El sol, el salitre, el frío, la humedad… Muchos son los factores que deterioran los muebles de exterior, pero también existen muchos tratamientos sencillos para mantenerlas en buen estado. Descúbrelos:
MADERA, UN CLASICO DE EXTERIOR
Teca, la estrella de las tropicales
Gracias a su elevada concentración natural de aceites, es la madera más resistente para el exterior –puede durar hasta 30 años–. Sin embargo, conviene limpiarle el polvo a menudo, y lavarla con agua y jabón neutro. Antes del verano hay que tratarla con aceites específicos para recuperar su color, ya que tiende a oscurecerse y a adquirir un tono grisáceo. También hay productos especiales para prevenir sus manchas.
Alternativas muy resistentes
Otras variedades tropicales, como la madera de iroco o la de bilinga, siguen a la teca en lo que a durabilidad respecta, unos 20 años, convenientemente tratadas. Para preservar su color, límpialas y líjalas antes de aplicarles una mano de aceite de teca al año, siempre en el sentido de la veta. Para combatir las manchas, frótalas con un cepillo de dientes con agua y jabón neutro. Repite hasta que desaparezcan.
Acacia, nueva incorporación
Es muy empleada en el norte de Europa por su tolerancia a los cambios de temperatura, los hongos y la humedad. Apenas necesita mantenimiento, solo tratarla con aceites con filtro UV y con protectores de poro abierto (al no formar una película, dejan que la madera transpire). Con ello se evita su decoloración y se prolonga su vida, que puede alcanzar hasta 20 años. Además, es más económica que la teca.
METAL, DEL RUSTICO A LA VANGUARDIA
Hierro forjado, un clásico
El agua y la humedad son su principal enemigo, ya que son los responsables de la aparición de óxido. Para combatirlo, frota con un cepillo metálico de púas rígidas, pinta su superficie con un producto antióxido y aplica una capa de esmalte incoloro. Su mantenimiento se centra en limpiarlo con agua y jabón, secarlo bien y encerar su superficie una vez al mes. Un truco para eliminar el óxido es frotar el hierro con aguarrás.
Aluminio, ligero y maleable
Hace años que se ha instalado en el exterior por su carácter liviano y dúctil y por sus posibilidades decorativas. En lo práctico, destaca porque no se oxida, gracias a su acabado de pintura de poliéster, una película no porosa que garantiza su resistencia a la corrosión. Límpialo, de vez en cuando, con detergente para vajilla suave y agua, y también puedes aplicar cera para coches sobre las partes lisas.
Acero, metal al alza
Es el último metal en llegar al exterior combinado con madera o tejidos tensados en sillas o hamacas. Según su tratamiento, adquiere elasticidad o dureza y con revestimiento en polvo, mucha resistencia en lo que a color se refiere. Para que dure más, sus juntas deben estar bien soldadas antes de ser atornilladas. Se limpia fácilmente con agua jabonosa templada. Evita los disolventes.
FIBRAS, NATURALES Y SINTÉTICAS
Fibras naturales, bellas y delicadas
Los característicos trenzados de ratán, pulut o bambú son algunas de las fibras naturales más presentes en el exterior. Lo mejor es mantenerlas bajo techo y evitar el contacto directo con el agua para que estén perfectas entre 5 y 8 años. Quítales el polvo a menudo con un trapo o con un aspirador y límpialas con un cepillo mojado en agua y sal.
Cómo mantener sus colores
Si no están a cubierto, las fibras se decoloran y envejecen por la acción solar. Para retrasar este proceso puedes aplicar pinturas o barnices específicos que las protejan de los agentes externos. Lo ideal es que repitas este proceso, al menos, al principio y al final de la temporada, o en cuanto veas que aparece algún tipo de desperfecto.
Cómo reparar su trenzado
Si únicamente se han abierto algunas fibras, puedes aplicar con un pincel un poco de barniz incoloro para madera o incluso pegamento universal. En partes que presenten astillas a punto de quebrarse sírvete de una pequeña pistola de silicona. Una vez reparadas, puedes aplicar barniz para asegurar la fijación y proteger, de paso, las fibras.
Fibras de última generación
A base de polipropileno, polietileno, poliéster..., las firmas de exterior los combinan para desarrollar fibras con mayores prestaciones y un aspecto más natural, que se suman a las más comunes, como outloom o hularo. Así, Greendesign ha desarrollado el Greentech, de polietileno teñido; Point apuesta por el Shintotex, resistente a los agentes químicos, y Unopiù por el Waprolace, 100% reciclable, entre otros.
Fibras sintéticas, muy duraderas
Las fibras sintéticas nacen con el objetivo de imitar el aspecto de ratán, bambú o mimbre, con similares prestaciones de calidez, pero con mucha más resistencia y ligereza y una total ausencia de mantenimiento, ya que para limpiarlas basta con usar agua y jabón y, únicamente, incidir en las manchas más rebeldes. Además, no necesitan estar bajo cubierto ni ningún barniz protector, como sí sucede con las fibras naturales.
Sus diseños actuales y el uso de tonos al alza, como chocolate o gris, ha hecho entrar a los muebles de fibras sintéticas incluso en el salón. Trenzados a mano sobre una estructura de aluminio, se pueden teñir en una infinidad de colores, que permanecen inalterables ante la acción solar. Además, tampoco experimentan cambios ni dilataciones frente a las variaciones de temperatura: soportan de -70º a 80ºC.
A base de polipropileno, polietileno, poliéster..., las firmas de exterior los combinan para desarrollar fibras con mayores prestaciones y un aspecto más natural, que se suman a las más comunes, como outloom o hularo. Así, Greendesign ha desarrollado el Greentech, de polietileno teñido; Point apuesta por el Shintotex, resistente a los agentes químicos, y Unopiù por el Waprolace, 100% reciclable, entre otros.
TELAS, UNA AMPLIA GAMA DE TEJIDOS
Telas naturales
De algodón 100 % o combinado con poliéster (un 30 %) con tratamiento sanforizado, las lonetas resisten mejor la humedad y no pierden color. Los nuevos tejidos imitan los efectos naturales de las texturas del algodón y lino, como la colección Natte de Kettal.
Telas acrílicas
Entre las telas sintéticas, el dralón es uno de los más utilizados en el exterior, pues permite su limpieza en la lavadora a 30ºC, aunque sin centrifugado ni secadora, y las manchas se eliminan fácilmente. Basta con utilizar un poco de agua, para las manchas débiles y un quitamanchas, para las de grasa.
Lo último que ha llegado al mercado son los tejidos acrílicos tintados en masa que impregnan el color a la fibra durante su fabricación, lo que los hace más resistentes. Además su mantenimiento es sencillo, basta lavarlos, sin lejía, y dejarlos secar al aire libre.
Tejidos técnicos
A base de hilo de poliéster, PVC o polietileno, estos tejidos técnicos resisten los microorganismos y el fuego, entre otros, y se limpian fácilmente con un paño con agua y jabón neutro.
Otra tendencia para el exterior es adaptar los tejidos de las embarcaciones a las piezas de exterior de una casa. La razón es sencilla: son muy resistentes a la rotura e impermeables. Además, su mantenimiento solo consiste en cepillar la tela con agua y aclarar después. Greendesign es especialista en este tipo de tejido.
También podemos encontrar tejidos con relieve, que se usan para confeccionar muebles con apariencia natural, como los de la colección Marela de Greendesign realizada en tejido sintético; y otros tensados, que se aplican en sillas y tumbonas, rellenados de espuma de guata, para ganar comodidad.
Fuente: El Mueble