Criar mellizos es una tarea complicada. Siempre lo supe y por eso siempre huí del deseo de tener dos hijos al mismo tiempo. Es más, esto quedó retratado en un vídeo de Youtube que hice con Nerea en el que decía algo así como “uy no, ¿ves? Gemelos, ¡yo no!”.
Pues toma una taza bien caliente.
No me malinterpretes. Soy tremendamente feliz y ahora que tengo a mis pollitos, si volviese atrás, querría que fuera exactamente como es ahora. No lo cambio por nada del mundo. Pero tenía razón cuando decía que los hijos, mejor de uno en uno.
Bebés que lloran a la vez
Esto es lo que peor llevo sin duda. Cuando Liv y Liam lloran a la vez, entro en cortocircuito. A veces, y supongo que será fruto del cansancio físico, me quedo en shock, bloqueada sin saber qué hacer. Muchas veces me doy cuenta de que me quedo mirándolos haciendo matemáticas: ¿a quién cojo primero? ¿por qué debe de llorar este? ¿Tendrá alguna urgencia este otro? ¿A quién he cogido más hoy?
Preguntas chorra pero que me vienen a la cabeza cuando no sé por qué bebé empezar.
Tengo la “suerte” de que Liv coge chupete. Y lo pongo entre comillas porque yo tenía (y medio tengo) el chupete demonizado. Lo odio. Me siento fatal cada vez que se lo doy. Pero oye, me ayuda muchísimo y ha hecho de ella una niña más tranquila cuando lo lleva puesto.
Al final, cosa que era incapaz de hacer con mi primer hijo, acabas aprendiendo a escuchar el llanto de tu hijo sin que esto te perturbe demasiado. Si estás sola o solo tienes dos brazos (como la gran mayoría de población) no puedes hacer nada más que atender primero a uno y luego al otro. Y lo de que “porque lloren un poquito no pasa nada”, se convierte en tu mantra.
Malabares con la ropa
Criar mellizos no es solo darles la teta, cambiarles el pañal y ponerles a dormir. Detrás de todo eso hay una gran organización y gestión de ropa que hace que me eche a temblar cada vez que tengo que echar mano al cajón.
Yo soy muy de vestirlos unisex. Y si Liam lleva algo rosa, me da igual, así como que Liv está llevando ropa que han llevado previamente 3 niños (primos y hermano mayor). No me gusta diferenciar géneros con la ropa cuando son tan bebés porque lo que busco principalmente es comodidad.
Un bebé está cómodo con un pelele. Ya sea invierno o verano. Una pieza única es lo más cómodo para ellos y para nosotros. Ropa que no se le quede emburruñada en ninguna parte y les pueda molestar.
Pues bien. Heredar ropa está muy bien, pero clasificarla no tanto, y montar conjuntitos ya ni te cuento.
Unos pantalones de aquí, una camiseta de allá. Y lo peor de todo, cuando uno crece más rápido que el otro y ya usan tallas diferentes. Hecatombe.
Entre toda la ropa que tienes “para cuando le valga”, la que guardas “por si acaso algún día hace calor” a pesar de que sea noviembre y la de “esto no me gusta nada pero lo dejo aquí para una emergencia”, súmale la de talla 0-3 meses que aún le vale a una, la de 3-6 meses que lleva el otro y la de 2-4 meses junto con la de “hasta” 6 meses, como hacen las tallas francesas si no me equivoco.
Tengo una bolsa en la que voy echando la ropa que ya no les sirve para devolvérsela a quien nos la dejó y otra para donar con prendas que aún se pueden usar pero que ya están más gastadas.
Y dejo ya el tema de la ropa porque como verás, me quita mucha energía.
El hermano mayor
Criar mellizos es fácil en cierto modo. Tenlos alimentados y con el pañal limpio que lo demás irá rodando. Sí, es posible que duermas poco, pero son bebés y es fácil satisfacer sus necesidades vitales y sino, recuerda el mantra del primer punto: “porque lloren un poquito no pasa nada”.
Lo que más complicado me parece de tener mellizos es que estos tengan un hermano mayor.
Bichito cumplirá 3 años el próximo 27 de diciembre y está en una etapa delicada de rabietas entre otras cosas.
Él adora a sus hermanos y yo me derrito viéndolos. Les da besos, abrazos, se acerca a ellos y me dice “haznos una foto”. Sin duda, estoy viviendo un idilio con estos tres que me hace cagar purpurina.
Pero gestionar sus rabietas y su desarrollo en general se complica cuando los mellizos lloran a dúo.
Para mí es muy importante no desatender al mayor. No quiero que algo que para él es MUY IMPORTANTE, como puede ser encontrar un rotulador para pintar, se aplace porque alguno de sus hermanos llore. Esto puede conllevar a celos y lo sé porque a mí me pasó igual cuando era pequeña.
Si mi hermano lloraba, todo se detenía y aunque estoy segura de que mi madre no era consciente, desarrollé unos celos tremendos hacia mi hermano. Asocié sus lloros con mi abandono. Fatal.
Es por eso que me esfuerzo tanto en ser muy cuidadosa en lo que digo y como lo digo si involucro a Bichito y a los pollitos. De momento lo llevamos bien, aunque sé que los celos llegarán porque son algo natural, espero que lo hagan de forma llevadera y que sepamos adaptarnos.
La experiencia es un grado
Sin duda, haber tenido un hijo antes de ser madre de gemelos ayuda mucho a la hora de criar mellizos.
Tienes experiencia con fiebres, con la lactancia y sobre todo, ya has anulado tu vida como mujer antes. Una vez más, no me malinterpretes. Cuando digo “anular tu vida de mujer” me refiero a esa época en la que no tienes tiempo ni de ducharte.
Cuando te ocurre por primera vez te agobias de ver cómo ha cambiado tu vida. La segunda vez, ya sabes que hay luz al final del túnel y que volverás a tener tiempo para ti (en unos años).
¿Eres madre de mellizos o gemelos? ¿Qué es lo más difícil para ti? Y si no lo eres, desde fuera, ¿qué crees que es lo más difícil de tener dos bebés a la vez?