Y de repente pierdes el control, te dejas llevar por el ego y te das cuenta de que has metido la pata hasta el fondo... cuándo ya es demasiado tarde.
¿Te ha pasado alguna vez? A mi sí, hace años, cuándo colaboraba con asociaciones protectoras de animales. Y es que el ego, la envidia y la falta de transparencia no son exclusivas del mundo blogger. De hecho, yo pensaba que las cosas que pasaban en el mundo de la protección animal no se daban en otros sectores... pero me equivocaba por completo.
Yo soy muy transparente. Sobre todo desde que descubrí que es la única forma de hacer frente a una crisis de reputación online. Pero, eso sí, igual que soy transparente, espero que lo sean conmigo. Antes tropezaba dos veces con la misma piedra, ahora no. Bueno, dos tal vez sí, pero tres ya si que no.
Tal vez seas de esas emprendedoras que viven en su nube rosa y todavía no han legalizado su situación. Si es así, ándate con ojo, no es por desanimarte, pero las denuncias anónimas se dan. Y lo sé porque lo he vivido en mis propias carnes antes de abrir este blog. Sí, como me lees.
En mi época de voluntariado abrí un blog para promocionar las campañas de la protectora con la que colaboraba: Dulces Solidarios. Me pasaba las mañanas y las noches (por aquel entonces trabajaba toda la tarde en mi ya famosa oficina gris...) horneando tartas y cupcakes para los socios y padrinos de la protectora.
Como te decía, entre las diferentes entidades de protección animal la relación no siempre era cordial. En parte por la envidia y el ego...
- Tal perro está abandonado y herido no sé dónde, vamos a por él que la campaña va a ser impactante por el estado en el que está
- Creo que ya ha ido Menganita de la Asociación Tal y Tal...
- ¡Mierda! Se nos han adelantado...
Y es que todo era válido para ganar visibilidad y llevarte más socios que la de al lado. Demasiados perros a los que mantener y muy pocas adopciones... ¿te suena? Para que veas... al final en todos los sectores existen los mismos problemas y necesidades... El mundo online no esconde tantas sorpresas como se piensa.
Y luego estaban las redes sociales... que eran el patio del colegio. Ni respeto ni modales. Todo valía con tal de dejar a esa que envidiabas/odiabas tanto con la reputación por los suelos: capturas de pantalla, fragmentos del correo electrónico, amenazas, insultos... ¡Una barbaridad! Pero era el pan de cada día... Y al final te acostumbrabas.
Sí, yo me acostumbré. Y también tuve mi hater particular. Ahora lo recuerdo y me da la risa floja. Pero lo cierto es que en aquel momento me fastidió bastante. Había una socia de la protectora que pensaba que por ser socia e ingresar 20€ al mes, tenía patria potestad sobre las decisiones que se tomaban en cuánto a los animales enfermos.
Yo era casa de acogida y teníamos una perrita paralítica. No iba a andar, pero se hacía lo que se podía para mantener su calidad de vida. Pues bien, no sé cómo lo hizo ni en que momento se pasó al lado oscuro... pero se alió con un policía (no sé si era policía o guardia civil... ¡hace ya mucho tiempo!) y empezaron una campaña de acoso y derribo dónde yo era la protagonista.
Muy divertido todo: mensajes, correos con amenazas... vamos, que me pilla eso a estas alturas y la que pone la denuncia bien puesta, soy yo. Cometí el error de novata de creer todas esas amenazas y al final se salieron con la suya. No sin antes denunciar a Hacienda la campaña de venta de dulces a socios y padrinos y dar al traste con la fuente de ingresos para la protectora.
Unas personas maravillosas ¿verdad? Según ellos salvaron a la perra paralítica... pero ¿pensaron en los demás? Porque en el refugio no había solo una... Aunque para ellos era especial. Claro, ser casa de acogida o adoptar a esa perra era ponerse una medallita dentro del mundo animalista y el ego es muy peligroso.
Si has llegado hasta aquí, te preguntarás por qué te cuento esto... muy sencillo.
En internet siempre habrá quién se crea con la verdad absoluta y el poder de decidir sobre el bien y el mal. Personas que tienen un ego tan grande que les impide ver la realidad y van vertiendo sus opiniones y suposiciones sin verificarlas. Y te puede tocar a ti ser víctima o verdugo.
Yo aprendí la lección. No quiero personas tóxicas en mi vida. Mucho menos en mi perfil personal de facebook. A un amigo o familiar puedo pasarles ciertos detalles por alto... pero ¿a una colaboradora, clienta o compañera de trabajo? Pues la verdad es que no. ¿Para qué mantener una relación que no te aporta nada y afecta de forma negativa a tu bienestar emocional?
