Asertividad, pasividad y agresividad… seguro que te suenan. Estamos hablando de habilidades sociales
Si a una emisión agresiva respondemos con agresividad, no sólo no detendremos la situación, sino que esta irá a más y si por el contrario toleramos una situación agresiva y nos mostramos pasivos y sumisos, tampoco estamos consiguiendo detener la situación. El problema se agrava y la situación se repetirá.
¿Qué podemos hacer entonces?
Defenderte de forma asertiva es siempre la mejor opción, aunque no siempre es fácil. Es algo que hay que ir trabajando poco a poco. De esta manera podrás expresar tu opinión y lo que sientes, reclamando lo que quieres sin afectar a los derechos de los demás. Es una forma de defensa honesta sin caer en la pasividad o agresividad, respetando a los demás, pero sobre todo respetándote a ti mismo.A menudo en situaciones cotidianas injustas, como cuando alguien se cuela en una espera, sentimos que debemos hacer o decir algo, pero normalmente no lo hacemos. La mayoría de nosotros aceptamos estas pequeñas injusticias diarias sin decir nada, de forma pasiva. El problema es cuando llega el día en que estamos tan hartos que decidimos decir algo, y estallamos de forma agresiva.
Responder a este tipo de situaciones de forma asertiva es algo que se puede y se debe aprender. Mejora nuestra autoestima y la confianza en nosotros mismos al exponer nuestras necesidades y sentimientos ante los demás, de forma libre.
7 consejos para ser asertivo
- Debes exponer la situación de forma objetiva, sin sacar conclusiones.
- A continuación deja muy claro lo que quieres y por qué lo quieres.
- Cuida tu lenguaje corporal. Mantén una postura de confianza y segura. Si algo no te hace gracia, no te rías. Proyectas debilidad y nerviosismo, aparte de que das a entender que pueden seguir molestándote.
- No te justifiques ni des explicaciones. Esto deja patente tu debilidad e inseguridad nuevamente.
- Si no defiendes tus derechos, estás permitiendo que no te respeten.
- Ante un insulto o amenaza, gírate para mirar sorprendido a tu agresor y después ignóralo. Continúa haciendo lo que estabas haciendo antes. Haz que se avergüence de su comportamiento.
- Si recibes un ataque directo, puedes preguntar directamente qué intención tiene con su ataque. Debes poner en evidencia su actitud agresiva, que vea que con ese comportamiento no consigue nada.