Una de las principales características del embarazo es que representa un gran gasto energético para la mujer, ya que tiene que alimentar al feto que se está desarrollando.
Si te estás planteando quedarte embarazada, deberías tener en cuenta la necesidad de reservas energéticas que vas a tener en los próximos meses, y empezar a cuidar tu alimentación.
Para que el embarazo pueda desarrollarse bien, la futura madre debe estar sana, y asegurarse de tener reservas suficientes de minerales y vitaminas, esencialmente ácido fólico, hierro y yodo.
Resulta evidente que, para tener cantidad suficiente de estos elementos en el cuerpo, la mujer necesita ir acumulándolos durante meses.
Por lo tanto, si pretende planificar su gestación, no sería mala idea consultar con un médico, que sea capaz de diagnosticar las carencias alimenticias de una futura madre a través de un análisis.
La vitamina B9
Uno de los nutrientes imprescindibles para cualquier embarazada es la vitamina B9, conocida también con el nombre de ácido fólico. Su carencia se asocia directamente con problemas graves en el desarrollo neurológico del bebé. Hay que tener en cuenta que una mujer embarazada debería tomar unos 400 miligramos de vitamina B9 al día, desde que se empieza a buscar el embarazo hasta los 3 meses de gestación.
Los alimentos más ricos en este nutriente son la lechuga, las verduras (especialmente las hojas), el queso azul y los huevos.
La importancia de las reservas de hierro
La falta de hierro es uno de los trastornos más habituales en muchas mujeres, lo que se convierte en preocupante si pretenden quedarse embarazadas.
Hay que tener en cuenta que la anemia de hierro puede tener malas consecuencias tanto en el bebé como en la madre, que puede padecer debilidad, agotamiento, sueño excesivo e, incluso, una disminución de sus defensas.
En vista de lo dicho, es importante que una mujer que piensa quedarse embarazada consuma alimentos ricos en hierro, como carne roja, hígado, legumbres y cereales. Absorberán mucho mejor el mineral si comen estos alimentos asociados con otros ricos en vitamina C.
El yodo en el embarazo
El yodo es otro de los nutrientes fundamentales para garantizar el buen estado de salud de una mujer embarazada y su bebe. Si bien hace unos años llegaban a presentarse enfermedades como el cretinismo por falta de yodo, hoy en día las gestantes están más concienciadas sobre su ingesta, y no se dan casos tan graves.
De todos modos, hay que tener presente que consumir menos yodo del necesario puede provocar problemas de tiroides en la mujer, y retrasos en el desarrollo intelectual del bebé.
Las mujeres embarazadas deben tomar 200 microgramos al día de yodo, que se encuentra en gran cantidad en ostras y mejillones, y en la leche, yogures y huevos. Especialmente remarcable es la cantidad de yodo que tienen las leches biológicas, cuya aportación de yodo es más que fiable.
En conclusión, debemos señalar la importancia de que una mujer que tenga planeado un embarazo, empiece a incluir esta serie de alimentos en su dieta, cara a estar más fuertes.