Cómo cambiar un hábito en 3 pasos

Si es tu primera visita, me gustaría darte la bienvenida que te mereces.

Si lo que quieres es cambiar tus hábitos con tal de llevar un estilo de vida más coherente con tu naturaleza, antes de entrar de lleno en esos tres pasos para cambiar un hábito quiero insistir en dos consejos más generalistas en torno a las modificaciones de costumbres:

• Plantéate los cambios de uno en uno. Si intentas hacer más de un cambio de hábitos a la vez, también tendrás más probabilidades de fracasar. Mejor escoge una sola cosa que quieras cambiar, trabaja en los tres pasos que ahora te explicaré y estabiliza el cambio. El cazador que persigue dos conejos no atrapa ninguno. Te recomiendo leer Foco, foco, foco.
• Date tiempo. No pretendas cambiar un hábito en dos días. No olvides que eso que quieres cambiar seguramente llevas repitiéndolo desde hace una eternidad. Si quieres, puedes revisar ¿Cambiar un hábito o rebobinar 10.000 días?

Una vez dicho esto, veamos cómo cambiar un hábito en tres pasos:

1. Consciencia

Ser consciente del hábito que quieres cambiar es el paso más importante incluso antes de ponerte manos a la obra en el propio cambio. Esta consciencia comprende el conocimiento de ese hábito, la motivación del cambio de hábito y la visualización del futuro hábito, algo así como responder a las preguntas ¿De dónde vengo?, ¿Para qué cambio? y ¿A dónde quiero llegar?

Durante un tiempo vas a tener que actuar bajo ese halo de consciencia, ya que los hábitos residen en el inconsciente y, de momento, allí está la costumbre que quieres cambiar, la que no quieres en tu vida, la que realizas de forma automática. Haz que tu consciencia actúe por encima de tu inconsciencia pero centrándote en una única dirección -un solo hábito, ya que tu inconsciencia es mucho más poderosa que tu consciencia y si intentas controlarlo todo, al final no conseguirás nada.

Sé consciente.

2. Responsabilidad

Debes aceptar tu propia responsabilidad en tu vida, algo que a veces resulta algo duro. Asumir que tu vida es consecuencia, básicamente, de tus actos, tus pensamientos, tus comportamientos, tus costumbres,… es primordial. Una vez eres responsable, no hay lugar para las excusas. Aceptar TU responsabilidad te llevará al compromiso contigo mismo y apuntalará tu voluntad.

Sé responsable.

3. Acción

Obviamente, si no llevas a cabo el cambio, no habrá cambio.

Ahora que ya eres consciente de qué quieres cambiar, de para qué quieres cambiar, de cómo vas a hacerlo y, sobre todo, de que el cambio depende exclusivamente de ti, no lo dudes más y hazlo ya. No esperes al lunes o al próximo año nuevo. No pierdas el tiempo. Y no malgastes todo el trabajo que ha supuesto concienciarte y responsabilizarte.

En un principio, pasar a la acción representará una sola cosa: repetir, repetir y repetir. Decía que los hábitos son inconscientes, automáticos. Por tanto, es allí donde quieres colocar tu nuevo hábito, en tu piloto automático. Lógicamente, tu inconsciente va a resistirse al cambio, así que no te queda otra que convertirte en una especie de taladradora que, a base de repetición, incruste ese nuevo hábito en tu programa de costumbres, para así alcanzar el día en que puedas dedicar tu parte consciente a otras cosas. ¿Tal vez otro cambio de hábito?

Y ahora…

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