por Joseph Tapies
Una empresa familiar que quiera asegurar su pervivencia de generación en generación necesita dotarse de sistemas de gobierno corporativo que atiendan simultáneamente a la buena marcha del negocio y a la armonía familiar y en este contexto debe plantearse cómo debe ser el consejo de administración que ha de tener.
Obviamente el consejo deberá adecuarse a dimensiones como:
- La generación
- El tamaño de la empresa
- El tamaño de la familia y sus relaciones interpersonales.
Entendido como un órgano regido por los principios de transparencia, especialización, colegialidad, unidad y eficiencia, en cualquier tipo de empresa un Consejo de Administración ha de representar los intereses de los accionistas y asegurar el cumplimiento de los requisitos legales vigentes. Pero en el caso de una empresa familiar se suma otra responsabilidad importante que lo convierte en el principal órgano donde, a parte de la Estrategia, discutir y entender los grandes temas de la empresa familiar como son la Visión, Misión y Valores.
Para poder actuar con criterio y eficiencia, el Consejo deberá estar dotado de procesos de supervisión y toma de decisiones transparentes y justas. lo anterior, en muchos, casos implica la incorporación de asesores externos, directivos no familiares y consejeros externos independientes, que junto a los consejeros familiares han de proporcionar información y juicio crítico al propietario-directivo acerca de su desempeño y de su equipo, supervisar y monitorizar las acciones directivas y ayudar a los propietarios a mantenerse firmes en las decisiones buenas para la empresa, evitando que presiones procedentes del ámbito familiar puedan interferir en lo más conveniente para el negocio
En su faceta de órgano que ha de observar primordialmente el rendimiento de la empresa aunque sin perder de vista la cohesión familiar, es importante que el Consejo sepa entender la relación de la familia propietaria con el negocio para asegurar que la actitud de los familiares empleados/propietarios sea responsable hacia la empresa y coordinar las funciones propias del consejo de administración con las de los órganos de gobierno de la familia.
Para conseguir el difícil equilibrio entre los intereses de empresa y los deseos de la familia propietaria ayuda a tener en cuenta la importancia de crear entre los consejeros un clima de confianza y honestidad, impulsar una cultura de amigable disidencia, utilizar de forma fluida un amplio conjunto de roles y asegurar la rendición de cuentas de todos y cada uno de los miembros (accountability)
Y todo ello evitando que el carácter y los caprichos del “propietario-controlador-iluminado” que lo sabe todo, lo puede hacer todo en mejor manera y no tolera contradicciones acerca de sus opiniones, no llenar el Consejo de perfiles “si señor” que permitan la tendencia a utilizar viejas fórmulas de éxito “porque funcionaron bien en el pasado”.
Aquí cabe mencionar los principales peligros que entraña un consejo de administración en una empresa familiar y que podríamos enunciar así:
- Falta de separación clara entre las tareas de gobierno y las de dirección
- Falta de claridad en la definición de los intereses de los propietarios, la familia y el negocio
- Disputas de poder e influencia entre distintas ramas propietarias que pueden paralizar la empresa y enrarecer el ambiente
Querido lector, si llegado a este punto los deberes y responsabilidades del Consejo te pueden parecer inalcanzables, debido a la compleja realidad en la que viven sumergidas muchas empresas familiares, el mejor consejo que puedo darte es: ir evaluando periódicamente el desempeño del consejo con la ayuda de sistemas profesionales.
Autor Joseph Tapies