El mandato de Ben Bernanke como presidente de la Reserva Federal se termina en enero, y la carrera por su sucesión toma velocidad. El número uno de la Fed es el banquero central más influyente del mundo. El que ocupa ese cargo rara vez ha desempeñado una tarea más importante.
En Washington hablan de dos favoritos. Uno es Janet Yellen, el actual vice de Bernanke. El otro es Lawrence Summers, que fue Secretario del Tesoro de Bill Clinton y asesora al presidente Barack Obama.
Algunos de los otros candidatos tienen fuerte experiencia en la Fed: Roger Ferguson (hoy director de la administradora de fondos TIAA-CREF), Donald Kohn (miembro del Comité de Política Financiera del Banco de Inglaterra), y Tim Geithner (primer secretario del Tesoro de Obama).
Veinte senadores demócratas firmaron una carta de apoyo a Yellen. Y Summers tiene aliados tras bambalinas en la Casa Blanca. Obama no está apurado en decidir al sucesor de Bernanke; el frenético lobby lo lleva a esperar. Sin embargo, sería oportuno establecer los criterios que el presidente debería tener en cuenta cuando tome la decisión.
El próximo presidente de la Fed tomará el timón en un momento crucial. Si bien la economía norteamericana ya salió de los peores aprietos de la crisis financiera de 2008-09, la recuperación sigue siendo demasiado débil, y es esencial continuar con el estímulo monetario para mantenerla viva. Hasta una leve equivocación al ajustar la política podría provocar daños rápidos y significativos a los hogares y empresas estadounidenses.
También se puede producir mucho daño si se vuelve a una política monetaria normal, aún cuando la Fed logre salir en el momento correcto. Finalmente, las reformas Dodd-Frank delegaron en el banco central nuevas responsabilidades tendientes a mantener a salvo el sistema financiero.
Para acompañar estas tareas, las cuatro características esenciales son: Primero, extraordinarios conocimientos en economía monetaria. Las condiciones monetarias que prevalecen en EE.UU y en otros países hoy tienen pocas versiones anteriores.
Segundo, capacidad suprema para comunicarse con el público y los mercados. La gestión de las expectativas es crucial para todo banco central.
Tercero, el elegido debe alcanzar el equilibrio correcto entre la búsqueda de consenso y la firmeza. Siempre habrá una gama de opiniones en el Comité Federal de Mercado Abierto que fija las tasas de interés, pero la Fed será más efectiva si maneja las diferencias con la idea de crear cohesión.
Cuarto, debe ser capaz de cumplir el rol de mantener seguro el sector financiero contra la resistencia de Wall Street. Eso requiere de una profunda comprensión de los mercados financieros y sus instituciones.
La credibilidad de la Fed se vio dañada por no haber anticipado la crisis. Ahora debe demostrar que puede salvaguardar con éxito la estabilidad financiera, así como se lució limitando el daño provocado por el colapso que no previó. - Fuente: ElCronista.