Revista Psicología

Cómo conversar FÁCIL

Por Paulo Mesa @paucemeher
Cómo conversar FÁCIL

Por esas cosas de la vida, ando bastante enfocado en este asunto de las conversaciones. No de las "habladas", sino de las conversaciones. Aquí me refiero a la conversación que lleva a la acción, la que produce cosas y la que de hecho cambia el mundo. Le ayudo a mucha gente a que sean capaces de afrontar conversaciones "difíciles". Hay muchas razones para que las vean así, y quizás la principal de ellas tenga que ver con el temor a las consecuencias que tengan y a la obsesión con un "único" resultado posible. No obstante, el mensaje se hace más sencillo en la medida que voy comprendiendo mejor el tema. Por eso aquí lo comparto, porque creo que quizás hemos olvidado lo necesario para hacer una conversación FÁCIL.

Los componentes

Una conversación para que sea fácil debe ser:

F de Franca

A de Abierta

C de Concluyente

I de Informal

L de Libre

Veamos de qué se trata cada uno.

Franca

La franqueza es cuestión de forma. Tiene que ver con decir lo que hay que decir, sin adornos y sin rodeos, yendo al punto y cuidando el objetivo que tenemos en mente. Nos concentramos en la pureza del mensaje y en que las palabras reflejen lo mejor posible la idea que queremos transmitir; nos expresamos sin adornos ni "moñitos", sin necesidad de usar palabras rebuscadas o cosas complicadas. La franqueza es una manifestación clara de la simplicidad.

En culturas como la latinoamericana hay que tener cuidado con el uso de la franqueza; puede ser vista por otros como una actuación ruda e irrespetuosa. Basta con que tengamos cuidado de las palabras que usamos, de no engancharnos con determinada emoción, de no meternos con la "persona" del otro y de validar bien qué es lo que nos entienden. ¿Se te ocurren ejemplos de franqueza? ¿Si tuvieras que decir algo con franqueza cómo lo dirías?

Abierta

La apertura es la cuestión de fondo. Nos comunicamos de frente, sin agendas ocultas, sin segundas intenciones, siendo nosotros mismos y actuando genuinamente. La mayor dificultad para conversar con apertura tiene que ver con la necesidad (consciente o inconsciente) de mostrar algo o de dejar una imagen determinada; tiene que ver con ese sentimiento de "tener mucho que perder" cuando nos mostramos tal y como somos.

La apertura tiene que ver con disolver la máscara del ego por un momento y sacar lo que de verdad está adentro, lejos de la manipulación y de la meta calculada ego para ganar, lucirse y tener la razón.

Escrito aquí y dicho de esa forma parece muy sencillo, pero es quizás la parte más oculta y difícil de manejar en la conversación. ¿Qué es eso que escondes? ¿De qué te cuidas? ¿Cómo quieres que te vean? ¿Para qué te empecinas en que te vean de determinada forma? ¿Y si te vieran como realmente eres? ¿Qué sería lo que mostrarías?

Concluyente

La conversación genera acción. Lo demás es hablar. En la conversación hay construcción y no siempre es entretenida; muchas veces la conversación implica trabajo, conflicto, confrontación y puede llegar a ser ardua. La conversación está orientada a la acción, busca que ocurran cosas, que se generen compromisos verificables; asumimos responsabilidades después de conversar y construimos acuerdos que aceptamos y de los que nos hacemos cargo.

Si nada de esto ocurre posiblemente no hay conversación, no hay trabajo hecho, hay quizás un monólogo, un partido de tenis contra la pared, una simple "hablada". ¿Cuál es tu propósito al conversar? ¿Cuál es el propósito de tu interlocutor? ¿Cómo se comprometen a a moverse desde ahí? ¿Qué esperan llevarse?

Informal

Tan claro como la palabra en sí: la conversación llevada a cabo como una cuestión sencilla, una conversación simple. La informalidad en la conversación no tiene nada que ver con la improvisación ni con olvidarse de tener un plan, por el contrario, mientras más clara sea la estructura de lo que decimos (Franqueza y Apertura), mucho mejor.

En este contexto, la informalidad tiene que ver con crear un clima de respetuosa cercanía. Es una comunicación de persona a persona, despojada de jerarquías o de defensas; son dos seres humanos que, como iguales, construyen algo sobre las mismas bases del cuidado de lo que importa.

Libre

Tiene que ver con el respeto como esencia de la relación que se honra a través de la conversación. No ejercemos presión, ni coaccionamos nada. Damos al otro la posibilidad de elegir de qué conversar, cuándo, cómo y dónde hacerlo.

La contracara de la libertad es la responsabilidad, es decir, así como tenemos la opción de elegir, también tenemos la obligación de responder por las elecciones que hacemos. La libertad aquí no significa que indefinidamente nos vayamos por las ramas, de posponer indefinidamente y de conversar solo del pedacito con el que nos sentimos cómodos; si hacemos eso responderemos igual por las consecuencias que esto genere. La libertad tiene que ver con el cuidado de generar acciones, cubrir lo que haya que cubrir y buscar los espacios necesarios para resolver lo que corresponda a través de la conversación.

Para finalizar...

Quizás la mayor dificultad que veo está en la obsesión que tenemos por los monólogos, es decir, por ser entendidos más que en entender. La conversación funciona en la lógica de los opuestos que buscan puntos en común, en la confrontación y en la construcción. Esto convertido en ejercicio es parafrasear y preguntar por el entendimiento: Preguntar ¿Qué me estás entendiendo? En vez de preguntar ¿Me entendiste? Un "sí" o un "no" garantizan poco, pero una validación de la comprensión tal vez sí oriente mucho.

Lo "difícil" o lo "fácil" lo vemos desde nosotros mismos, desde nuestra capacidad natural para encarar una situación ¿Qué hace que una conversación te parezca difícil? Esto quizás diga más de quién eres y de cómo ves el mundo que del hecho en sí mismo de conversar en determinada situación.

Finalmente, ¿Qué te está haciendo falta para tener una conversación FÁCIL?

Crédito de la imagen: http://infed.org/mobi/wp-content/uploads/2013/04/[email protected]


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