Cómo crecen las gaviotas

Hoy te aviso de que viene post largo. Más bien con muchas fotos, como los egoblogs esos en los que las churris enseñan el mismo modelito en tropecientas fotos, por aquí, por acá y por acullá. Pero es que no he sido capaz de hacer la selección más corta. Y como va a ser la última de estos bichos, pues ya está.

Digo que va a ser la última porque los peques ya se han marchado del nido. Solo hay uno de los tres que viene de vez en cuando y se pone a piar como un loco, aunque los padres gaviotos ya no le hacen ningún caso. En realidad he de decir que uno desapareció misteriosamente poco después de estas fotos. Era de esperar, con lo empinado que está el tejado…

La última foto es la única que tengo con ellas ya un poco creciditas.

Me ha gustado mucho ver la cría de gaviotas tan de cerca. Es una oportunidad que, cuando me vaya de esta casa, seguramente no volveré a tener. Ellas volverán a este nido la primavera que viene, pero yo estaré ya en el mío. Según he leído, todos los años se reúnen con la misma pareja y buscan el mismo nido para criar.

Me ha resultado muy curioso ver lo amorosas y sacrificadas que son con sus polluelos. Y no es que me olvide del ruido que hacen, ni de lo que ensucian, ni de lo pendientes que nos tenían cuando llegamos aquí, y nos acosaban por la ventana. Pero han dejado de ser para mí únicamente esos bichos que la mayoría de gente de la ciudad teme y detesta, y a los que les llaman ratas del aire.

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Cómo crecen las gaviotas, es un artículo publicado en el blog de Montse Llamas
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