Revista Espiritualidad

Cómo comenzar prácticas de relajación

Por Kheldar @KheldarArainai

Este artículo es uno de los que le fueron cedidos a un personaje infame y al haber sido retirados de su blog, no le debo ninguna consideración para evitar que Google penalice su página y la retire de las primeras posiciones por contenido duplicado. Al parecer, pagar por posicionamiento del blog en el buscador tiene esos efectos secundarios.

Volviendo sobre el tema… Estoy pensando en profundizar muchísimo más en estos aspectos y me estoy planteando en concreto el acceder a una etapa de cuatro años que me llevaría a la facultad de ser profesor de yoga. Ya veremos cómo se presenta todo.

Este artículo es una introducción a ciertos trucos y acciones que permiten un estado de relajación profunda y placentera en cualquier momento y circunstancia, en especial si se tiene la suficiente práctica y soltura con su manejo.

Ya que lo rescato aprovecharé para complementar la información, ampliar o detallar cosas que no quedasen muy claras y corregir posibles fallos. Vamos allá.

Cómo comenzar prácticas de relajación

 

Respirar: En este mundo, todos los seres vivos respiran. Controlar y usar de buen modo la forma de respirar aporta muy buenos beneficios a la calidad de vida.

A continuación se muestra una técnica básica de respiración en el yoga. La técnica se denomina respiración rítmica y es la siguiente:

Mediante respiración abdominal profunda, inhalamos hasta llenar el abdomen y el pecho todo lo posible, durante cuatro segundos (puedes hacer una cuenta mental en tu cabeza, ayuda hasta que te acostumbras). Una vez inhalas, retienes dentro el aire por cuatro segundos nuevamente. Pasados esos cuatro segundos, lo expulsas durante otros cuatro segundos y retienes el vacío por otros cuatro segundos más, manteniendo un ciclo de cuatro tiempos. Lo mejor para esto, es inhalar y exhalar por la nariz, puesto que se controla mejor que por la boca.

Nota del autor: Para algunas personas es costoso retener el aire dentro y aguantar sin aliento durante esos cuatro segundos (otra opción es contar en base a los latidos del corazón, con lo cual habría que aguantar en apnea cuatro latidos). Quien no pueda, que lo reduzca a dos o tres segundos/latidos… Y todos contentos.

Es recomendable hacer el ciclo completo entre ocho y diez veces seguidas, procurando aquietar nuestras preocupaciones y a la vez sentir la energía que absorbemos y expulsamos al respirar, latente en el aire. Malas energías que nos sobran salen al exhalar, energías limpias nos inundan al inhalar.

Y para aquellos que llegado aquí desean una relajación mas completa, se expone otra técnica básica de relajación y meditación.

~~~~

Relajación simple, técnica base

En próximos artículos se revelarán otros medios y técnicas de relajación, ya sea con o sin la presencia de aditivos tales como música ambiente, inciensos, etc. Por lo pronto se expone una técnica simple de realizar, al alcance de todos. Procura aprenderte y recordar las instrucciones para no estar mirándolas y estropeando el ejercicio. Cuida a su vez de llevar ropa cómoda que no te apriete.

Exponiendo el ejercicio de manera simple:

Procura recostarte en un sitio calmado, sin ropa que te apriete (inciso importante), sin mantas por encima y lo más suelto y cómodo posible para relajarte, pero lo justo para no dormirte. Una vez acomodado, comienza el ejercicio de respiración anterior y mantenlo durante todo el ejercicio, acoplando a uno de dos tiempos si te resulta incómodo mantener los cuatro tiempos durante todo lo que dura.

El resto del ejercicio consiste en tensar y destensar el cuerpo por partes, alternativamente.

Comienza por tus brazos, desde la punta de los dedos hasta el hombro, ambos a la vez o cada cual por separado. Ténsalos, aprieta, siente la tensión, y luego suéltalos, déjala liberarse y siente la relajación. Aprende a diferenciarlas.

Continúa con tus piernas, desde la punta de los dedos hasta la cadera. Sigue con los músculos de pecho y abdomen, de la espalda y del cuello. Termina con los de la cara.

Y, una vez tensados todos por separado, provoca una tensión repentina, violenta y coordinada en todo tu cuerpo, dejándola disiparse al poco.

Llegados a este punto ya debes reconocer la diferencia entre tensión y soltura. Repasa tu cuerpo y si encuentras zonas tensas, suéltalas. Para cuando todas estén sueltas, tu cuerpo se sentirá mucho más ligero. De hecho, te notarás como elevado en el aire.

Continua con ello por el tiempo que desees y tratando de expandirlo un poco más en cada sesión, para retener la calma. Cuando desees volver a tu estado de vigilia, modifica el ritmo respiratorio a uno más superficial, poco a poco, y no permitas a la tensión volver a tu cuerpo.

Sentirse relajado es mera cuestión de hábito, práctica y costumbre.

Cómo comenzar prácticas de relajación

Sugerencias y añadidos a la explicación

Como es obvio, esto no significa que pueda ser ésta la única técnica de uso para relajación. Hay muchas, con bastantes variaciones entre sí. Sin embargo, en la experiencia acumulada con el tiempo, he observado que para comenzar, la más adecuada es la expuesta aquí.

Sencillez, eficacia, y rapidez, para aquellos que no cuentan con tanto tiempo.

Debe ser de práctica diaria, o por lo menos constante y continuada, si no es posible la habitualidad. Los mejores momentos, por la mañana recién levantados o bien por la noche antes de acostarse (o incluso ya dentro de la cama, es una buena forma de coger el sueño). Prácticamente puedes hacerla en cualquier momento y situación, así que puede acoplarse a la vida cotidiana.

De realizarse una sola vez al día, por cualquier razón que sea, es recomendable que se haga por la noche y se prolongue por al menos un cuarto de hora, para dar pie a que la relajación profundice y ayude a disipar toda la tensión de un día de trabajo.

Muchas personas en el mundo se benefician ya del pequeño aliciente que supone ser conscientes de que el ritmo respiratorio tiene una gran influencia en nuestro estado de ánimo y nivel de relajación y atención en general.

 Si nos sentimos tensos en el trabajo, si nos sentimos agobiados por la jornada, o cualquiera de las situaciones que puedan llevarte a desear destensarte, no deberíamos dudar en echar mano de este pequeño, sencillo y socorrido recurso: respirar.

Consejos personales del autor

Debido al ajetreo de nuestros hábitos y costumbres, muchos de nosotros encontramos que no somos capaces de regularizar nuestro sueño o dormirnos con prontitud. He podido sentir en carne propia que tras apenas 10 minutos practicando lo que describo aquí he caído dormido aunque la intención fuera otra totalmente distinta.

Por lo cual es un ejercicio que recomendaría a personas con dificultades para conciliar el sueño. En un futuro artículo expondré añadidos y variaciones que a título personal, consiguen adormecerme más deprisa.

Espero poder hablar pronto de la visualización creativa, como apoyo a lo dicho aquí.

Abrazos y buena práctica,

Kheldar


Volver a la Portada de Logo Paperblog