Tenía la cara tan suave como las nalgas de un babuino de culo pelado.
No tenía ni idea de ventas, ni experiencia, ni clientes, pero hacía unas presentaciones de puta madre.
Tenía un secreto con el que reventaba a vendedores de pelo gris y traje gris y alma gris con 30 años de experiencia.
Entonces conseguí que una empresa muy grande y muy conocida me invitara a un concurso para una campaña publicitaria.
Necesitaba pasta, así que si hubieran buscado a alguien para construir un condensador de fluzo también hubiera aceptado.
Cómo conseguí entrar ahí da para otro email, ahora no me quiero desviar.
Concurso, tender, licitación o como lo quieras llamar. Ni sabía lo que era eso, pero cuando me lo explicaron sabía que había ganado.
Presenté dos veces.
La primera fue ante un comité de feligreses que rendían culto a un totem que hacía las veces de máquina de café.
Gustó tanto que para la segunda convencieron a la hija del principal accionista para que viniese.
No quiero decir que me hicieron la ola pero me hicieron la ola.
Luego de intentar disimular sus flujos genitales se despidieron con «Ya te llamaremos» pero yo lo tenía claro. La llamada llegó un par de semanas después, casi de noche mientras me hacía una tortilla francesa en una cocina iluminada con unos halógenos justitos de potencia.
«Queremos trabajar contigo, la hija del “dueño” flipó. Cuando volvió a Italia incluso se lo contó a su padre.»
Si has estado atento te habrás percatao de que yo no había hecho una campaña de publicidad en mi vida.
No diré el nombre de la empresa porque al final no trabajamos juntos.
Intentaron negociar mi precio y les dije que no. Es lo que pasa cuando de verdad necesitas dinero.
Lo primero que vendes aún sin saber de ventas. Lo segundo, que no haces contorsionismo mental con meter la cabeza, casos de éxito y lamidas escrotales. Si no sale un euro limpio, no sale.
Con el tiempo me he dado cuenta de la gran decisión que fue rechazar aquello.
Bien.
Haz lo que quieras.
Di que este email no contiene lección, que mi padre vende pechuga de grifo envasada al vacio o ponte mascarilla mientras conduces.
Cada uno con sus capacidades hace lo que puede.
Apúntate aquí y no sé, mejora tu vida o algo, pero haz algo:
Acepto la política de privacidadLa entrada Cómo con 24 años gané la licitación de una empresa del IBEX se publicó primero en Luis Monge Malo.