Revista Economía
Si bien la razón de ser de toda empresa es generar rentabilidad, es la razón por la que cualquiera de nosotros invertiría en una empresa, para generar esa rentabilidad la empresa tiene que satisfacer una necesidad de sus clientes.
Necesidad es la palabra clave. El cliente tiene necesidades, la empresa intenta satisfacer alguna o varias de esas necesidades desarrollando un producto que es simplemente la manifestación física actual de la solución óptima para satisfacer la necesidad que tiene el cliente.
Simplemente, el cliente tiene una necesidad, digamos la de movilizarse. La empresa le entrega al cliente una solución a su necesidad. En el siglo 19 esta solución era un caballo o una carreta, mientras que hoy día es un automóvil. El caballo o el automóvil no son el producto, son la solución actual. El producto es simplemente la satisfacción de la necesidad de movilidad del cliente.
Suena fácil, pero no lo es. Las empresas tienen la tendencia a definirse en base a lo que producen; un error que le ha costado la vida a más de una empresa. Tomemos como ejemplo a Kodak, una empresa que se encuentra en proceso de bancarrota en Estados Unidos luego de ser el líder mundial en fotografía. Kodak fue el gigante del film fotográfico en el mundo llegando a representar el 90% del film y el 85% de las cámaras de fotos que se vendían en los Estados Unidos. ¿Qué derribo a este gigante?
La cámara digital.
Lo curioso de todo esto es que Kodak fue un pionero de la fotografía digital, siendo responsable del desarrollo de la primera cámara digital en 1975. Sin embargo decidió desechar la tecnología por considerar que era nociva para sus grandes y altamente rentables ventas de film de fotografía. Incluso en 1994, la Apple Quicktake, cámara pionera de la era digital, fue producida por Kodak.
La cámara digital fue tomando preponderancia en el mercado, remplazando a la cámara analógica y reduciendo la necesidad de film para cámaras fotográficas. Kodak recién se aventuró al mercado de cámaras digitales a principios de los años 2000, cuando las ventas de film estaban ya en decadencia y existían jugadores reconocidos en el mercado de cámaras digitales.
Desde las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira hasta los días de hoy, el ser humano siempre ha sentido la necesidad de preservar sus recuerdos de una forma u otra. Esa necesidad era la que satisfacía Kodak con sus productos. El film de la cámara era circunstancial y no representaba realmente al producto de la empresa. Con el advenimiento de la era digital, Kodak debió entender que la solución propuesta por ellos ya no era la solución óptima y prepararse para el cambio.
Debió buscar desarrollar medios magnéticos para guardar las fotos digitales e impresoras para imprimirlas. Debió aprovechar el know-how de sus ingenieros que desarrollaron la primera cámara digital en 1975, el primer sensor de megapíxeles en 1986 y el primer OLED multi-capa en 1987 para ponerse a la vanguardia de la era digital en la captura de imágenes.
Sin embargo, Kodak se enfocó en el film de fotografía, su “producto estrella” y dejó de lado lo que debió ser su futuro.