Revista Salud y Bienestar

¿Cómo convivir día a día con la Diabetes?

Por Smartsalus @SmartSalus

Diabetes

 

SÍNTOMAS DIABETES

 

Esta enfermedad crónica, una de las más habituales en los países desarrollados, se debe a la hormona que regula el nivel de azúcar en la sangre, la insulina. Esta hormona es la responsable de que la glucosa pueda suministrar adecuadamente energía a las células. Cuando el páncreas no es capaz de producir la insulina que el cuerpo necesita, aparece la diabetes y con ella el peligro de un aumento de azúcar en la sangre –hiperglucemia– que puede dañar de forma irreversible el organismo, sobre todo en el sistema cardiovascular, los riñones, el sistema nervioso, los ojos y la boca (diente y encías).

 

Existen dos tipos de diabetes. La diabetes de tipo 1, también conocida como insulinodependiente, puede aparecer a cualquier edad, aunque es especialmente frecuente en niños y jóvenes. En este tipo de diabetes, el páncreas no produce insulina, por lo que la hormona debe administrarse diariamente. No se conocen las causas de esta diabetes y no se puede prevenir su aparición. Los síntomas habituales de la diabetes de tipo 1 son la polidipsia (mucha sed), la poliuria (necesidad de orinar frecuentemente), la polifagia (sensación de hambre intensa), el cansancio (con frecuencia acompañado de pérdida de peso repentina) y trastornos en los ojos como sufrir de vista borrosa. Otros síntomas son la sensación de sequedad en la piel con picores, sufrir hormigueos en los pies o sensación de que se quedan dormidos con frecuencia, o notar cómo las llagas que aparecen en la boca, por ejemplo, tardan más tiempo del habitual en cicatrizar.

 

Ante estos síntomas, sobre todo en niños y jóvenes, es importante acudir al médico para que realice un análisis de sangre y determine si existe la enfermedad, prescribiendo la administración diaria de insulina de forma urgente,.

 

La más frecuente es la llamada diabetes de tipo 2, que afecta a nueve de cada diez diabéticos y se debe principalmente a un estilo de vida sedentario y a un exceso de peso. La falta de ejercicio y la obesidad provocan que el cuerpo no utilice como debiera la insulina que genera el páncreas, provocando un exceso de azúcar en sangre. Los síntomas son los mismos que en la diabetes de tipo 1, incluyendo la sed excesiva, la necesidad frecuente de orinar, la sensación de hambre constante, el cansancio, la pérdida de peso, la visión borrosa o la tardanza en cicatrización de las heridas. Sin embargo, esta diabetes puede no llegar a mostrar los síntomas de forma evidente, bien porque pasan desapercibidos entre otras afecciones, bien porque sean demasiado leves. La prevención en el estilo de vida es fundamental: si se tiene exceso de peso y una vida sedentaria, es necesario controlar los niveles de azúcar en sangre periódicamente a través de análisis (que pueden realizarse en la farmacia) para detectar la enfermedad y cambiar los hábitos de vida, haciendo algo de ejercicio regular y controlando la alimentación. También es importante mantener un peso estable y abandonar el consumo de tabaco para prevenir o retrasar la aparición de esta enfermedad.

 


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