No tiene sentido. No merece la pena. Y es una pérdida de tiempo. Si la persona dañina no valora su tiempo y se empeña en perseguirte una y otra vez, corta tú misma la relación. No intentes razonar, no des derecho a réplica. ¿Has oído hablar de los trolls de internet? Que se vaya a trollear a otra parte. Con tu tiempo no se juega.
Pero ¿qué pasa si esa persona tóxica tiene una comunidad más activa que la tuya? Absolutamente nada. Si tienes la conciencia tranquila, si estás segura de tu decisión, si sabes que no eres tú la que tiene el problema, corta igualmente la relación. No dejes que te consuma ni te perjudique. Ese tipo de personas no cambian, actúan por la espalda, no dan la cara. Y si la dan, es de malas formas y con la intención de seguir haciendo daño.
Algunas incluso se creen buenas personas que han tenido la mala suerte de cruzarse contigo, que estás medio loca y no atiendes a razones. Ya puedes demostrar que tu idea es acertada por activa y por pasiva, que se empeñará en que no tienes razón con excusas y argumentos basados en suposiciones y medias verdades. Y si entras en su juego, terminarás loca de verdad.
Y... ¿Cómo reconocer a este tipo de personas tóxicas para tu comunidad?
- Muestran un interés real en tu proyecto, se acercan a ti y te felicitan por el trabajo que has logrado pero... también muestran interés por participar en él o ayudarte de alguna forma. Ya sabes, buscan un trampolín, en realidad tú como persona les importas bien poco.
- Son negativas y pesimistas. No han logrado cumplir alguno de sus objetivos y piensan que si ellas no han podido, nadie puede. Pagan sus frustraciones contigo y el resto de tu comunidad.
- Son obsesivas hasta decir basta. Les da por un tema y no paran hasta que desistes, tiras la toalla o les das las razón como a los tontos. Otra opción es bloquearlas y sacarlas de tu vida para siempre.
- Les encanta sacar punta a esos pequeños detalles que piensan apoyan su idea. Aunque los cambien por completo y cuándo tu pronunciaste esas palabras para nada querías comunicar lo que ella ha entendido. Por más que se lo explicas, nada, como quién oye llover.
- Son altivas y prepotentes. Inician conversaciones que cortan cuándo no les interesa lo que leen. O estás con ellas o contra ellas, no hay termino medio. Nunca las verás vestidas de gris ni con un vaso medio lleno en la mano.
- Intentarán contactar contigo para continuar la discusión de todas las formas imaginables. Así que si quieres mantener tu cordura, elimínalas, bloquéalas y márcalas como spam. De verdad, no merece la pena... Si hubieran querido disculparse, lo hubieran hecho en su momento.
- No reconocen sus errores y carencias en público. Y cuándo tienen un lapsus, lo arreglan con frases graciosas o cargadas de signos de exclamación. Tienen que demostrar como sea que tienen razón y han conseguido todos sus objetivos, aunque en el fondo saben que no es cierto y por eso actúan así.
- Pueden ser las mejores amigas o compañeras del mundo... hasta que se les cruzan los cables. Puede ser por una palabra, una idea, un propuesta... de repente se cierran en banda, radicalizan sus ideas y no paran de dejar patente lo que piensan y opinan en cada uno de los lugares que tenéis en común. Siempre de forma despectiva y negativa, por supuesto.
- Su falta de transparencia hace que no entiendan que tú tienes derecho a exponer tu punto de vista sobre lo que quieras y dónde te apetezca. Si les molesta algo, pocas veces te lo dirán a la cara en público. Esperarán a que el tema explote para liberar toda la tensión y frustración acumulada. Corre.
- Suelen ser personas impulsivas y poco razonables. De esas que hablan y luego piensan. Pero cuándo explotan y se dejan llevar por el cabreo del momento, no piensan ni siquiera después. Seguirán obstinadas y defendiendo sus ideas, aunque no tengan ni pies ni cabeza.
Tu tiempo es demasiado valioso para gastarlo con personas así, sobre todo, porque no van a escucharte ni van a cambiar de opinión. Su actitud obsesiva e impulsiva no les permite ver la realidad. Su verdad es la verdad absoluta, por más que enarbolen la bandera de la libertad de expresión, defienden la suya propia, no la del resto. Olvídate de un debate justo, es imposible.
