Revista Filosofía
¿Se puede construir un robot que piense, que tenga inteligencia y que tenga autonomía propia?, pues claro que sí, hoy existen los adecuados medios mecánicos y eléctricos para ello, sólo hacen falta las ideas, por ejemplo mis ideas, las ideas que yo exponga en el libro que estoy escribiendo. Ideas que se complementarán con las ideas que exponga en este artículo y otras ideas que he expuesto en otros artículos publicados en internet y en mi blog: http://www.articulosnuevos.blogspot.com.
En mi libro explicaré, muy resumidamente y sin tecnicismo, cómo es el pensamiento y la inteligencia; y como se podrían adaptar a un robot para que el robot pueda tener inteligencia, pueda ser autónomo y pueda pensar, pensar artificialmente se entiende, cosa que muchos dirán que es computar; pero para mí es pensar ya que para mí el pensamiento es una forma virtual de buscar la información.
Teniendo en cuenta que la inteligencia es el orden de todas las memorias psíquicas y que el pensamiento es un buscador de información dentro del orden de la inteligencia, como trataré de explicar más adelante. Entonces si a un robot cualquiera se le instalasen todos los programas necesarios, todos los sensores necesarios, todos los sentidos artificiales necesarios y todos los mecanismos necesarios para que pueda detectar la información y poder transmitirla y encauzarla en sus correspondientes programas de manera ordenada. El robot para que narices necesita pensar si ya mediante ese orden se le ha posibilitado la posibilidad de pensar, pues solamente tiene que buscar mediante un programa la información apropiada dentro de unos programas que ya tiene la función de memorizar y ordenar adecuadamente la información externa e interna. Para qué narices necesita un robot tener inteligencia si esa inteligencia es el propio orden bien ordenado de la información. Lo que un robot no tendrá es la forma de pensar humana, la cual está inducida por nuestros sentimientos, manías, debilidades, emociones, envidias, amores, celos, odios, etc. Los humanos buscamos la información pero mediante unas tendencias o normas heredadas de padre a hijos; lo cual nos hace buscar la información conforme a nuestros sentimientos y formas de ser. Pero eso no quiere decir que un robot no pueda pensar, pensará artificialmente y también se le podrán programar unas normas.
Teniendo el robot la energía eléctrica y las opciones informáticas y mecánicas apropiadas que le obligue a funcionar; y teniendo sus correspondientes programas y mecanismos que le posibiliten manejar adecuada y ordenadamente la información, ya el robot dispondría de la inteligencia y del pensamiento adecuado, parecido al que poseemos las personas. Ya el robot podría asemejarse a un ser vivo, pero con la ventaja de que no poseería dolor. Dicho robot sólo tendría un inconveniente que no sería totalmente autónomo, pues únicamente podría actuar conforme a lo programado. Pero además debería poseer un programa muy estricto para que el robot respetase las normas de convivencia. Tampoco las personas somos totalmente autónomos, ya que las leyes y las normas de convivencia nos obligan a no ser tan libres; y menos mal que es así, porque si cada uno hiciese lo que quisiese no existiría convivencia.
A los constructores de robots os animo a que con mis ideas construyáis ese tan anhelado robot que podría ser muy beneficioso para la humanidad; un robot que al principio podrá ser muy simple, pero que poco a poco se podrá ir perfeccionando.
Lógicamente dicho robot no pensará exactamente como los humanos, pensará de otra forma: pensará más rápido y con la posibilidad de disponer de mayor sabiduría, ya que se le programará mayor cantidad de información. Además se le programará la información necesaria que le obligue, mediante programas, a respetar las leyes y las normas de convivencia; para que así, con gran eficacia, pudiese también respetar a las personas, a los animales y a las cosas.
De momento, para simplificar, a este primer robot se le podría suprimir la opción de sentir artificialmente. Aunque las sensaciones se podrían programar artificialmente basándonos en normas mediante el filtrado de la información que nos ofreciera los sensores dispuestos en cada mínima porción corporal y a través de la información detectada por los sentidos artificiales; aunque espero que comprenderán que no serían normas sensitivas propias de los sentimientos humanos, sino normas programadas.
