La eterna pregunta ¿estaré haciendo lo correcto? El momento llegó, estás frente a tu colaborador, la decisión está tomada, es el instante en el que el par de palabras deben salir de tu boca: estás despedido. No hay discurso que sirva.
Ésta es una realidad por la que pasan aquellos que por primera vez tuvieron que desvincular a un trabajador. No obstante, es algo que tendrás que hacer si lo que buscas es el bienestar de tu compañía. No es fácil ser el portador de las malas noticias, pero despedir personas -por las circunstancias que lo ameriten- se vuelve parte de tu trabajo, sin importar el número de veces que sea necesario.
Lo ideal es que conserves a todos tus trabajadores, sin embargo, en ocasiones es inevitable tener que decirles adiós. Podrá ser un recorte de personal o una baja en su productividad, al final es un despido. En el primer caso, explica Elisa Rodríguez, gerente de Recursos Humanos de Bumeran.com, "el estrés es menor y el jefe inmediato tiene la oportunidad de comunicar que no es un tema personal, ni consecuencia de su desempeño, simplemente la empresa está pasando por una situación complicada y deben que prescindir de sus servicios".
Para aligerar esta inquietud, los directivos ofrecen su ayuda a través del outplacement, técnicas que facilitan la reubicación del trabajador al mercado laboral, "éstas van desde cursos para elaborar un currículm vitae o presentarse correctamente a una entrevista; hasta ayuda psicológica y orientación para manejar las presiones que podrían generarse tras ser despedido", detalla Jenny Espinoza, gerente del Programa de Asistencia al Empleado (PAE) de la empresa EAP LatinA.
Una manzana podrida
El panorama cambia cuando la razón del despido se liga a deficiencias laborales del trabajador. Aquí la incertidumbre es mayor y el tema tiene que manejarse con cuidado, sobre todo porque afecta la vida profesional y personal de una persona, por más que ésta haya sido advertida de que no está alcanzando los objetivos de la institución.
Roberto Carlos Soto, gerente de Atracción de Talento de Manpower, sugiere que en el momento en que se observe una baja en el desempeño laboral, el jefe debe concretar una reunión con el trabajador y comunicarle la inconformidad con sus actividades, "explicarle qué está haciendo mal y proponerle juntas constantes para monitorear su avance; igualmente llegar a un acuerdo donde se estipule que si no hay progreso en sus funciones habrá repercusiones".
"No hay que dejar que una manzana podrida afecte a las demás", menciona Elisa Rodríguez. Es importante que el líder identifique a los colaboradores que, después de algunas llamadas de atención, no han cambiado su actitud. Estos individuos no solo impiden que la empresa llegue a su meta, sino que afectan el clima laboral. Si no hay más que hacer, lo recomendable es comunicar que ya no forman parte de la compañía.
Cómo desvincular un colaborador
Antes que nada, es prioritario evitar un pleito legal. Toda desvinculación tiene que estar completamente justificada y documentada. Si la decisión está tomada sé discreto y no permitas que la información llegue al trabajador por boca de otros, no generes un ambiente incómodo.
Cuando determines que el empleado ya no debe estar en la empresa prepara una reunión privada y tranquila. Comunica la noticia sin rodeos y evita entrar al terreno sentimental. "Toma en cuenta que habrá una repercusión para tí mismo y para el colaborador, por lo que tienes que manejar la situación de la mejor manera posible", confirma la experta.
Por su parte, Jenny Espinoza asevera que el líder a cargo debe tomar una postura de firmeza al dar la noticia, sin enjuiciar ni acusar, siempre argumentando con evidencias la toma de decisiones. El profesionalismo es clave en un despido. Independientemente de que se experimentes sentimientos positivos hacia el trabajador, es menester mantener una distancia adecuada.
Sobra decir que un despido es un asunto delicado. Por ello, es necesario que te dirijas al extrabajador con un lenguaje respetuoso, que manifiestes agradecimiento por su colaboración en la compañía. La empatía es una característica que te ayudará, mantén siempre una comunicación abierta, sé receptivo y lleva el manejo de la situación.
Puede haber retroalimentación por parte del colaborador pero nada que sobrepase los límites. Las manipulaciones son comunes, no te dejes engañar, no entres en discusiones. Explica los motivos por los que tomaste esa decisión y transmítelos de manera profesional.
El proceso es desgastante y estresante, pero la actitud que muestre el jefe será muy bien valorada por el individuo. Ten listos todos los documentos necesarios para liquidar al trabajador como su cheque o su carta de recomendación.
Ser el responsable de dar la mala noticia tiene sus desventajas y no hacerlo correctamente puede perjudicar la imagen de los directivos y la de la empresa que representan. Roberto Carlos Soto, dice que se debe considerar que "estamos dejando sin trabajo una persona, por lo que hay que manejar este proceso teniendo en mente que hay una marca detrás; en base a como actúes, es la imagen que se llevará el trabajador y lo que determinará la forma en que hable con quienes lo rodean".
Finalmente, Elisa Rodríguez, gerente de Bumeran.com, recomienda que las desvinculaciones sean los viernes y al final de la jornada, esto hará que la noticia sea digerida todo el fin de semana y la persona se irá sin tener que soportar todo el día la compasión y los rumores de los otros.
Fuente: www.elempresario.mx / [email protected] / Escrito por Zyanya López