Pueden hacer mucho daño a tu proyecto. Recuerda que en internet las opiniones negativas pesan más que las positivas. Tu reputación puede verse seriamente afectada si no le pones freno a esta situación cuánto antes. Corta el problema de raíz, si no te aporta nada bueno, solo disgustos y quebraderos de cabeza, no merece la pena.
Y ¿Cómo lidiar con este tipo de personas sin perder los nervios?
- No caigas en sus provocaciones. Aunque te etiquete. Obvia sus comentarios y no entres en su juego. Es lo que espera, discutir de nuevo y darle la vuelta a la situación.
- Intenta no frecuentar los grupos o lugares dónde sepas que vas a encontrarla. No te digo que cambies tu rutina por evitarla, pero intenta no coincidir con ella, sobre todo cara a cara. En persona no puedes eliminarla ;)
- Si no puedes evitar el encuentro, responde a sus provocaciones siempre con calma, educación y respeto. Sobre todo si tienes un negocio online, tu reputación puede salir mal parada si te dejas llevar por la situación y caes en su juego.
- Sé siempre sincera y transparente, haz valer tus valores y manténte firme. No cedas por evitar un enfrentamiento. Si ves que la situación empieza a irse de las manos, abandona el grupo o el lugar antes de que pase a mayores. Evita todo tipo de relación con ella.
- Bloquéala en tus redes sociales y marca su correo como spam. No dejes que vuelva a colarse en tu vida de ninguna manera. Con lo que te ha costado sacarla... ¡no te dejes llevar por tu lado emocional!
- Si es una colaboradora, termina inmediatamente con vuestro acuerdo. Si es un cliente, devuelve el importe íntegro que hayas cobrado hasta el momento, aunque ya hayas empezado a trabajar en el proyecto. Por unos cuantos euros no merece la pena seguir padeciendo ¿no crees?
- No permitas que te haga dudar de ti o perder la confianza en tus valores y principios. Si eres una persona íntegra, razonable, profesional y con dos dedos de frente, no dejes que la situación llegue al punto de afectar de forma negativa a tu negocio. Córtala cuánto antes y no vuelvas a pensar en ello.
- Si era miembro activo de tu comunidad, emite un mensaje informativo anunciando lo sucedido. Tu comunidad merece saber lo que ha pasado y tomar sus propias decisiones en consecuencia. Si de verdad eres de fiar, no vas a perder su confianza y es lo justo. La verdad siempre por delante.
- Cuenta siempre hasta 3 antes de contestar, respira hondo, piensa que no es tu madre, hermana o mejor amiga. Llevas toda tu vida sin contar con ella, no la has necesitado nunca, no es importante en tu vida. Más vale una decepción ahora, que una crisis dentro de un tiempo. Porque sí, se repetirá.
Como ves, tengo tema para rato. Son pocas las personas tóxicas que me he encontrado si lo comparo con el total de maravillosas mujeres que he conocido en estos años... Pero es cierto que lo negativo pesa más que lo positivo en este tema y lo que aprendes, no se olvida.
Sigo siendo una confiada, pienso que todo el mundo es bueno y no actúa con maldad. Esa parte en mí no ha cambiado y tampoco espero hacerlo. Me hace feliz pensar que las mujeres que estamos en esto juntas, tenemos un espíritu positivo y colaborativo. Y la mayor parte de las veces, así es.
Solo hay que aprender a separar el grano de la paja, ser un poco empática y aprender a ver las verdaderas intenciones de las personas en el primer renuncio. Y siempre siempre siempre cortar el problema de raíz si puede afectar de alguna forma a tu negocio. Esa amistad tóxica no va a traerte nada bueno y va a quitarte mucho tiempo, además de hacerte gastar energías en sobrellevar sus conversaciones irracionales.
Piensa que tú no decidiste emprender para hacer amigas, sino para cumplir tu sueño ¿verdad? Si haces amigas y encuentras compañeras de viaje que de verdad merecen la pena ¡estupendo! Y si no, pues tampoco pasa nada, ¡ya las encontrarás! Como te digo, son las mínimas, pero cuidado, que las hay. Y pueden hacer mucho daño. O al menos intentarlo.
Tema polémico el de hoy, pero espero que aprendas de mis errores y te sirva para cuidar muy bien a quién eliges como parte de tu equipo, mastermind, comunidad o incluso para quién trabajas. Cuándo sientas que no te encuentras cómoda, corta la relación. Sal de allí y mantén a salvo tus ilusiones, sueños y aspiraciones. No dejes que te chupen la energía que tanto te ha costado acumular.