Para simplificar aún más este robot, se le podría suprimir de la posibilidad de poder memorizar las experiencias de lo que le sucediese cotidianamente y de lo que aprendiese, por ejemplo de los libros; por tanto carecerá de recuerdos. De momento no necesitaría memorizar y ordenar esa información, que el ser humano la suele memorizar en orden de importancia y en orden de tiempo para así poder usarla para cuando la necesite. De momento se le programará directamente la sabiduría necesaria sin necesidad de que la tenga que aprender. La sabiduría sensitiva no la podría conseguir de forma natural, ya que el robot no podría crecer ni evolucionar físicamente, ni sentir, ni adoptar las sensaciones vivientes conforme a ese crecimiento y a esa transformación viviente.
Este robot, de momento, sólo podrá efectuar, según sus programas y sus aptitudes físicas, infinidad de repetitivas acciones programadas, lo cual es mucho. Acciones que se podrán ir mejorando mediante la sustitución y ampliación de sus correspondientes programas y partes físicas.
El carecer de memorias y de recuerdos no le impediría que pudiese mantener una relación y una conversación casi normal con cualquiera, ya que este robot respondería y actuaría conforme a la sabiduría programada en sus correspondientes memorias, las cuales dispondrían de la suficiente información para que el robot pudiese servirse por sí mismo sin necesitar recurrir a los recuerdos. Ya que de antemano se le programaron todas las situaciones, problemas y respuestas posible. Además todos comprenderán las limitaciones de estos primeros robots de prueba. Lógicamente no podrán responder sobre temas que le sucedieron en el pasado, ya que no se les habrá programado las memorias que pudiesen memorizar los sucesos del pasado. Por lo tanto no dispondrá de recuerdos; repito, no porque no se pueda realizar sino por el deseo de simplificar su posible construcción.
Sería conveniente también, que al principio, no se le obligase a ir por lugares raros ni se le sometiese a situaciones extrañas, ya que sus programas quizás no dispusiesen de la suficiente información como para poder identificar esos lugares y esas situaciones desconocidas; aunque se le procurará programar todas las situaciones y lugares que se pudiese encontrar y como debería actuar ante todas esas situaciones y lugares posibles.
La gente comprenderá las limitaciones iniciales de la posible realización de este robot, ya que lo importante será que el funcionamiento de este robot fuese el comienzo de la era robótica de futuros robots pensadores, los cuales podrán ayudar mucho a la humanidad, siempre y cuando tengan sus adecuadas normas programadas para ayudar a la humanidad y no, por ejemplo, para servir como combatientes en posibles guerras. En este caso, tal vez, sería conveniente diferenciar a los robots bélicos de los otros robots no bélicos.
Todos los seres vivos para poder vivir necesitan vivir ordenadamente, ya que como se puede vivir sin orden; como alimentarse sin orden, como usar los sentidos sin orden o como utilizar las demás necesidades vivientes sin orden. Todos poseemos una serie de órdenes psíquicos, aunque algunos tipos de órdenes estén inducidos por un orden instintivo, heredado así evolutivamente. En el momento en que un ser viviente carezca de parte de su orden; por ejemplo que carezca de parte del orden psíquico sensitivo, entonces ese ser viviente padecerá un desorden, más o menos grave, según sea el grado de desorden psíquico sensitivo que padezca. Ese desorden no le permitiría vivir adecuadamente.
Como orden viviente que somos, debemos poseer un control que controle nuestro orden. Ese control estará en el cerebro; pero en el caso de los vegetales, dónde estará ese control, supongo que estará en alguna parte interna de su cuerpo vegetal, o muy posiblemente estará en la totalidad de su ser sensitivo. Con lo cual al disponer los vegetales de un orden ya dispusieron de una inteligencia y al disponer de sensaciones ya dispusieron de una manera de procesar la información, equivalente a una forma de pensar. Entonces, también los vegetales disponen de una inteligencia y de un pensamiento, aunque esa inteligencia y ese pensamiento sea más reducido y primitivo que el de los animales. Inevitablemente los vegetales viven instintiva sensitivamente de una manera ordenada, pues no se puede vivir sin orden y sin sensaciones.
