La necesidad de tener la última palabra
Desde hace un tiempo me preocupa el nivel de agresividad y egolatría en los debates que se dan en las redes. Por eso mismo me decidí a grabar un video en el que trato de plasmar porqué prefiero ganar EN las discusiones y no ganar las mismas a manera de imposición. Y para mi la clave tiene que ver también con una actitud frente a la vida, que a pesar del significado intrínseco de la palabra tiene que ver con la apertura.
Me declaro AGNÓSTICO frente a las discusiones de modo tal que parto de la presunción del desconocimiento sobre el tema que se propone. Puedo, si, intentar dar una opinión con la autoridad que me confiera mi bagaje de experiencia, pero nunca arrogarme una posición de autoridad absoluta. Porque es sabido que aún la persona con menos formación, puede enseñarnos de la manera más valiosa.
No importa de que se trate, no importa cual sea el tema central. Sí es fundamental el respeto por la opinión del otro y brindar los espacios para el intercambio. Las cuestiones de fe no se discuten, las creencias no son materia de debate porque son muy personales, pero los temas que nos afectan y son comunes a todos, merecen un entendimiento, que debe partir del mismo respeto que merecemos de nuestra contraparte.
Y esto es extensivo y aplicable a temas como el aborto, en el que, a pesar de que muchos lo consideren injusto, no puede excluir al hombre porque lleva parte. O al mismo neo-feminismo como está encarado y en el que también se resiste a sopesar la opinión masculina, alegando el multiuso “mansplaining”.
Los invito a ver este video en el que amplío un poco más el tema y a que, en la medida que les interese, digan si su percepción es similar a la que tengo yo.