Revista Espiritualidad

Cómo dejar de autosabotearte

Por Agustin Grau @agustgrau

Parece que todos queremos éxito, libertad, abundancia, prosperidad… pero ¿REALMENTE ES ASI?
La mente y la vida del ser humano se desarrolla dentro de unos límites que nosotros mismos hemos puesto (quizá inconscientemente). Eso es lo que conforma la zona de confort y estabilidad en la que vivimos, nuestra zona de tranquilidad y seguridad.

En esa zona estamos seguros y somos felices. Queremos éxito, sí, pero que no nos molesten mucho de donde estamos. Queremos encontrar la clave y la fórmula de la prosperidad, pero sin salir mucho del mundo que conocemos.

Y digo yo, debe ser bastante difícil conseguir cosas nuevas sin hacer cosas nuevas, ¿verdad?

En el ámbito de los ingresos económicos, Harv Eker dice que todos tenemos un termostato financiero  que indica el nivel de ingresos que nuestra mente está programada para recibir (y con los cuales vivir). Aunque parezca que queremos más, si el termostato dice que lo nuestro son 1.500 €/mes, eso es lo que, de una forma u otra, antes o después, siempre terminamos consiguiendo.

Y si un mes conseguimos más, aparecerán gastos extraños e inesperados que nos devolverán a nuestra cifra mágica: ¡¡¡ 1.500 €/mes!!!

Así que de ahí no salimos.

Sí, sí, parece mentira pero la mente se empeña EN QUE ESTÉS SIEMPRE EN EL MISMO SITIO, dando vueltas en tu vida para volver al lugar de inicio, como la rueda de la ardilla: doy vueltas y doy vueltas, pero estoy en el mismo lugar. Eso sí, me da la sensación de que hago cosas.

Una cosa muy poderosa que hace la mente para no salir de la zona de confort, para volver a su termostato financiero (para salirse con la suya, como siempre) es AUTOSABOTEARSE.

Auto sabotearte es empeñarte en no salir adelante, buscar mil excusas y motivos para no hacer LO QUE SABES QUE TIENES QUE HACER. Es empecinarte en buscar justificaciones que te indiquen que no puedes, no debes o no sabes hacer eso.

¿De qué maneras te auto saboteas?

Te auto saboteas cuando:

  • Dudas mucho y dudas de todo. Todo es una enorme duda que no sabes cómo resolver. Nada está claro y todo es confuso.
  • Pones excusas para no hacerlo: no tengo tiempo, no es urgente, no es lo más importante, no es en realidad lo que debería hacer ahora…
  • Te justificas diciendo que en realidad no lo quieres. O lo que es peor, dices que eso lo quiere tu ego, pero no tu verdadero ser. Así hasta consigues revestir el asunto de un agradable matiz espiritual (con el cual te sientes genial, desde luego. Te sientes genial, ¡y en el mismo sitio, desde luego, sin hacerlo!).
  • Le preguntas opinión a todos (acerca de todo) y te centras  sólo en las opiniones negativas.
  • Una variante de la anterior: estás esperando (casi buscando) a que alguien diga  algo negativo para darle la razón y no hacerlo.

¿Quieres una fórmula infalible para saber si realmente quieres algo o no? Imagínate que puedes hacerlo sin ningún problema, sin ninguna limitación, que tienes el dinero, los conocimientos, el tiempo, que nadie te ve… ¿lo querrías de verdad? Sí. Entonces sí lo quieres, lo único es que no te atreves.

¿Quieres saber si realmente lo quieres? Deja de enfocarte en opiniones y circunstancias externas y MÍRATE DENTRO.

La decisión de hacerlo o no debe ser tuya. No necesitas concordar con el universo mundial para que todos te den su bendición y su aprobación. Tú eres tú, con tus talentos, tus pasiones, tu idiosincrasia, tu manera de ver el mundo, tus valores, tu manera de ser…

Siempre buscamos las respuestas en el sitio equivocado: fuera. Va siendo hora de regresar al lugar de origen, a nuestro centro, a nuestro corazón, y empezar a decidir, crear, avanzar y evolucionar desde ahí.

Adiós, zona de seguridad; adiós auto sabotajes; bienvenida, libertad.


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