Si bien la mayoría de la gente cuenta con un dentista habitual que cuida de sus dientes, no todo el mundo hace una visita anual como recomiendan los expertos para hacer una limpieza o al menos una revisión. Algunos lo evitan por miedo, otros por ahorrar costes si no cuentan con un seguro privado que le incluya el servicio y la mayoría por descuido.
Es importante ir al dentista a todas las edades, cuando somos jóvenes para detectar cualquier problema a tiempo y corregirlo, y especialmente cuando nos hacemos mayores porque surgen patologías asociadas al envejecimiento que debemos tratar para mantener una buena higiene dental y calidad de vida.
Los costes hoy en día se han visto reducidos con la aparición de un gran número de franquicias, y el miedo al dentista probablemente sería menor si lo visitamos con cierta regularidad, al normalizar la revisión dental minimizamos ese temor y al mismo tiempo podemos comprobar como muchos de los mitos asociados son sólo eso, mitos o malos recuerdos de cuando éramos pequeños.
Hay personas que pasan años sin ir al dentista y pueden tener los dientes perfectamente, pero pueden tener hábitos poco recomendables, por ejemplo se cepillan varias veces a diario pero lo hacen con cepillos duros y de forma enérgica, lo cual puede estropear nuestras encías y el esmalte dental.
Para cuidar los dientes también debemos prestar atención a lo que comemos, alimentos como el ajo y la cebolla tienen propiedades muy beneficiosas para la salud pero contribuyen al mal aliento, frutas como las naranjas o el pomelo son muy saludables pero pueden dañar los dientes si se consumen de forma habitual, en cambio las manzanas o las zanahorias son excelentes opciones para limpiar los dientes y nos aportan muchos nutrientes.
Algunos de los problemas dentales más habituales son las enfermedades (como caries, gingivitis y periodontitis), los traumatismos, o el desgaste dental. Nuestra alimentación y estilo de vida contribuyen a todos ellos, desde un consumo elevado de azúcares, la práctica de deportes de contacto o un elevado nivel de estrés que de lugar a bruxismo y en consecuencia al desgaste de las piezas dentales.
En resumen, para cuidar los dientes a todos nos viene bien una limpieza dental cada cierto tiempo para eliminar restos de placa y sarro que se han ido acumulando y que además pueden contribuir al mal aliento y otras enfermedades. Cepillarse después de las comidas es fundamental, especialmente antes de ir a dormir. Si en ocasiones no tenemos esta opción, porque no tenemos nuestro cepillo, podemos recurrir a los chicles sin azúcar.