El buen funcionamiento del orden viviente es lo que se llama inteligencia, la cual será mejor o peor, según funcione mejor o peor ese orden. Por lo tanto, la inteligencia no es una memoria ni está ubicada en un lugar psíquico, la inteligencia es algo virtual; es el orden del orden viviente.
Dentro de la inteligencia o del adecuado orden de la información, el pensamiento virtualmente tratará de buscar la mejor información. El pensamiento buscará la información oral, visual, sensitiva, olfativa y gustativa según sea la información solicitada. Entonces el pensamiento es un buscador virtual de información, y al igual que la inteligencia no es una memoria o algo psíquico que esté ubicado en el cerebro. El pensamiento es la forma virtual de buscar la información dentro del orden de la inteligencia. Los que tengan la facilidad de tratar de buscar más información psíquica, y empleen más tiempo para buscarla, serán los que más piensen; si además a eso se le añade una buena inteligencia y unas memorias repletas de información, de datos aprendidos y memorizados gracias a lo aprendido de la vida y de los libros, entonces ese pensador será aún mejor pensador.
Es decir, todos los seres vivos somos un orden viviente; por lo tanto todos disponemos de una inteligencia y de un pensamiento o llámese buscador de información. Por lo general, los vegetales dispondrán de su inteligencia vegetal y de su pensamiento sensitivo, ya que estos sólo piensan sensitivamente porque sólo poseen un sentido, el sensitivo. Todos los animales dispondrán de su inteligencia particular y de su buscador de información sensitiva. Pero además, según los sentidos que posean, dispondrán de un buscador de información visual; de un buscador de información olfativa; de un buscador de información gustativa; de un buscador de información auditiva; de un buscador de información intuitiva; de un buscador de información heredada; de un buscador de información memorizada; etc. O sea, que eso parece demostrar que poseemos un sinfín de pensamientos, pero en realidad todos los buscadores de información forman un solo buscador de información llamado pensamiento; ya que no son pensamientos reales sino una forma virtual de buscar la información, puesto que la información se busca por las necesidades propias y según sea nuestra forma de ser. Únicamente poseemos un buscador de información que busca la información de forma virtual a través de los enlaces sensitivos mediante las indexaciones de las informaciones.
Los humanos, hemos desarrollado el lenguaje, el cual nos ofrece otra forma más de manejar y almacenar la información y así poder pensar más adecuadamente, o buscar la información más adecuadamente. Una forma de pensar que nos ha posibilitado una mayor evolución de algunos de nuestros sentidos.
Todas las memorias memorizarán individualmente la información que les pertenezca, según sea la información obtenida de cualquiera de los cinco sentidos. Se podrá vivir sin poseer una o varias memorias, ya sea carecer de la memoria visual, de la memoria olfativa, de la memoria gustativa, de la memoria auditiva, de la memoria que memoriza el lenguaje o de la memoria que memoriza los recuerdos. Pero no se podrá vivir mucho tiempo sin la memoria sensitiva o táctil, la cual es imprescindible para poder vivir. Quizás por culpa de la vejez, muchos podrían perder progresivamente todas las memorias juntas al mismo par, o perder parte de sus memorias. El perder una sola memoria, por ejemplo la memoria oral, o llámese memoria del lenguaje, no nos impediría pensar, ya que se puede pensar sensitivamente y también con la imaginación utilizando los medios y los recuerdos visuales que se hayan podido memorizar, entonces, pensaríamos como piensan los animales. Perder la memoria sensitiva sería lo que más nos perjudicaría, ya que nuestro cuerpo podría olvidar el andar, el comer, el moverse, etc.
Registrado en Safe Creative el 22/05/2012
Autor: Salvador Sánchez Melgar
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