A pesar de que la incorporación de piezas antiguas y de muebles con pátina en esquemas decorativos modernos, en contraste, rompiendo la uniformidad, es una de las tendencias más en boga en la actualidad, la idea de decorar totalmente con antigüedades es algo que todavía echa hacía atrás a muchas personas.
La casa que hoy os muestro es un buen ejemplo de que esto último puede hacerse y el resultado es de una gran modernidad. Se trata de la vivienda londinense del anticuario Will Fischer, quien, casi desde la infancia, ha ido atesorando mobiliario con siglos de antigüedad.
Sin embargo, el especial conocimiento de este tipo de piezas, el amor hacia las mismas y una cuidada selección, hace que no parezca una casa "pesada", vieja, sobrecargada, sino todo lo contrario. A ello contribuye también, de manera muy importante, la calidad del continente, los revestimientos, las entradas de luz natural, etc., que hacen que las piezas "respiren" y se muestren en todo su esplendor.
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Información e imágenes: Remodelista
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