Los eventos de networking se han puesto de moda, pero… ¿todo el mundo sabe comportarse adecuadamente en ellos? Claramente, no y a la pregunta de cómo hacerlo de forma óptima, existen múltiples respuestas.
Cualquier evento, charla, congreso, curso al que acudamos nos va a permitir conocer gente nueva y ello conlleva una oportunidad para poder comenzar nuevas relaciones profesionales sobre las que trabajar con la lógica coherencia y con los ritmos adecuados.
No podemos llegar, de buenas a primeras y preguntar ¿Tienes trabajo para mí? De la misma forma que la venta a puerta fría se lleva muchos portazos, el optar por este tipo de acercamiento puede conllevar la pérdida de un contacto que pudiera ayudar.
Lo primero que tenemos que tener claro es que, aunque parezca incoherente, para conocer a otras personas tenemos que estar dispuestos a hablar con personas que no conocemos. Porque si siempre hablamos con las personas que ya conocemos no fomentamos el conocer a otras personas. Muchos, cuando acuden solos a eventos donde pueden charlar con otras personas, se dedican a estar solos y no dan pie a conversar con ellos.
Para romper el hielo, lo más fácil es presentarnos, diciendo nuestro nombre y la actividad a la que nos dedicamos. A partir de ahí, debemos comportarnos de forma normal y ser nosotros mismos. Es decir debemos asumir que es gente a la que acabamos de conocer y a la cual no le vamos a contar nuestra vida. Si es un evento relacionado con vuestro campo profesional es fácil romper el hielo y centrarnos en lo que hacemos, porque estamos en esa actividad y podemos buscar puntos de conversación de forma más fácil.
El conocer a nuevas personas en charlas, eventos, congresos cursos o actividades similares es un medio y no un fin. Es decir, es un principio que para que siga un desarrollo debemos trabajarlo con posterioridad. De nada sirve recopilar tarjetas de otras personas que hemos conocido en eventos si las almacenamos en una caja donde recogen polvo. Si escribimos a la vuelta de un año a una persona que conociste puntualmente en un evento os aseguro que no se va a acordar de vosotros. Por ello, lo adecuado es que, a los pocos días de conocer a esa persona y teniendo su tarjeta, escribirle para recordarle tu existencia y agradecer el haberle conocido y a partir de ahí poder seguir un proceso de conocimiento lógico. No podemos pretender que alguien que acabamos de conocer y que lógicamente no os conoce apenas os vaya a ofrecer un trabajo o la oportunidad de vuestra vida. Deberéis ir poco a poco conversando, quedando y colaborando para establecer sinergias si las dos partes lo consideráis oportuno.
Todas las relaciones profesionales tienen un comienzo y si no lo creéis plantearos las siguientes preguntas con respecto a personas con las que colaboráis a nivel profesional de forma asidua: ¿Cómo las conocisteis? ¿Cuál fue el proceso de establecimiento de sinergias? ¿Cuánto tiempo pasó desde que os conocisteis hasta que comenzasteis a colaborar? ¿Cómo fuisteis cogiendo confianza? ¿Cómo te diste cuenta de lo que sabían hacer a nivel profesional?
Al conocer a una persona, debéis evitar hacer comentarios demasiado generales que puedan herir a los demás del tipo “Todos los madrileños son unos estirados” o “los andaluces están todo el día de juerga” o “los aragoneses son cabezotas e intransigentes” porque con ese tipo de comentarios es probable comenzar con mal pie. No sabemos su origen, el de su esposa o marido, o incluso sus padres o amigos. Cuidado con hacer comentarios demasiado personales a personas que acabáis de conocer. No os recomiendo juzgar o criticar a las personas que acabáis de conocer porque las apariencias pueden engañar.
Está claro que el conocer a nuevas personas conlleva un riesgo, sin embargo, todos nos necesitamos unos a otros y eso requiere seguir relacionándonos. Cada persona es un mundo y debemos seguir buscando personas afines con las que poder colaborar. Todas las personas tenemos cosas positivas y otras a mejorar. Debemos asumir que la perfección no existe. Tendréis que establecer vuestro filtro de a qué personas os apetece dar la oportunidad de que os conozcan y de conocerles. Está claro que es imposible establecer contacto con todas las personas que acuden a un evento o charla.
Conocer personas supone dedicarles tiempo para poder seguir avanzando de forma adecuada y lógica. Todo lleva su proceso y no podemos forzar las relaciones. No podemos pretender que personas que acabamos de conocer nos ayuden sin más si no pretendemos dar nada a cambio. El pedir ayuda supone estar dispuesto a ayudar. En las relaciones profesionales debe existir una reciprocidad en las que ambas partes salgáis beneficiadas de colaboraciones o del establecimiento de sinergias. Muchas personas no tienen claro que, en los procesos de colaboración, ambas partes deben aportar. Si solamente pretendéis conseguir cosas de los demás sin dar nada a cambio, está claro que el networking no es para vosotros.
Imaginaros que uno fuese a un evento donde nada más conoceros y deciros su nombre os preguntase si queréis ser su amigo. Está claro que os echaría para atrás y os generaría el efecto contario de rechazo porque lo veríais raro y lo enmarcaríais dentro de la categoría de friki.
Cuando uno va a eventos donde conoce a nuevas personas va muy bien observar a los demás y fijarnos cómo se comportan y en los pequeños detalles. También va bien guiaros por vuestra intuición y dejar llevaros con la lógica prudencia. Por si acaso, al principio va bien aplicar la máxima de “No te puede fiar ni de tu padre” y para romper esa expresión os lo deberán demostrar poco a poco con hechos y acciones. Es una táctica tan buena como otra, pero ante todo, conlleva ser precavido
La confianza en las nuevas personas se generará con el tiempo. Debemos dudar de esas relaciones de ámbito profesional que se intentan forzar y que todo se pretende que sea de un día para otro, porque las cosas no funcionan bien. Las personas necesitamos conocernos y las relaciones fluidas a nivel profesional son las que van con los ritmos lógicos.
También debemos asumir que para poder colaborar con una persona a nivel profesional no nos tenemos porque conocer en persona. Es decir, podeis conocer mucho a una persona porque charláis con ellas a través de la red y vais viendo lo que sabe hacer a bases de hablar mucho con ellas y de hacer pequeñas colaboraciones que refuercen esa confianza. Lógicamente el conocerse en persona reforzara esos vínculos que han podido surgir en la distancia.
Cuéntanos las anécdotas que has vivido en los eventos de networking a los que has acudido