Revista En Femenino

Cómo controlo yo la ansiedad

Por Mamaconvergente2

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Durante muchos años he sido una persona que tendía fácilmente a la ansiedad. Desde los exámenes en la Universidad, a los proyectos a lanzar y un largo ecétera de situaciones, me llevaban a situaciones donde la ansiedad me corcomía.

En Facebook leo a mucha gente que dice tener ansiedad. No lo dudo. Nuestro mundo civilizado nos hace ansiosos. Así que te voy a contar qué es lo que yo hago.

Es cierto que nunca he llegado a una crisis grave. Miento. Una sola vez, pero fué anecdótico. Digamos que no tenía control sobre mi mente en ese momento por un factor externo. Pero bueno, esa vez me sirve de base para entender cómo lo debe pasar una persona en una crisis de ansiedad fuerte.

Te habrás dado cuenta de que hablo en pasado. Yo tenía ansiedad. Soy una persona nerviosa y activa, eso no ha cambiado, pero ya no tengo ansiedad y si la tengo puedo controlarla facilmente. Y muchas veces no tenía que ver con nada grave.

No pretendo generalizar con este post. Solo me gustaría mostrarte lo que he aprendido porque puede servirte en un pasado.

La ansiedad es a mi entender un mecanismo de alerta del individuo. Si estás cruzando la calle tranquilamente y viene un coche (a toda ostia) un pelí rápido, nuestro cuerpo entra en alerta para defenderse ante el inminente peligro. Se acelera el corazón, se tensan los músculos, la mente va a mil por hora, por lo que la sensación de paso de tiempo se ralentiza.

En realidad, en nuestra vida diaria, esa sensación de peligro inminente desaparece. No suele pasar que salgas a la calle y alguien te ataque. Sí es más habitual que en un momento dado alguien te moleste y tengas ganas instintivas de pegarle un guantazo, pero te lo reservas porque somos seres civilizados (no todos).

La cuestión es que no es normal ir pegando guantazos a quien nos pega un empujón en el autobus, ni salir chillando y gritando cuando vemos una cucaracha por la calle. Más que nada porque somos seres civilizados, no porque instintivamente no reaccionáramos así.

Pero todo eso que no hacemos se manifiesta en modo de estrés y de ansiedad en la vida de las personas civilizadas como nosotros. El estrés es también una respuesta de situación de peligro, pero ampliándola durante mucho tiempo.

Como seguimos siendo animales, pero civilizados, que entendemos que eso no es un buen camino, acumulamos estrés y ansiedad. En las personas más nerviosas y activas esas emociones, que se manifiestan de manera física, pues las ampliamos más.

Lo primero, cuando queremos solucionar un problema es entender qué nos pasa. En el caso del estrés estamos manteniendo un estado de alerta permanente para el que el cuerpo no está preparado. En el caso de la ansiedad, estamos viviendo un estado de alerta ampliado, que no entendemos y que intentamos revertir. Sentir los síntomas físicos de la ansiedad nos hace poner más nerviosos: palpitaciones, temblores, pensamientos negativos, etc…

La parte determinante para controlar un estado de ansiedad es trabajar nuestro diálogo interno. Nuestra cabeza va a mil por horas, el tiempo tenemos apreciación de que pasa más lento. Pero nuestros pensamientos alimentan la ansiedad. La sensación de ansiedad deriva de una emoción negativa que viene sí o sí de lo que pensamos.

Podemos manejar lo que pensamos, por lo que podemos manejar lo que sentimos. La emoción es el precedente de los síntomas físicos. Pero si manejamos el pensamiento, podemos manejar la emoción y con ello los síntomas.

Es una tarea que requiere un entrenamiento. La consciencia de nosotros mismos y los pensamientos.

Mi capacidad de control aumentó practicando meditación. Al tener una capacidad mayor para ser consciente de mis pensamientos y no aferrarme a ellos, es más fácil manejar el estado de ansiedad.

Pero sin meditación también es posible. El poder de controlar el diálogo que establecemos con nosotros mismos es algo poderosísimo. Yo lo he comprobado. Para mí ha sido uno de los avances más importantes de mi vida. Simplemente estudiar lo que pienso. Dónde está el momento en que se genera el miedo. Y discutir conmigo misma esos pensamientos de alerta. Aprender a relativizar eso que pensamos que es tan importante, quizás no lo es tanto.

Te aconsejo que aprendas a dialogar contigo misma. Y te pediría que por favor, si te ha resultado útil este artículo, lo compartas para que la gente que lo necesita lo encuentre en la red.

Este artículo Cómo controlo yo la ansiedad lo escribió desde el blog Mamá Convergente la autora Eva González Mariscal


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