola de homicidios de los últimos días en Mendoza y Argentina nos lleva a planteo en el periodismo digital: no alcanza con publicar el acontecimiento, ya que ante un escenario político y judicial desorientado y sin respuestas, como comunicadores  es oportuno informar respuestas. Y una respuesta es cómo otros países lograron bajar los asesinatos, por ejemplo.
Hace casi 12 años, La Nación reprodujo un informe de Fox Butterfield, de The New York Times, con la experiencia de la ciudad cabecera del diario más San Diego y Boston. En la primera, bajo la conducción de Rudolph Giuliani, crearon la Unidad de Crimen de la Calle para patrullar en busca de criminales armados violentos y detener a gran cantidad de gente en barrios con alta tasa de criminalidad. Giuliani prefirió no incorporar a la comunidad en la tarea de la policía. De este modo, Nueva York fue la que aplicó la mano dura, no así San Diego, que fue pionera en las relaciones comunitarias y Boston, que combinó una investigación cuidadosa con participación de sacerdotes y acción selectiva contra los peores criminales.
San Diego decidió involucrar a la comunidad porque allí no había suficientes policías: respecto de Nueva York tiene 1,7 agente por cada 1000 residentes, comparado con 5 por cada 1000 en la gran manzana.
La estrategia consistió en dividir la ciudad en 99 barrios, con un equipo policial asignado a cada uno de ellos, de modo que los residentes pudieran conocer a sus agentes y se sintieran cómodos dándoles información. La ciudad también reclutó 1200 voluntarios, muchos de ellos jubilados, para vigilar vecindarios. Se les dio capacitación, llevan uniformes similares a los de la policía y utilizan vehículos oficiales. Estas acciones lograron un 89% de aprobación en la población y consiguieron bajar los asesinatos un 76,4%.
Desde los 90, Boston redujo la delincuencia un 77% -5% más que Nueva York-. Algunas de las estrategias aplicadas fue la de recuperar armas de la calle y en una estrecha colaboración de la policía con líderes de la comunidad, especialmente un grupo de sacerdotes que movilizó la Coalición Ten Point, un grupo ecuménico de sacerdotes cristianos y líderes laicos que trabajan para movilizar a la comunidad en torno a cuestiones que afectan a la juventud latina y negra-. Esa asociación fue clave para explicar por qué en Boston bajó la delincuencia.
Ten Point se basa en cuatro principios. En primer lugar, considerar que la violencia es un problema de la delincuencia y no de la condición de pobre o marginal, o de familias rotas. En segundo lugar, lograr que la comunidad pueda identificar a un pequeño porcentaje de jóvenes que están en el centro del problema. En tercer lugar, utilizar la palabra o el mensaje informal para frenar a algunos adolescentes en sus primeros pasos en el delito y por último,  dejar en manos de la policía los casos que ya no puedan ser contenidos por Ten Point.
En su página web, Ten Point aclara que sus acciones se basa en la fe porque "proporciona un sentido de esperanza" al individuo y que busca "revitalizar la familia". Del modo que -teniendo en cuenta los resultados obtenidos por esta mezcla de eficacia policial más eficacia de una ONG- el sentido espiritual y de familia influye decididamente en el individuo y se convierte en una respuesta positiva para solucionar el delito.
También vale aclarar que el Departamento de Policía de Boston comprometió al sector académico para identificar quiénes estaban mayormente involucrados en violencia por pandillas y así, posibilitar el uso de leyes penales, de tránsito y contra las drogas, por parte de la policía para hacerle frente. Al mismo tiempo, varias agencias de la comunidad aumentaron los servicios disponibles para aquéllos que estuvieran en riesgo de no completar la escuela, obtuvieran entrenamiento laboral y se convirtieran en trabajadores y a conseguir trabajo.

Cómo bajaron la inseguridad en otros países

Mapa de informe sobre homicidios en el mundo,
de Naciones Unidas. Mendoza figura con
un color más oscuro que el resto del país.


Saliendo de Estados Unidos y más cerca de Argentina, otra reducción importante de homicidios se dio en la ciudad de Bogotá, en Colombia, y ocurrió cuando el ex presidente Álvaro Uribe implementó un pan estratégico municipal que identificó las raíces de la violencia y, de manera premeditada, limitó el acceso y venta de alcohol, aumentó los programas de prevención de revanchas por homicidio, y redujo la disponibilidad de armas de fuego pagando a los propietarios por ellas.
De este modo, el crimen en Bogotá bajó a 17 homicidios por cada 100 mil habitantes (datos de 2010) en una Colombia con 33, 4 asesinatos por cada 100 mil habitantes -en Argentina el porcentaje es seis veces menos que todo el país cafetero, pero Buenos Aires y Mendoza los números son mayores, como indica el gráfico de Global Study on Homicide, de Naciones Unidas.
- nota escribiéndose-

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