– Marina Muñoz Cervera –
El lugar de venta debe mantener los alimentos lejos de contaminaciones de todo tipo.
Para tener la seguridad de que nuestros alimentos son inocuos, a la vez que nutritivos, debemos cuidar algunos aspectos importantes en los lugares de adquisición.
Muchos países tienen legislación que obliga a los comerciantes a establecer unas normas de seguridad, higiene, etc. Sin embargo, no todos tienen el mismo control sobre la venta de alimentos.
Existen países en los que la venta ambulante está completamente permitida. No obstante, siempre es mejor comprar nuestros alimentos en almacenes, tiendas, supermercados u otros puntos de venta, que sean confiables, desde el punto de vista de la inocuidad de los productos y que tengan buenas condiciones estructurales y de limpieza.
¿En qué debemos fijarnos al comprar nuestros alimentos?
La acción de comprar alimentos es importante, ya que de la misma depende nuestra alimentación.
En el lugar de venta de productos alimenticios, debemos comprobar:
– Que el área, espacio y alrededores del lugar estén limpios.
– Las estanterías y lugares de expendio estén limpios.
– No hay alimentos tirados por el suelo.
– Los alimentos están almacenados en recipientes cerrados y protegidos de la humedad, insectos y roedores.
– Los alimentos calientes se mantienen calientes.
– Los alimentos que requieren refrigeración se mantienen a temperaturas bajas.
– Los alimentos congelados se mantienen a temperaturas de congelación.
– Los alimentos se encuentran separados de otros, no destinados al consumo humanos, como productos de limpieza.
– Los alimentos caducados o en mal estado se han eliminado del lugar.
– Las personas que manipulan los alimentos tienen acceso fácil a lavarse las manos con agua y jabón y manipulan los alimentos con guantes.
– Frutas frescas y verduras:
Este tipo de alimentos pierden nutrientes si no se tratan de la forma correcta. Deben almacenarse, a temperaturas bajas, en un lugar limpio y seco.
Cuando compremos frutas y verduras, debemos fijarnos en los siguiente:
– Los productos están lejos del suelo y protegidos de la luz.
– Se tocan utilizando guantes desechables, en la medida de lo posible.
– Las piezas descompuestas se eliminan del lugar de venta.
– Los vegetales envasados no presentan signos de humedad, suciedad, insectos u objetos extraños en el interior del envase.
– Alimentos secos, no perecederos.
Dentro de este grupo se incluyen alimentos como harina, sal, granos, legumbres y semillas. En general, deben estar guardados en lugares limpios, secos y libres de roedores, insectos u otros animales.
En los lugares de ventas «a granel» desde grandes contenedores, envases abiertos o sacos, ya sea en un almacén o en un mercado, debemos fijarnos en lo siguiente:
– El lugar debe estar limpio.
– Los alimentos deben estar lejos del suelo y cubiertos por un paño o tapadera.
– Los envases deben ser aptos para alimentos y utilizados, únicamente, con ese propósito.
– El envase debe estar limpio y sin huecos o perforaciones.
– El cucharón o utensilio de llenado debe estar limpio y ser de uso exclusivo para el producto.
Cuando los alimentos secos se venden en cajas u otros envases individuales o cajas, debemos comprobar:
– El envase está intacto, entero y en buenas condiciones, libre de roturas, perforaciones y grietas.
– No tiene signos de humedad, hongos, mohos o suciedad.
– Está fuera de la fecha de caducidad.
– Alimentos frescos perecederos:
Se incluyen dentro de este grupo las carnes crudas, pescados crudos, leche y huevos. Estos alimentos deben estar conservados bajo refrigeración, en compartimentos separados por tipo de producto.
Cuando estos alimentos se venden «a granel», sin envases, desde grandes áreas o contenedores, debemos comprobar lo siguiente:
– El contenedor o área en el que se encuentra, debe ser utilizado solo para un tipo de producto, no debe estar compartido con otro tipo de alimentos.
– El contenedor o área debe mantenerse cubierto y limpio.
– El utensilio para manipular el alimento debe estar limpio y ser de uso exclusivo.
– Los envases, botellas, papel u otros en los que se expende el alimento, deben estar limpios y utilizarse, únicamente, para ese fin.
Cuando los alimentos frescos perecederos se venden en envases individuales (bolsas, cajas u otros), debemos fijarnos en lo siguiente:
– El envase debe estar intacto y en buenas condiciones, libre de grietas, roturas o agujeros.
– No debe tener signos de humedad, moho o suciedad.
– La fecha de caducidad no debe estar vencida.
En esta entrada, hemos revisado la parte 1 de la lección 8 (tema 3) del curso de la FAO Alimentarnos bien para estar sanos, que estamos incluyendo dentro de la categoría Lecciones de alimentación sana de este blog.
Si tenemos en cuenta la inocuidad de los alimentos en su punto de venta, solo nos queda saber manejar los productos en nuestra casa, para tener la certeza de que nuestra comida nos nutre y alimenta, no nos aboca a la enfermedad.
Fuente:
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Alimentarse bien para estar sanos”. Depósito de documentos de la FAO. Roma, 2013. ISBN 978-92-5-107610-1.
Imagen:
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