¡Hola devoradores! ¡YA QUEDA POCO PARA NAVIDAD! Aunque seguramente, como yo, estaréis todos impacientes ¡porque realmente todavía quedan unos cuantos días! ¡Demasiados! Pero bueno, para no aburrirnos estos días, ¡se pueden preparar muchas cosas! Regalos, comida, decoraciones... Así la espera se hace menos pesada.
El caso es que durante estos días he estado viendo como preparáis vosotros la Navidad, y me he quedado anonada... ¿Como podéis prepararla tan deprisa y corriendo? Nosotros, los dragones, empezamos a preparar algunas cositas ya desde Septiembre. Sobretodo lo que es comida y los hechizos. Siempre ponemos algunos hechizos anti duendes. Odiamos a los duendes. Tan pequeños, escurridizos y bromistas... Las navidades dragonas pueden convertirse en un autentico campo de batalla si los duendes consiguen adentrarse en nuestras tierras o casas...
Pero os preguntaréis, ¿Qué son esos hechizos? ¿Qué suculentos platos preparamos? ¿Cómo decoramos nuestras casas? Si seguís leyendo, ¡os lo explico!
Como os he dicho antes, los dragones empezamos en Septiembre con los preparativos de Navidad, pues nuestros padres empiezan a cocinar las deliciosas recetas que vamos a zamparnos durante esos días. Y claro ¡comemos tanto y somos tantos en estas reuniones! Tienen que preparar kilos y kilos de comida. A más a más es comida muy especial, porque esta hecha con ingredientes muy raros y difíciles de encontrar por el mundo. Una de las recetas que más me gusta comer, es el pastel de relleno de fuego fatuo espolvoreado con polvo de hada.
Aquí os dejo la receta, aunque... no se si encontraréis los ingredientes. Es muy sencilla, solo se tiene que mezclar todo y meterlo en el horno durante unas cuatro horas.
Pastel navideño dragonil
5 fuegos fatuos6 cucharones de harina de árboles del norte9 huevos de hipogrifo3 lágrimas de mandrágoraUn botecito de polvo de hada
Pero la comida no es lo único que debemos preparar... También debemos cuidarnos de los duendecillos verdes, que en dichas fechas son muy pesados y siempre acaban fastidiando las fiestas. ¡Ay, pobre dragón o dragona que no ponga en su casa los hechizos necesarios! Durante todo el año nos llevamos muy bien con ellos, pero durante la Navidad, estos pequeños seres se vuelven locos y solo quieres fiesta y zampar. Pero, como son unos vagos, en vez de prepararlo ellos nos roban la comida y los regalos a nosotros. Por eso, para salvar nuestras casas de esta terrible invasión, preparamos unos hechizos maravillosos que asustan a los duendes, aunque hay dragones que simplemente ponen grifos o hipogrifos en la puerta de su casa. Os aseguro que es la mejor manera de salvarse de esos seres, aunque también la más cara.
Cuando tenemos todo esto listo - y estamos lo suficientemente tranquilos, sabiendo que los duendes no invadirán nuestros hogares - a finales de Noviembre empezamos a decorar las casas con adornos hechos a mano. La verdad es que las decoraciones son iguales que las vuestras. En si, todo lo de Navidad es igual a vuestras fiestas menos una cosa... ¡el árbol! Eso no quiere decir que no tengamos árbol, sino que es diferente... y es que nosotros cogemos las casas de las hadas del bosque (que, como no, son árboles) y las resguardamos en nuestras cuevas. Y las hadas ¡tan contentas! pues están calentitas y resguardadas del frío invernal y saben que no se pondrán enfermitas porque las cuidaremos. A cambio, claro, tiene que poner bien bonito el árbol con sus luces y demás.
Entre adornos, suculentos olores y regalos, llega el día de Navidad. La noche anterior, acostumbramos a ponernos todo lo que tengamos que sea dorado - Hasta el mantel de la mesa, si es necesario - y salimos en busca de muérdago. ¿Para qué? Pues para comerlo, claro. Esta muy bueno con sal y pimienta, salteado en la paella... A más a más nos juntamos todos los dragones de la familia; los tatarabuelos, los bisabuelos, los abuelos, los padres, tíos, primos, hijos, nietos... Muchas veces no cabemos y tenemos que celebrar el banquete fuera de casa ¡pero es tan divertido!
Y muchas cosas más no hacemos; solo comer y hablar. Abrir regalos. Hablar y comer. Nuestras fiestas son tranquilas, y solo pensamos en alimentarnos más de lo normal y en poder hablar con los familiares que no hemos visto en un año.
En cuanto se acaba Navidad, nos despedimos todos cantando a gritos y cada uno se va por donde ha venido con grandes bolsas de tappers llenos de los restos de comida y de regalos.
Y hasta aquí la entrada, devoradores. ¡Espero que os haya gustado mucho saber como celebramos los dragones la Navidad!