El envejecimiento de las personas se asocia a un aumento en los índices de obesidad y sobrepeso. Cada etapa de la vida tiene sus necesidades nutricionales por lo que deberemos adaptar la alimentación a la edad, el estado de salud, la capacidad funcional y las preferencias alimentarias. El tratamiento para combatir la obesidad puede ser largo y difícil pero no imposible. Habrá que planificar una dieta personalizada y para el resto de la vida. En la cenase deberá alternar las verduras cocidas, con sopas y purés. No se deberán tomar altas cantidades de azúcar, dulces o pasteles que alteran el nivel de glucosa en personas diabéticas. Los lácteos son altamente recomendados por su aporte significativo de calcio, pero deben de ser desnatados, así como evitaremos los quesos curados por alto contenido en grasa y sodio.
La dieta debe de ser poco abundante y repartirla entre cuatro o cinco comidas durante el día, siendo la cena la más moderada de todas. Con esta distribución evitaremos el picoteo entre horas.
Por lo general los mayores de 65 años tienen hábitos no saludables de una cocina sana que deberemos moderar lo más posible, como puede ser la gran ingesta de grasas y dulces.
Los primeros platos pueden ser de verduras con papas o purés, arroz, pasta, o legumbres. Es importante incluir en la dieta alimentos con alto contenido de fibra, porque aumentaremos la saciedad, evitando la ingesta de otros alimentos mas grasos.