¿Cómo conseguir que los niños se vayan a la cama a su hora?

Duda de una lectora a Silvia Álava, psicóloga Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Además de la autora del libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”.

Querida Silvia,

Enhorabuena por tu libro, estoy empezando a leerlo.

Quería consultarte sobre mi situación actual, las mañanas y las noches son momentos del día en los que como madre me siento agotada, resulta complicado que los niños se preparen para ir al colegio o para ir a la cama. Es como una lucha constante para conseguir que hagan sus cosas y aunque intento tener paciencia, suelo acabar de los nervios.

¿Cómo podría cambiar esta situación?

Gracias de antemano,

Mamá de los nervios.

Silvia Álava, Directora del Área Infantil del Centro Álava Reyes

¿Cómo conseguir que los niños se vayan a la cama a su hora?

Esta es sin lugar a dudas una de las cuestiones que los padres más nos trasladan cuando acuden a nuestro Centro de Psicología. Aunque no llega a ser el motivo principal de demanda de la consulta, el cómo conseguir que se acuesten a su hora, sin montar bullicio y no levándose varias veces de su cama… puede suponer un triunfo para los padres, quienes quieren saber como conseguirlo sin tener que recurrir a los gritos, los enfados o las amenazas.

En estas ocasiones lo primero que les explicamos a los padres es que se paren a observar qué es lo que está ocurriendo. Será de gran utilidad si se hacen registros de estas situaciones, en las que se anota qué hora es, dónde y quiénes están, qué hace o dice el niño, y lo que es más importante, lo que el adulto hace o dice después.

Cuando analizamos los registros realizados por los padres, nos damos cuenta que muchas veces lo que está ocurriendo, es que los niños tienen muchas más atención cuando no obedecen, que cuando sí que lo hacen. Es decir, si se van a la cama a la primera, los padres le dan un beso, y aprovechando que ha obedecido rápido, se van a hacer sus cosas. Mientras que cuando el niño no obedece, protesta, dice que es pronto, no recoge las cosas, no se quiere lavar los dientes… los padres se quedan a su lado hasta que consiguen meterlo en la cama y que esté tranquilo en la misma.

Pongámonos en lugar del niño: ¿cómo ha conseguido más atención? Está claro que cuando no obedeció. Han estado más tiempo con él y le han hecho más caso.

Algunos padres nos comentan, y nos dice, que no lo entienden porque en ese intervalo de tiempo han terminado con gritos e incluso algunos con amenazas para conseguir que se fueran a dormir, pero ¿cómo lo vive el niño? Los niños ven que aunque papá y mamá terminen gritando, en conjunto la estrategia les ha salido rentable ya que consiguieron:

• Retrasar la hora de irse a la cama, arañando minutos de “estar despierto”
• Y sobre todo: tiempo de atención de sus padres.

Dicho esto: ¿cuál será el siguiente paso a seguir?

Tendremos que conseguir darle la vuelta a la situación, y que el niño sienta que siempre tiene más atención en positivo que en negativo. Es decir, que cuando se acuesta rápido, papá y mamá se quedan un ratito con él en su cama leyendo un cuento, charlando y compartiendo vivencias del día, lo que pasó en el colegio… y en cambio cuando se hizo tarde porque no obedecieron y les costó más meterse en la cama, han perdido el tiempo de leer el cuento y de estar con ellos.

Para que nos funcione, será fundamental mantener nuestra promesa, y siempre y cuando los niños se hayan acostado pronto, se mantendrá ese rato del cuento, pero en cambio si se hizo tarde porque no obedecieron no hay que ceder y quedarse con ellos, habrá que explicarles que se excedieron de la hora límite, (la cual siempre debe esta establecida de antemano), pero que seguro que al día siguiente lo harán muy bien y dará tiempo a leer ese cuento.

¿Quieres plantear una duda a nuestros expertos? ¡Escríbenos a info@papasehijos.com?

About the author

Silvia Álava, psicóloga, conferenciante y escritora. Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Acreditada por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid como Psicólogo General Sanitario. Especialista en psicología clínica y educativa. Colaboradora en diversos medios de educación. Autora del libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”.

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