Revista Diario

Cómo celebrar un cumpleaños inolvidable: Disneyland Paris

Por Desmadreando @desmadreando

Carroza Cenicienta Disneyland Paris

Critter cumplió 4 años. Y yo también. A mi si me dan un pretexto me apunto a celebrar y creo que es digno el festejar que hace cuatro años me convertí en madre por primera vez. Podría escribir una entrada sensiblona hablando de todo lo que he aprendido y de cómo estoy totalmente enamorada de mi pequeña bestia. Mejor les cuento cómo celebramos un cumpleaños inolvidable en Disneyland Paris y de cómo Critter se convirtió en Crittercienta.

Querida hija mía:

Lo bueno de nacer un 2 de mayo es que no solamente estarás bendecida por el signo zodiacal Tauro y que gozarás de un carácter decidido, si no que en algunos años gozarás el hacer de tu cumpleaños el pretexto perfecto para “armar desmadre” ya que dado que el 1 de mayo es festivo suele haber grandes posibilidades de tener un “puente” vacacional a la vista.Ya verás cuando seas mayor hasta dirás que “grande la madre que me parió” que hasta en la fecha pensó. Lo sé de cierto. Me darás las gracias.

Así que como éste año caía en puente y además se me cruzó una gran oferta del Corte Inglés y no pude resistirme decidí liar a toda la familia y nos fuimos a celebrar tu cumple 14 familiares a Disneyland Paris. Edades sui generis desde los tres años hasta los veinte mas veinte. A toda edad Disney resulta igual de mágico. Lástima que la magia no aplique para quitar algunas arruguitas.

Como buena blogger me pateé toda recomendación sobre cuál era la edad ideal para visitar Disney, qué atracciones visitar, cuántos días invertir, qué hotel era mejor y cómo hacer de este viaje una experiencia inolvidable. Muchos consejos me sirvieron pero hay muuuucha información que me hizo falta y que por eso mismo en esta semana les contaré secretos para aprovechar Disneyland Paris con niños pequeños.

Sólo puedo decir que hay varios momentos que atesoraré para siempre:

– El día que le contamos a Critter que íbamos a Disney a celebrar su cumple y muy linda sonrío, nos abrazó y luego preguntó ¿qué es Disneyland? Y claro todos nuestros ahorros se nos cayeron al suelo. Tuvimos que invertir horas viendo clásicos como la Cenicienta, Blancanieves, La Bella Durmiente y contarle que era Disneyland era la casa de Mickey. Un día cuando ya casi lográbamos que supiera qué era Disney nos preguntó muy seria: ¿Ese castillo es la casa de Mickey? Y dijimos que si por simplificar. ¡Error! Ella rápidamente nos dijo que no era cierto, la casa de Mickey Mouse es roja, no es un castillo y para entrar tienes que decir Miska Mouska Mickey Mouse. “Todo el mundo sabe eso mamá“. ¡Y tenía toda la razón del mundo! Hay una edad que simplificar ya no basta. Piénsenlo dos veces antes de recurrir a las historias de la abejita y el polen para contar historias verídicas que todo mundo sabe.

-Critter disfrutó como una enana todos los días en Disney pero lo que más le emocionó fue enfundarse el traje repipi de Cenicienta (guante y corona incluida) para comer con las princesas. Literalmente. Hay que ahorrar porque comer rodeada de Cenicienta y de Ariel cuesta como si comieras con la mismísima Reina de Inglaterra (y esa si que es de verdad) pero después de horas de hacer filas bajo la lluvia el simple hecho de poderse sentar plácidamente mientras que las princesas pasan a tu mesa a darte el autográfo y a tomarse fotos con tu pequeña bestia bien vale la pena. Una locura pero hasta yo me hice una selfie con Aurora y el Principe Felipe y Ariel se enamoró de mi príncipe. Ahí lo dejo.

-La anécdota del viaje: la montaña rusa Big Thunder Mountain. Mi padre me llevó ahí y me “enseñó a ser valiente” pues a mi madre le aterran las alturas. Así que yo quería vivir con Critter esa experiencia. Antes de entrar comenzó a llorar y le dije que si no le gustaba le daba un premio. Rápidamente contestó: NO ME GUSTAAAA y la interrumpí y le dije “pero si te gusta te doy dos premios”. Así que decidió subirse y aguantó la velocidad como nadie. Al bajar de la atracción con lágrimas en los ojos me dijo: ME GUSTAAAAAA ME COMPRAS DOS PRINCESAS y se tiró a llorar. Nos reímos muchísimo. El resto del día no paró de presumir orgullosamente que con tal sólo tres años se había subido en una montaña rusa. Ser alta sirve para muchas cosas y una de ellas es poder subirse a juegos que molan.

Puedo decir que cada segundo fue mágico pero más mágico fue verla “disfrazada” de princesa y convertida en una niña mayor.

¡Pequeña Critter eres bestialmente grande y divertida! Gracias por dejarme ver con tus ojos la ilusión de volver a ser niña pequeña.

¡Feliz cumpleaños Crittercienta!


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